Los campos de Amealco de Bonfil se comienzan a teñir de rosa cuando se asoman los mirasoles, los cuales se convierten en el paisaje perfecto para cientos de personas que acuden a llevarse una fotografía para el recuerdo puesto que esta temporada únicamente dura entre tres y cuatro semanas.
Y es que, en esta ocasión, por las abundantes lluvias desde la primera quincena de septiembre se comenzaron a ver algunos mirasoles, sin embargo, es durante todo octubre cuando alcanzan su máximo tamaño que puede llegar a ser de 1.30 metros.
Para poder ubicar estas hermosas flores, durante el trayecto de San Juan del Río hacia Amealco por la carretera Estatal 300, se puede ver este paisaje, aunque también en algunas comunidades alcanzan una gran concentración como es el caso de San Ildefonso Tultepec, San Miguel Tlaxcaltepec, Santiago Mexquititlán, La Muralla, Tenasdá, San Pablo, Quiotillos, Galindillo, Bordos Cuates y San Miguel Dehetí.
De acuerdo con los habitantes de estas localidades, los paisajes de mirasoles tomaron un mayor repunte después de que, a Amealco se le denominara como Pueblo Mágico, y por ello año con año, se llenan los caminos de turistas que hacen diferentes sesiones de fotos.
A raíz del éxito de esta temporada, existen también algunas turoperadoras que ofrecen la experiencia de visitar los campos, que se agrega con algunas rutas para visitar a artesanos de muñecas y alfareros de la zona indígena.
Es necesario mencionar que, con las primeras heladas, los mirasoles comienzan a desaparecer, es por eso que Los visitantes aprovechan este periodo para poder ser parte del escenario natural rosado que ocasiona la presencia de humedad.
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USO MEDICINAL
En los pueblos originarios, esta flor es recolectada desde sus primeras salidas, toda vez que, sirve para la elaboración de infusiones que ayudan a combatir la tos derivada de resfriado y se acompaña con miel.