Aproximaciones al Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro (I)

Barroco universitario

Gerardo Ramírez / Colaborador Diario de Querétaro

  · miércoles 16 de octubre de 2024

Foto: Cortesía / Kevyn Lara

¿Qué es necesario para fundar una editorial universitaria? Las respuestas posibles son, casi, inabarcables. Esta pregunta, en apariencia simple, contiene un amplio registro de posibilidades. En el caso específico de la UAQ, la tarea de construir una casa editorial que vele por los intereses de quienes habitan la Universidad y que, al mismo tiempo, procure llegar a los sitos más profundos de la sociedad, no ha sido una tarea sencilla. Cuando uno busca la génesis del Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro lo primero que encontrará son los nombres de quienes han hecho posible su existencia: Diana Rodríguez y Federico de la Vega, par de profesionales que se formaron en las aulas de la Facultad de Lenguas y Letras que otrora se encontraban en el Campus Cerro de las Campanas. Para estos estudiosos del lenguaje y sus casualidades, el quehacer editorial no es algo desconocido, pues cuentan con una extensa trayectoria en dicho ámbito.

A través de este espacio, la universidad  compartirá actividades, logros, convocatorias y reflexiones de la UAQ sobre innovación, cultura, artes y extensión universitaria. Foto: Cortesía / UAQ

En los albores del 2017 surgió el Fondo Editorial Universitario como un esfuerzo no sólo para dar a conocer la producción académica de las y los investigadores de la comunidad, sino también para forjar una identidad editorial universitaria, sostenida siempre por el cuidado de la calidad que permita resaltar las cualidades de los diversos contenidos. En este sentido, la labor de este Fondo consiste en cuidar cada aspecto detrás de la edición de los libros que se suman a sus colecciones académicas y literarias, apoyándose en distintos criterios tanto de corrección de estilo como de diseño editorial, los cuales se han definido y sofisticado a lo largo del tiempo basados en las funciones y propósitos de cada una de las obras. No hay que perder de vista que los procesos editoriales se perfeccionan con la experiencia, con el aprendizaje adquirido a través de las múltiples actualizaciones y prácticas obtenidas en cursos, diplomados y talleres, los cuales resultan esenciales durante la toma de decisiones en las oficinas del Fondo, ubicadas en el Campus Centro Histórico.

El trabajo editorial es un ejercicio de balance y comunión. También de disputa y confrontación. De atender las necesidades de cada publicación y constantemente asumir retos. Las y los investigadores ponen en marcha la primera etapa del proceso editorial al ofrecer un manuscrito completo y sistematizado del área de conocimiento a la que dedican sus estudios. Una vez que la obra es aceptada para su publicación, el recorrido continúa con varias lecturas, mediante las cuales se realizan aquellos cambios que permitirán entregar un texto limpio al área de diseño, donde se analizan las características específicas del libro para calcular y formar de manera precisa la maqueta y el diseño. A continuación, el archivo es revisado y aprobado por las y los autores, así como leído de nuevo por la correctora de estilo asignada, quien se encarga de afinar los detalles finales del texto. Así, cada etapa del proceso editorial requiere de un ojo entrenado y una enorme capacidad para tomar decisiones guiadas por el editor y la directora.

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Profesionalizar la labor editorial desde nuestra Máxima Casa de Estudios implica relacionar los procesos de la edición con el conocimiento profundo de la lengua y la literatura, una necesidad imperiosa para conformar un Cuerpo Creativo que cuente con una visión general del trabajo en la producción editorial y, al mismo tiempo, desarrolle las aptitudes que se precisan para atender las particularidades y retos de las obras académicas y literarias que llegan a sus escritorios. No es nada sencilla esta tarea, sobre todo cuando se trata de una editorial universitaria que requiere de profesionales para funcionar; a sabiendas de esto, el Fondo Editorial ha apostado por un equipo de trabajo joven, quienes han egresado de distintas áreas del conocimiento de la Universidad y que continúan preparándose para los nuevos desafíos por venir.