Frente a una alberca, en una tarde veraniega y al lado de mi compañía fiel, con quien comparto melomanías y consumo riffs (aunque no espressos porque le da la taquicardia); sonaba el nuevo álbum de Blur: The Ballad of Darren (2023, Parlophone; Warner Bros. Records), cuya portada es también una alberca. Aunque no la misma que mis ojos veían, ya que la piscina del disco difiere en sus aguas, tonos y atmósfera: melancólicos, retrospectivos, nostálgicos y esperanzadores, que dan identidad al material más esperado de la banda. Este, publicado el 21 de este mes, se distingue del resto de sus lanzamientos más recientes, puesto que La balada de Darren contiene más dosis de “Blur” y retoma lo esencial del cuarteto para explorar horizontes posmodernos.
Zambullirse a la alberca de Blur suena a The Ballad, la primera canción que nos entibia el corazón en estas aguas bajo el cielo gris melancólico. Fue Damon Albarn, el líder y vocalista, quien se encargó de la poesía detrás de los temas que componen The Ballad of Darren. “I just looked into my life / And all I saw was that you're not coming back”, son los primeros versos con los que abre el disco, acompañados de un piano y sonidos que evocan un sentimiento de nostalgia, la cual vive a lo largo de las 10 canciones (12, en la versión deluxe).
La pérdida es un tema que también abunda en The Ballad, así como en Barbaric. Esta última rompe con el mito del amor romántico: un vínculo eterno, que todo lo puede, libre de problemas y siempre feliz. Albarn, con sus 55 años de edad, nos cuenta que el amor, así como nuestra suscripción a la vida, se agotan. Y que así como hay fecha de expiración para ambos, acarrean sus necesarios problemas: “All of us carry trauma”, canta acompañado de las voces de fondo, para expresar nuestra naturaleza humana.
A plena mitad del disco, The Everglades (For Leonard), es la balada definitiva. Una canción en la que Albarn contempla, acompañado del sonido tenue de una guitarra, el pasar de la vida a su mitad de siglo. Los versos explícitos nos recuerdan a aquellos pensamientos que flotan como botes a la deriva en nuestras mentes, cuando reflexionamos sobre nuestro pasado y comenzamos a trazar un significado de la vida. Como los “fantasmas vivos en nuestras mentes” a los que se refiere Albarn en la pieza. Lo especial del líder de Blur y mente creativa detrás de Gorillaz, es su capacidad para hablar del tema de la vida, sin adornarlo, exagerarlo o crear una idea “romántica” y excesivamente positiva de ella. Su belleza radica en abordarla como es: apegada a la realidad y desde su propia experiencia. Una alberca de aguas tibias, nostálgicas y sabias, en las cuales pareciera que nos hundimos o perdemos; pero, al final, logramos nadar a nuestro ritmo.
Las letras de The Ballad of Darren se sienten así. Si bien los integrantes de Blur ya están en el quinto piso y han atravesado diversas rupturas en su vida (una de ellas, la propia banda), las audiencias más jóvenes también pueden disfrutar del álbum y simpatizar con él. Así como Blur ha roto y regresado varias veces, son las relaciones de amor líquido que imperan en las juventudes. Los vínculos de amistades, parejas, familiares y colegas laborales, son eso: inestables, intensas, imperfectas, complejas, flexibles. Es un amor que fluye, cambiante, caudaloso y salvaje, como el concepto de “modernidad líquida” concebido por el filósofo y sociólogo polaco-británico Zygmunt Bauman. De este concepto se desprende el mencionado “amor líquido”, el cual se refiere a los vínculos sociales frágiles, desechables, efímeros y cambiantes, característicos de la posmodernidad en la que vivimos, y que se perpetúan por las redes sociales y la rutina de inmediatez de la época.
En Avalon, la voz de Albarn y el talento de Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree, se unen en una canción armoniosa, de ritmo lento y apacible, para adentrarnos en aguas esperanzadoras. La trompeta y la batería transmiten este sentimiento. Para un músico como Alejandro Morenow, queretano e integrante del dúo Caín y Abel, la experiencia musical se siente como “pasar de algo desolado a algo esperanzador. Yo creo que eso es lo que más me gusta de la música de Blur”.
Morenow y yo coincidimos en que Avalon se asemeja a Russian Strings, otra melodía del repertorio, por su ambiente tranquilo y vintage. Lo destacado de esta otra canción es que está infusionada con tintes psicodélicos, “mucho gracias a los arpegios de Graham y toda la estructura de la canción que funciona muy bien”, detalló el joven músico.
Como mencionaba al principio, de los atributos especiales de The Ballad of Darren, cabe destacar que tiene más “Blur” porque, en su grabación, lograron reunirse los cuatro integrantes, hecho que tenía años sin ocurrir y no sucedió con el disco antecesor. “[…] Lo hicimos como si hubiéramos hecho un disco de antes, con todos nosotros juntos en la sala”, dijo Damon Albarn al medio digital de origen neoyorquino, Consequence. Si bien el líder escribió las letras por su cuenta, durante la gira de su proyecto alternativo, Gorillaz; decidió que el material era más para la banda que, en la década de 1990, disputaba el primer lugar en los rankings con su némesis del britpop, Oasis. Al final, la consolidación del disco y los sentimientos que transmite, ocurrieron gracias al talento de Blur en conjunto y su reunión tan esperada, tras ocho años.
La vida desde la visión del cuarteto británico, plasmada en la obra de arte que resultó su nuevo disco, es una manifestación de la modernidad líquida y la naturaleza humana posmoderna. Si consideramos que Albarn y sus colegas son músicos pertenecientes a la gen X, resulta más atractivo adentrarnos a analizar cómo conciben las relaciones sociales y su pensar acerca de la vida actual, mediante piezas musicales con ritmos geniales.
Considero que es un gran álbum que, en un principio, me cargó de las emociones ya expresadas; y, tras varias reproducciones, me hizo extrañar épocas, personas y sentir la pérdida que siente Damon Albarn (pese a que me dobla la edad). Además, la experiencia de escucharlo en compañía, me hizo aferrarme a las aguas esperanzadoras de la alberca de Blur.
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Por cierto, las tierras mexicanas forman parte del regreso de Blur. La agrupación se presentará en la edición 2023 del festival Corona Capital, en la Ciudad de México, el sábado 18 de noviembre. Compartirán el recinto con The Black Keys, Jungle, Metronomy, Niall Horan, entre otras bandas y artistas. No cabe duda de que será un evento importante por la música nueva de Blur y por los sentimientos en los que nos zambullimos con La balada de Darren. Será interesante presenciar en vivo el clavado a esa alberca melancólica y reflexiva.