Novelista, filósofo, guionista, dramaturgo… todas estas disciplinas y otras más caben en la mente y producción de Hugo Hiriart. El multifacético escritor ve en el desarrollo de esta gran gama de actividades su “naturaleza”, pero también cree que es una especie de infortunio.
“Yo tengo una desgracia, que siempre, desde que era muy joven, andaba metido en muchas cosas al mismo tiempo. Eso es una desdicha no es un don, es una cosa que te hace superficial, que baja la calidad de lo que haces, pero hace que tu vida sea más variada e interesante”, sostiene el creador de la puesta teatral “La ginecomaquia” en entrevista con BARROCO.
“La verdad estoy sujeto a una determinación que yo no gobierno, así soy y se que no está bien, pero lo tengo que aceptar”, añade el autor.
En este sentido urge a todos, en especial los jóvenes, a desarrollar sus dotes artísticos, pues considera que todos tienen algo que decir, pero sobre asegura que la escritura es el mejor medio de autoconocimiento.
“Nosotros tenemos una dotación de cierto talento, todos, si tu te pusieras a escribir una novela sobre periodismo, harías algo interesante que te reflejaría a ti (…) Eso es lo alentador del arte, para el que lo hace es que lentamente va encontrando como es él, cosa que él no sabia.
“Yo nunca en mi vida he contado un chiste, no soy chistoso, tampoco soy serio, pero escribí uno y funcionó. De ahí va saliendo un retrato mío, que es implacable, él si te dice: mira, tú eres así. Tú también te sorprenderías. Ese sí es espejo”, subrayó.
Esta búsqueda parece advertir las motivaciones de su oficio creador, pues Hiriart asegura que el autoconocimiento le ha dado plenitud para sentirse libre y poder vivir en el presente, sin mirar atrás con dejos nostálgicos o idealistas
“El arte es mucho mas profundo. Cuando tú te ves frente al espejo sabes de que lado te ves mejor, de que ángulo y lo que haces es mover todo para verte mejor, entonces no te estas viendo con toda la dureza y realismo que podrías tener, esta apareciendo una entidad que tu has creado, así eres o crees que tú eres. El arte es una ayuda muy grande la más grande que yo conozco para zafarte de esa cosa creada, de ese personaje y poder acercarte a la verdad que tu eres”.
Sin ahondar mucho sobre qué le ha dicho su producción artística acerca de su personalidad, Hiriart, galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia en 1972, compartió que advirtió que siempre ha contando la misma historia, pero vista con muchas aristas.
“Decía que yo siempre hago la misma historia, que es como yo veo la vida. Nosotros encontramos un tesoro, lo perdemos, no lo entendemos como tesoro cuando lo vimos, y luego lo lamentamos, ya no tenemos eso, pero cuando lo teníamos no sabíamos que era un tesoro y la vida de una persona así es.
“Tú naces, creces, llega el momento en que tú eres joven, estas arrancando y tienes éxito con las muchachas, tienes amores y ganas y no te das cuenta, crees que así es la vida y llega un momento en que no tienes nada de eso, no tienes ni esperanzas ni sueños, porque tu vida ya avanzó y entonces el tesoro que tuviste lo perdiste.
“Ahora la gente que vale la pena es la gente a la que eso no lo amarga, si que lo mantiene, dice: la vida es cabrona, pero es a todo dar, me ha dado muchas cosas, me ha quitado muchas cosas. Yo que soy un hombre de edad, te podría decir que ahora soy más feliz que cuando estaba en la plenitud de mi vida. Cuando era joven, yo sufría mucho, el amor me hacia sufrir mucho, las mujeres y la incertidumbre y ahora no tengo nada de eso, estoy en paz”, compartió con humor.
El amor, el deseo, la locura, el poder son protagonistas de sus creaciones, inquietudes que no lo abandonan, según comparte y que lo llevan a diversas trincheras.
Pero si bien dijo que su “naturaleza” creativa lo orilla a explorar diferentes disciplinas, a las que sumamos el periodismo e incluso las artes plásticas, Hiriart sostiene que la forma en que desarrollará la idea que lo inquieta la decide él, es decir, una obra de teatro, por ejemplo, se construye como dramaturgia por plena conciencia del autor.
- ¿Cuándo te enfrentas al momento de creación, siempre sabes que tu historia será un guión, una novela, un cuento o una obra de teatro o es la misma historia quien decide lo que será?, se le cuestiona
“Eso lo decido antes, lo decide el propio material que estoy desarrollando, por ejemplo, quiero hacer un ensayo sobre los sueños, quiero escribir una novela acerca del hartazgo y el fangal al que hemos caído, entonces ya no hay duda, no es: puede ser esto o puede ser lo otro”.
Estas inquietudes lo han llevado al teatro, al cine, a la literatura y al ensayo. Sus obras de teatro se han montado en toda la República Mexicana e incluso el extranjero. Recientemente, en Querétaro, el grupo Atabal Creación Escénica monto su versión de “El tablero de las pasiones de juguete”, versión que confesó haber querido ver durante su estancia en esta ciudad en el marco del Hay Festival del que fue parte el pasado mes de septiembre, pero por diferencias de agenda entre su estancia y las funciones de la compañía, no se pudo concretar.
- ¿Te gusta ver tus obras en escena? ¿Disfrutas eso?
“Yo no me veo a mí, sino veo el… es muy claro para mí el trabajo de creación que hicieron los que montaron eso, a veces es muy superior al que yo hice, y en obras que se han representado muchas veces como La ginecomaquia, siempre aprendo y siempre es delicioso. Esa es la ventaja del teatro sobre todas las obras literarias, porque el teatro no esta hecho para que lo lea la gente, esta hecho para que un grupo de artistas dé su versión y la ponga ahí y entonces la historia esta rejuveneciendo siempre, todo el tiempo”, expresa.
Al respecto, el escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 2014 confesó no estar en mucho contacto con la nueva dramaturgia surgida de noveles plumas, pero mostró su interés de poder involucrarse con jóvenes creadores a quienes tiene deseos de compartirles su conocimiento.
“Yo podría ayudar mucho a estos muchachos. Yo soy maestro y toda la vida he sido maestro y podría transmitir toda la experiencia que he tenido montando obras, escribiendo obras. El talento no basta, hay que desarrollarlo, hay que profundizarlo, si no se queda en una cosa muy superficial”, concluyó.
