Angélica hija de doña Lupita Cortez quien hace algunos años dejó lamentablemente este mundo nos recibe con un festín de olores y sabores en su casa, ubicada en la localidad de Santa María Magdalena a 6.3 kilómetros en dirección Oeste de la capital queretana, uno de los lugares más habitados del municipio y de los que más tradiciones guarda en su acervo tanto cultural como gastronómico. Heredera del sazón de su madre, Angie comienza a evocar sus recuerdos mientras sus diestras manos le dan forma a los deliciosos y crujientes lolitos que han hecho la delicia a quienes los han probado.
"Mi mamá comenzó cuando era aún joven, junto a su cuñada iban a vender tacos de guiso en donde antes estaba el Mercado de la Cruz por la calle de Reforma; luego se fueron a lo que antes era el Distrito Federal y de ahí ella se trajo la idea de los tacos de canasta, que les decían al vapor o sudados", recuerda Angie mientras continúa moviendo la cazuela, "Mi mamá nos enseñó a mis hermanas y a mí, hacer los tacos, el mole y a cocinar de todo, muchos la buscaban para que les vendiera y así fuimos siendo más reconocidos".
Cuando hicimos la pregunta obligada, ¿dónde nacieron los lolos y por qué ese nombre? , la también llamada cocinera tradicional recuerda que fue de la nada, - como todas las grandes ideas- "un día sobró aceite y masa y lo rellenamos, como era poquito ya la masa se hizo como ´un lolito´ y así se quedó, hoy se pueden acompañar con lechuga, nopales, crema, queso y salsa". Una delicia que incluso la esposa del actual presidente municipal de Querétaro, Anahí Domínguez ha degustando y se sabe son de sus platillos favoritos.
Otra historia que va de la mano con esta trabajadora familia es la elaboración del mole, donde la señora Lupita fue la precursora del evento que desde hace 30 años se realiza en la localidad, "La Feria del Mole y la Tortilla", donde cuenta su hija que todo inició porque a doña Lupita la invitaban a dar de comer en la fiesta de la patrona de la comunidad que es el 23 de julio y donde otras familias se unían para dar de comer a los feligreses. Dando así inicio a lo que ya es un escaparate de platillos de Santa María, donde al principio todo era regalado. "Se abrían los portones de las casas, se ponían mesas y la gente llegaba por su plato de mole y sus tortillas salidas del comal, mi mamá hacía muchísimo, comenzábamos a preparar la pasta del mole desde varios días antes para que nadie se quedará sin su plato" recuerda Angélica.
Con el paso del tiempo y ante la llegada de visitantes de otras partes del municipio, muchas personas comenzaron a vender el platillo. "mi mamá se enojaba mucho, decía que como se iba a vender si esa era la fiesta de Santa María Magdalena".
Y ante la algarabía de los habitantes y la popularidad que comenzó a tomar el evento religioso, fue que se convirtió en una feria donde varias familias dedicadas a la elaboración de estos productos hoy los dan a conocer en una feria formal, donde las autoridades hacen difusión para que más familias conozcan el lugar y sus tradiciones.
En la capital queretana es muy común ver a varias señoras de esta comunidad con sus canastas vendiendo los taquitos y lolos que han dado sustento a varias familias y que son muchas veces el alimento principal de los oficinistas y empleados que laboran por las inmediaciones donde se comercializan.
Finalmente Angélica reconoce que aunque ella y sus hermanas hubieran querido estudiar una carrera universitaria la herencia que su madre les dejó y hoy sus hijos también son parte es algo que agradece a Dios y a la vida y pide que el nombre de Guadalupe Cortez León nunca se olvide.
