Un brinco al mercado

Veva Palacios

  · sábado 17 de febrero de 2018

Foto: Especial

¿Hace cuánto no te paras en un mercado? Si tu pregunta es hace menos de un mes, aplausos para ti, eres de las mías. Pero si hace más de este tiempo no te has parado en uno te invito a hacerlo. Es verdad que el mercado no es un lugar para cualquiera, pues muchas veces hay expuestos alimentos que si eres asquerosito te hacen pasarla mal.

Lo que si es verdad es que la mayoría de las veces en los mercados se consiguen alimentos menos procesados y con menos químicos que los de un supermercado. Suelen ser alimentos más frescos, con menos conservadores y con formas más irregulares, si, y ¿qué crees? Que esto es una buena señal aunque no lo creas. Cuando las frutas son perfectamente iguales y casi tienen los mismos pliegues y tonos en el mismo lugar, es señal de que ese alimentos o fruto ha sido modificado genéticamente. Mientras cuando cada pieza posee su propia forma, tonos, colores y tamaños es señal de que han crecido al natural, con su individualidad.

Lo mismo pasa con los trozos de pollo. Si alguna vez visto a algún extranjero en un supermercado, verás cómo queda sorprendido del color del pollo que acostumbramos consumir en México: amarillo. Y es así, el pollo naturalmente debe tener un color más tierno, más tirándole a blanco, no amarillo (por acostumbrados que estemos). Si te das la oportunidad, es muy probable que si consigues piezas de pollo en el mercado sean más parecidas a lo que te sugiero porque no están pintadas artificialmente a pesar de que esto les de mayor adaptación social en nuestro país.

En el mercado también conseguimos muchos productos locales maravillosos que existen de siempre, pero que muchas veces solo volteamos a ver cuando una coach nutricional en tendencia los pone de moda ¿qué tristeza no? Así que acércate a los mercados y consume los ingredientes tan maravillosos que puedes encontrar ahí aunque aún no hayan sido reconocidos como superalimentos de moda y por lo tanto aún no han sido encarecidos. Así pasó ya con la linaza, el camote, la chía y muchos otros. Aprovecha los que aún quedan como el nopal, los nísperos, garambullos, el cuitlacoche, el tamarindo, la jamaica, la guayaba, qué se yo… todos poseen propiedades maravillosas pero solemos darle lugar importante en nuestra mesa hasta que alguien con poder decide son buenos.

En el mercado puedes gozar de una gran variedad, de alimentos locales, naturales, muchos traídos directamente del campo. Apoyas el consumo local y ayudas a negocios familiares en lugar de a grandes empresas. Proponte ir al mercado de repente y regálate la oportunidad de llenarte de colores, olores, nutrición y riqueza cultural tanto en tu ciudad como en cualquier otra que visites.

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