Este 2020 será recordado para la posteridad y seguro dentro de cien años aún será motivo de sobremesa de quienes aún no están en esta era, según los expertos en predecir el futuro y alinear los astros, debemos dejar de hacer ciertas cosas que han marcado tradiciones milenarias, ellos proponen dedicar un año completo a profundizar en lugar de ampliar, un nuevo ciclo sin comenzar nada diferente ni amasar posesiones nuevas no necesarias: todo un año sin nuevos pasatiempos, ni equipo, ni juegos, ni libros. En lugar de eso, en el año de la profundidad tratar de encontrar valor en lo que ya se tiene o en lo que ya se comenzó. El objetivo de este nuevo comienzo es mejorar tus habilidades en lugar de aprender habilidades nuevas. Se trata también de consumir contenidos (música, películas, libros) que has acumulado, en lugar de adquirir más.
En un tiempo de profundidad, explica David Zong experto en clarividencia, lee los libros de tu librero que no has leído todavía o relee tus favoritos. Toma la guitarra arrumbada en una esquina y vuelve a practicar en lugar de empezar a tomar clases de batería. Terminas el curso de francés que ya compraste en lugar de empezar a aprender alemán. Arreglas la llave del lavamanos que gotea, y la puerta del baño que se arrastra en lugar de planear una remodelación de la cocina.
Esto nos recuerda un poco la filosofía de Marie Kondo, la gurú de la organización, quien asegura que tener en tu casa objetos “pendientes”, es decir, objetos que requieren de tu atención, se convierte a la larga en una carga pesada sobre tus hombros cada que los ves. Ella sugiere deshacerse de ellos pero ¿qué sucedería si el próximo año te dedicas a explorarlos y sacarles jugo? Hay dos opciones, o descubres que los dejaste porque no son lo que quieres de verdad, o te topas con que solamente necesitabas centrarte y tener un poco de paciencia para lograr lo que te habías propuesto.