Todos vivimos en una burbuja. Esta burbuja es, en resumen, la suma de aquello que conocemos, que nos es familiar. Su tamaño depende de las actividades habituales, responsabilidades, los círculos sociales y laborales y demás variables que alimentan nuestra vida cotidiana. Miramos el mundo a través de sus paredes que rara vez nos atrevemos a traspasar.
Para mí, la práctica de la fotografía ha sido un polo a tierra. Estar detrás de la lente me ayuda a ver más allá de mi burbuja y me obliga a salir de ella. Así descubro los muchos mundos que conforman este mundo y a través de mi trabajo busco darlos a conocer y, en algunos casos, crear conciencia de otras realidades, muchas de ellas menos afortunadas que la nuestra y otras simplemente tan disímiles y contrastantes que solo a través de las imágenes las podría ilustrar.
Observar desde otro punto de vista, cambiar la perspectiva, abrir nuestra mente. Solo así las diferentes realidades que suceden de manera paralela a la nuestra se desvelarán ante nuestros ojos. Y para mí, la fotografía es el medio que me proporciona las piezas para completar el rompecabezas que conforma mi realidad. La fotografía es mi polo a tierra.
Las imágenes que escogí para acompañar este texto son unos cuantos ejemplos de situaciones que en su momento llamaron mi atención. En las siguientes líneas, una breve explicación sobre ellas:
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