El origen de las gorditas es incierto, aunque se habla desde la época prehispánica, también se le atribuye su llegada al estado de Querétaro, de la Ciudad de México y cuenta la leyenda que quienes fueron los pioneros fue el matrimonio conformado por el famoso “Güero” en el Mercado de la Cruz y su esposa Lupita.
Se dice que posteriormente sus familiares y algunas trabajadoras que conocieron la receta y su elaboración comenzaron a poner puestos similares, como por ejemplo, el que se encuentra por las mañanas en la calle de 20 de noviembre, antes era casi esquina con Manuel Acuña y hoy en día esquina con Zaragoza.
Pero quien se halla colgado o no la medalla de sus inicios en la capital, la cuestión es que este platillo ya está adoptado en la gastronomía queretana y no hay un solo día en la que los puestos donde se venden, no se encuentre repletos de los comensales que hacen largas filas en espera de su gordita ya adoptada queretana.
Cabe mencionar que las gorditas tan tradicionales en municipios como Ezequiel Montes, Amealco, San Joaquín y otro.
En años pasados se elaboraban al comal y de guisos, a decir de los oriundos, junto con los tacos de doña Mariquita en Querétaro eran de los más sabrosos, a quién recuerdan con su comal en el antiguo portal de Dolores, que aún existe y se encuentra en la calle de 15 de mayo esquina con Luis Pasteur en el centro.
Pasado el tiempo la modernidad llegó con “Las gorditas queretanas” de don Álvaro Soto que se ubicaban en la calle de Juárez, aún costado de la extinta “Casa Colorada”; éstas eran al doble de las tradicionales, sólo eran de migajas, queso o combinadas y su peculiaridad era la salsa que ponían en un enorme molcajete y que el olor a los jitomates y chiles asados invitaban al más quisquilloso a saborear lo “nuevo” en platillos garnacheros.
Ya con el paso de los años y entre el pleito añejo de “si las quesadillas son de queso o no” aparecieron las “gorditas fritas”; estas ya eran más pequeñas y de masa quebrada, cocinadas en aceite y al igual rellenas de migajas, queso y lechuga, las cuales ya se encuentran por toda la ciudad, con el sazón característico de los queretanos