Estos consejos son útiles cuando lo que `asusta´ es falso, pero no cuando lo que `asusta´ es la información veraz”, explican María Ibáñez y Jesús Jiménez, una psicoterapeuta y un psicólogo clínico, que dirigen el centro Psicología e Introspección.
Para estos expertos muchas de las recomendaciones psicológicas que se están difundiendo para afrontar la crisis por el coronavirus son insuficientes y solo funcionan cuando el miedo se reduce a una simple preocupación por los acontecimientos, pero no si se tiene miedo realmente, advierten.
Estos expertos ofrecen a EFE las claves para afrontar tres de los miedos más usuales que despierta la expansión del coronavirus:
1 MIEDO A CONTAGIARSE Y ENFERMAR
Aconsejan cerrar los ojos y, sin relajarse, ni tranquilizarse, buscar las sensaciones que el miedo produce en el cuerpo. No hay que tratar de que las sensaciones desaparezcan, ni que se atenúen, por fuertes que sean, porque al prestarles atención se irá perdiendo “miedo al miedo” y el sufrimiento empezará a bajar.
2 MIEDO A QUE ENFERME UN SER QUERIDO
“Este miedo suele tener que ver con el temor a ver sufrir a esa persona, al trastorno que pueda ocasionar su enfermedad (como los perjuicios económicos) y a que muera. La pérdida, el vacío interno que deja esa persona, está muy relacionado con el temor a no tener su apoyo, a la soledad”, según estos expertos.
Sugieren prestar atención a los pensamientos, observar si son en imágenes o en palabras, y de qué parte de la cabeza nacen. También aconsejan explorar lo que esos pensamientos nos hacen sentir, sin prisa, con curiosidad por comprender en que consiste ese miedo.
“Permanecer un buen rato atentos a las sensaciones del cuerpo cada día, produce un gran beneficio“, recalcan.
3 MIEDO AL QUEBRANTO ECONÓMICO
“Este miedo tiene que ver con el temor al futuro, a las deudas, al rechazo social, a los problemas en el ámbito familiar o laboral, y en última instancia a no sobrevivir”, de acuerdo a estos expertos.
Pero advierten que “temer el futuro económico no nos va a ayudar a tener mejores recursos, y solo va a producir pensamientos obsesivos, insomnio, angustia, dolor de estómago o de cabeza”.
Sugieren observar con atención ese dolor de estómago o de cabeza, o alguna contractura que puedan surgir, sin relajarse, con curiosidad, sintiendo el cuerpo y sus molestias, y hacer este ejercicio un rato cada día, en una postura cómoda, con los ojos cerrados o abiertos.
Aconsejan explorar este camino alternativo para eliminar el miedo consistente en permanecer atento a aquello que nos hace sufrir en lugar de intentar escapar.