Alejandra Ochoa Sámano y Alejandro Olvera Serna unieron sus vidas ante Dios y la sociedad en elegante y cálido enlace en la Hacienda La Solariega, donde ante Dios padre se dieron el ¡Sí, acepto!, y con ello empezar una nueva familia.
Alejandra llegó a los bellos jardines del recinto luciendo un espectacular vestido de diseño exclusivo que la hacía lucir su figura y resaltar aún más su belleza. La novia entró del brazo de su padre, Juan Carlos Ochoa Arredondo, para ser recibida por Alejandro, vestido elegantemente de frac.
Acompañados de sus padres, María Laura Serna Romero y Alejandro Olvera Rosa, por parte del novio, así como Maribel Sámano Abonce y Juan Carlos Ochoa Arredondo por la novia; sus padrinos de velación,Olivia Sámano Abonce y Manuel Reyes García, la pareja fue recibida por el presbítero, quien les dio la bienvenida al altar donde les dirigió una homilía basada en el amor, respeto y comprensión para lograr un matrimonio feliz y pleno.
Posteriormente realizaron los votos espirituales donde recibieron las alianzas de amor que los une en sagrado matrimonio. Al finalizar Ale ofreció su ramo de novia a la Santísima Virgen para pedir que sea ella la guía de su nuevo hogar.
Los recién casados se trasladaron al jardín de la hacienda teniendo como fondo los viñedos, para compartir uno de los días más importantes de sus vidas, en medio de aplausos y gran algarabía, con cientos de amigos y familiares, que les desearon lo mejor entre brindis y exquisitos canapés.
Posteriormente los invitados pasaron al salón principal el cual estuvo bellamente decorado por el wedding planner Roger Ortiz que cuidó todos los detalles para que el lugar estuviera como sacado de cuento de hadas. Una vez en sus mesas los asistentes disfrutaron el delicioso banquete preparado especialmente para la ocasión, Melé de queso brie con higo y jalea de jamaica, sopa de maíz con juliana, chile poblano y elote, Steak de salmón en salsa de naranja, bristek de res en salsa de chile toreados y para cerrar con broche de oro flan de café y mezcal, así como un mousse de cítricos con salsa de maracuya, todo acompañado de una selección de vinos y coctelería mismas que sirvieron para alzar las copas y desear una vida próspera y plagada de bendiciones para el nuevo matrimonio.
Ale y Alex enamorados y llenos de ilusión pasaron a la pista donde bailaron con sus queridos padres el tradicional vals, para posteriormente hacer lo propio ya convertidos en marido y mujer, bailando su primera canción.
La pista de baile se abrió para los invitados, quienes se unieron a los esposos durante el resto de la noche con la selección musical del “disc jockey” que logró que nadie se sentara hasta pasada la madrugada.
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Los trasnochados disfrutaron de la tornaboda con platillos típicos y humeante café que aminoraba el frío que ya para esa hora se comenzaba a sentir bastante fuerte, pero que no fue impedimento para pasar una velada sensacional.
¡Felicidades al nuevo matrimonio Olvera Ochoa!