Así es, pasamos sobre el tiempo, lo medimos de manera subjetiva, sin embargo es el indicador y el espejo, y el pasado los que nos recuerda nuestro recorrido por él, lo efímero del presente, de la vida. Entonces ¿Por qué no dedicarlo a actividades sustantivas?, es decir; en lo que se refiere explícitamente a esta columna, durante estos ocho años, el Coraje Creativo con su intencionalidad principal ha sido llevar y elevar la voz de los que no son conocidos, se aclara, por la mayoría; no por eso son menos importantes, sino al contrario, porque los que están en este contexto son los más trascendentales, los que dejan huella, y mejor aún, son los que definen el futuro de la música.
Este esfuerzo que parece ser que se pierde ante la indolencia, ante la falta de interés e ignorancia, se hace cada vez más necesario, y no debería ser para unos cuantos, sino para la sociedad en general. Todos tenemos una gran responsabilidad y compromiso con nosotros mismos y los otros principalmente (no es un término discriminativo, se aclara, es considerando el concepto de la alteridad), porque en este momento la generación de productos basura están permeando cada vez más el gusto, preferencias y pensamiento de miles, millones de personas que caen fácilmente ante los embates de televisoras, radios y la industria del disco con pensamiento comercial, que sin escrúpulos, atisbos de decencia y ética imponen fenómenos vulgares, de bajísima calidad letrística, armónica, rítmica y melódica, dando como resultado una pobreza musical que ofende a la inteligencia de la humanidad, que limita, prohíbe la escucha de aquellos que desde su trinchera abogan por una música digna para la todos, sin excluir, donde la filosofía, creatividad, radicalidad, riqueza de notas, texturas, colores, interpretación, ejecución virtuosa, concepto, coraje, son su sino.
Por otro lado se ha criticado hasta el cansancio a músicos que han volteado la espalda al desarrollo de la música, desde el púlpito de la arrogancia y desde una perspectiva muy pobre considera que el jazz, solo debe ser lo hecho hasta antes de los años cuarenta, así es, se hace la referencia a Wynton Marsalis, quien desde el poder del Lincoln Center realiza sus disertaciones desde un marco reaccionario, conservador.
Así mismo, el smooth y el new age han sido y serán blanco de la crítica de esta columna.
Al igual se ha abogado por un pensamiento reflexivo, que lleve al análisis de las propuestas atrevidas, rompan con paradigmas, impliquen un reto, sean radicales, incluyentes y no excluyentes., que signifiquen alimento para la mente y el espíritu libre de los humanos.
Aprovechando la coyuntura, es conveniente tomar un particular caso que ha preocupado al Coraje Creativo, a razón de la lectura del artículo “La calidad de la música: el mercado versus los expertos” del libro “Macroeconomía” firmado por el Mtro. Agustín Cue Mancera, quien tiene una trayectoria de años en la docencia y en la economía; quien sin una reflexión profunda sobre el arte, hace una crítica a los expertos en música, considerando que las leyes del mercado, es decir; las leyes de oferta y demanda justifican el comportamiento del consumidor, y que los especialistas no se les debe hacer caso, porque eso sería negativo para la sociedad, calificándolos de “progresistas” y “cultos”, dando por hecho que sus opiniones no causan ningún efecto, además tacha de gravedad si se impusieran sus opiniones. Considera y cito a la letra “…Es absurdo y enojoso escuchar a los expertos decir que “el pueblo no sabe lo que quiere”, que le “imponen gustos musicales de baja calidad”; en efecto, esta es una forma de tratar a la gente como si fuera menor de edad, lo cual es inadmisible, además de ser una completa falta de respeto”. El Coraje Creativo replica:
En octubre de 2011 presentaba la tesis sobre el jazz y los negocios para obtener el grado de Maestría, probablemente la primera a nivel nacional en este contexto. Un sinodal cuestionaba la falta de enfoque en la investigación de mercado a través de la fuente primaria, además la ausencia definitoria de un segmento específico, lo que se le llama target o mercado meta, a lo que se respondió no ser necesario, porque el arte no debe ni debería ser considerado para un grupo especial. El arte debe ser para todos. No pudo refutar ante la respuesta emitida. Por lo tanto es y sería ridículo imaginarse a alguien que solamente tenga las siguientes características: ojos azules, con alta capacidad económica, vistiendo a la moda hipster actual (que no tiene nada que ver con figuras como Mezz Mezzrow, Dizzy Gillespie, Charlie Parker o la Generación Beat), accediendo a supuestas películas de arte, y asistiendo conciertos y libros que no entiende, serían los únicos que pueden o podrían acceder al arte. Entonces muchos quedarían fuera de contexto. Y para ser más puntual, el fenómeno de la moda (que tanto daño hace) que se puede explicar a través de la mercadotecnia y la economía, es uno de los males de la actual sociedad de consumo, lo cual se le olvida al Mtro. Cue. Entonces y ante lo anterior se podría refutar las leyes de mercado, bajo el contexto que se explicará más adelante.
Antes se hace una acotación necesaria, podría parecer paradójico a primera vista; porque quien esto escribe ha dedicado los últimos años de vida a enseñar materias sobre negocios, incluyendo economía a nivel universitario, pero bajo un enfoque humanista y crítico.
La historia continuará… y claro que continuará en la siguiente entrega.