A un lado del centro histórico de la ciudad de Querétaro se encuentra uno de los monumentos históricos más antiguos y representativos de la ciudad, El Acueducto de Querétaro, mejor conocido como Los Arcos.
Los Arcos tienen una longitud de mil doscientos ochenta metros en total y constan de setenta y cinco arcos de los cuales setenta y cuatro son parte de la construcción original de 1726 y uno que fue agregado posteriormente por el Ingeniero Salvador Álvarez, y tienen una altura máxima de veintiocho metros y medio desde el nivel del suelo. Actualmente el acueducto atraviesa la Calzada de los Arcos, y los arcos 25, 26, 28 y 29 son atravesados por el Boulevard Bernardo Quintana.
El acueducto fue construido gracias al Marqués de la Villa del Villar del Águila, Juan Antonio de Urrutia y Arana, quien, a petición de las monjas capuchinas, se volvió en el benefactor de la obra para llevar agua limpia a la ciudad, ya que el sistema de cañerías y los canales de la ciudad llevaban agua que estaba sucia y contaminada. De acuerdo con las historias que cuenta la gente, el El Marqués Juan Antonio de Urrutia y Arana mandó a construir el acueducto porque estaba enamorado de una de las monjas capuchinas, se dice que El Marqués aportó con más del 60% de los fondos necesarios para su construcción.
La obra comenzó en 1726 y finalizó hasta 1738, el primer lugar al que llevó agua fue a la caja de agua de la “Virgen del Pilar”, ubicada en la plazuela de La Cruz, donde las monjas capuchinas iban por agua, sin embargo, tardó tres años en poder ser distribuida a las fuentes públicas de la ciudad.
Te recomendamos visitar Los Arcos por la noche, ya que a esa hora son iluminados por luces de colores.