A un día de festejar el Día del Niño, para muchos el recuerdo de nuestra tierna infancia flota en nuestros recuerdos, las caricaturas, los dulces, los juegos y tantas, y tantas cosas que nos hacían verdaderamente felices.
¿Quién no llegó corriendo de la escuela para no perderse las caricaturas?. Eso si, primero se comía, se ayudaba a recoger la mesa, hacer la tarea y luego ver las caricaturas, para esperar el ansiado ¡toc, toc! de la puerta, para que el más desinhibido de nuestras pandilla preguntara a mamá si íbamos a salir.
Vivimos en medio de una sociedad donde se podía salir a jugar a la pelota, futbeis, bote pateado, escondidillas y todo lo que nuestra imaginación dictará. Muchos lloramos con la serie de la Dulce niña Candy, soñamos con el amor de Anthony y nos enamoramos del rebelde Terry.
Jugamos hacer Donatello, de las Tortugas Ninja, He Man, She Ra, Lion O, correr, trepar en busca de aventuras, sintiéndonos protagonistas de esas historias creadas en nuestra imaginación.
Comer nuestros dulces favoritos y sentirnos muy especiales cuando nos salían las famosas estampitas del álbum de colección del momento, cambiarlas y ser lo máximo cuando nadie más tenia la más buscada.
Hoy muchos ya somos padres, abuelos y entre nuestros deseos muy seguramente es que nuestros niños vivan su infancia al máximo y que al igual que nosotros atesoremos esos grandes recuerdos, para que alguna vez también digan…"en mis tiempos".