La virgen de Schoenstatt es la peregrina de la fe, su historia comienza en Alemania gracias a su fundador el padre José Kentenich.
Esta devoción nació hace más de 106 años, cuando surgió la Alianza de Amor del padre Kentenich y un grupo de seminaristas con la Madre de Jesús en Alemania. Fue en esa localidad donde se levantó un Santuario y tres ermitas a la “Madre y Reina Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt”.
En Querétaro tiene su lugar sagrado en el municipio de Corregidora, que como dato curioso es la réplica del mismo que se encuentra en Alemania. La historia de este recinto en el estado se evoca desde el año de 1974 en la CDMX cuando sacerdotes y hermanas de María buscaban un lugar en el estado para poder edificar una iglesia que albergará a la Santísima Virgen de Schoenstatt.
La leyenda cuenta que los religiosos llegaron y vieron el lugar, enterraron una medalla y pidieron a la Virgen indicarles si era ese el sitio elegido para levantar su lugar sagrado y fuera un refugio de amor, paz y esperanza para sus fieles.
Esperanzados volvieron a la Ciudad de México, en ese tiempo Distrito Federal y su sorpresa fue que al llegar a la ciudad, un bello y brillante arcoíris los recibió, para ellos esa era la señal esperada y fue como comenzó a construirse el lugar en aquella ermita en el municipio de Corregidora en Querétaro.
“Recuerdo cuando se puso la primera piedra, todo esto era cerro, no había casas cercanas. Pero se sentía una paz, como hasta ahora, a pesar de estar ya más habitado, entras aquí y sientes mucha calma. La Virgen de Schoenstatt es maravillosa y llena de bondad”, compartió Josefina Muñoz, quien indica que su fe por ella es inmensa pues siempre ha recibido bendiciones de la madre de Dios.
Otro mito que se le atribuye a la imagen sagrada es el que compartió en su momento la señora Guadalupe Hernández viuda de Olvera, quien es vecina de la colonia “Los Olvera”, muy cerca del lugar donde está el Santuario. En los relatos de Homero Adame, se lee la leyenda que la Virgen de Schoenstatt se apareció cuando “Los Olvera” era apenas una pequeña comunidad, donde las personas vecinas en su gran mayoría se dedicaban al campo; una tarde varios campesinos incluyendo al papá de doña Guadalupe estaban labrando, cuando el cielo se puso muy nublado, de repente un estruendo en el cielo los hizo salir de sus labores y un rayo resplandeció desde el cielo cayendo en la comunidad de “Los Olvera”.
“A muchas personas les entró la curiosidad y fueron a ver donde había caído el rayo (…) decía mi papá que el rayo iluminó todo. Y fue ahí en la Ermita donde apareció la imagen de la Virgen, cuando todos vieron el mezquite partido y quemado”.
El lugar alberga varias peregrinaciones al año, muchas personas vienen desde varias partes de la República Mexicana, otros del mismo estado de Querétaro, pero todos con un mismo objetivo, la fe. Esa fe que mueve la esperanza de enfermedades, problemas familiares, incluso adicciones.
“Mi hijo por desgracia se perdió en las drogas, nosotros somos de Apaseo el Grande, en Guanajuato y mi hermana me dijo que viniera a pedirle a mi madrecita (…) tengo cinco años viniendo cada ocho días a escuchar misa y traerle sus flores. Mi Andrés, tiene ya tres años que es un buen hijo y ahora es papá de un niño de 3 meses. Estoy muy feliz”, cuenta Angélica Ramírez.
A decir de los religiosos del lugar, las personas que visitan el Santuario de la Virgen de Schoenstatt tienen tres gracias fundamentales.
La primera y fundamental, es el cobijamiento, que simboliza la sensación de protección y de bienestar que implica peregrinar al santuario.
La segunda es la transformación interior, que describe la acción de María como educadora y acompañante del camino de crecimiento de las personas.
La tercera y última es el envío apostólico, es decir, el impulso de salir al encuentro de los demás para construir una comunidad nueva.
El Santuario de Schoenstatt en Querétaro fue el primero en el país, se construyó en 1980 y se extendió por toda la República, su nombre es María, Madre y Reina, Corazón Fiel de la Iglesia; nombre bajo el cual creen y trabajan en su misión por mantener y reconquistar la fidelidad a la Iglesia Católica.
Las Hermanas que viven en la casa en Querétaro ofrecen retiros espirituales y otras actividades para los miembros del Movimiento de Schoenstatt y también para otros grupos. El sitio es un lugar que inspira paz y donde se pueden encontrar venta artículos religiosos, cafetería, juegos para niños, jardín de cactus, casa para la juventud y el auditorio abierto donde se celebran las Santas Misas y otras actividades.
En este espacio las religiosas ofrecen talleres de preparación para el matrimonio para parejas comprometidas. En el marco de retiros de fin de semana, o como talleres individuales, las hermanas ofrecen temas sobre la comunicación de la pareja, sexualidad, paternidad responsable y el significado del sacramento del matrimonio. Los temas son tomados de la exhortación Amoris Laetitia y se presentan desde el punto de vista de los principios pedagógicos de Schoenstatt y sus métodos.
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En su página oficial las religiosas encargadas del Santuario han publicado que todos los años, durante la Semana Santa, cientos de miembros de la Juventud de Schoenstatt de todas partes de México se unen para participar en las Misiones Juveniles – México Luz de María. Acompañados por los Padres de Schoenstatt y por las Hermanas de María de Schoenstatt, los jóvenes visitan varias comunidades y acompañan a los residentes en la celebración de la Semana Santa, esforzándose por crear una poderosa experiencia de fe para ellos. Los jóvenes preparan las liturgias de la Semana Santa, talleres y otras actividades. A través de su espíritu alegre y lleno de fe, los misioneros quieren llevar la luz de María a todos los que visitan.
Su Santuario se encuentra ubicado en Camino a los Olvera, Kilómetro 2, interior 7, Corregidora, Querétaro.