El fotógrafo queretano Gerardo Proal presenta en el Centro de las Artes de Querétaro (CEART) su colección “Agua y otras soledades”, la cual consta de 20 piezas en las que revela de manera muy íntima, una profunda reflexión sobre la vida y la relación intrínseca con el agua; vital líquido que en sus múltiples presencias logra composiciones extraordinarias con su entorno.
A decir del artista, este ejercicio se basó en una exploración y en una intención de presentar motivos más allá de los elementos físicos de la naturaleza; para lograr encuadres y composiciones que llevaran al espectador a una mirada internada en lo espiritual de la naturaleza.
“El agua es un elemento fascinante que en un sentido espiritual, evoca la transformación; el agua se convierte en hielo, se hace líquida, se evapora, se convierte en nieve y tiene muchas facetas que se empatan con las emociones del ser humano”, señala.
Además de las fotografías, Proal ofrece una serie de reflexiones e interpretaciones personales de cada fotografía que va ligando con la soledad, al ser una emoción que se ha extendido con la pandemia.
“Aunque tenemos proximidades afectivas, también nos hemos alejado de mucho del mundo y de la oportunidad de ver lugares y muchas cosas que se convierten en una soledad muy interna y de eso va un poco la intención de esta exposición en la que comparto estos sentires tan íntimos”, describe Proal.
Una de las características de la fotografía de Gerardo es que centra su atención y enfoque en las composiciones, y aunque gusta ampliamente de retratar elementos de la naturaleza, ha experimentado con todo tipo de atmósferas y ambientes que van desde la flora y la fauna; hasta tomas urbanas de las que denota siempre, aspectos que permitan generar una mirada reflexiva y diferente para el público.
Para Proal, la fotografía es un arte que posibilita hacer poesía visual y ofrecer un recuento del tiempo con tintes del alma: “La fotografía permite detener el tiempo y dejarlo plasmado en una imagen como un testimonio del pasado para el futuro, y de alguna manera siempre cuenta historias; porque cada fotografía tiene una memoria”.
La exposición permanecerá vigente en la galería principal del CEART hasta el 12 de julio, con acceso gratuito.