/ miércoles 24 de enero de 2024

Artista restaura oficio: lanzan campaña para reparar Niños Dios

Gabriel Astaroth se une a la tradición desde una visión contemporánea, para celebrar la Candelaria y difundir la labor de los restauradores queretanos


Además de cobrarle los tamales a quienes les tocó “el niño” en la Rosca de Reyes, durante el Día de la Candelaria se realiza una tradición muy importante para las familias mexicanas, sobre todo quienes profesan la fe católica. Y es que, cada 2 de febrero se conmemora el término de la Navidad, ya que marca 40 días después del nacimiento del Niño Dios y según las creencias, fue el período de reposo que tuvo la Virgen María.

Para celebrar esto, se acostumbra que las familias se reúnan para “levantar” al Niño Dios del nacimiento y vestirlo con ropa nueva. Esta tradición se remonta a los siglos XVII y XIX y es herencia de las monjas, quienes se encargaban de vestir la figura de Jesús con ropa que ellas mismas o algún feligrés tejía para arropar al Niño.

En una ciudad como Querétaro, este tipo de tradiciones son muy importantes para la comunidad. Esto mismo tenía en mente Gabriel Astaroth, restaurador y artista tatuador, cuando lanzó desde hace unas semanas una campaña de restauración de Niños Dios previo a la llegada del Día de la Candelaria.

Gabriel es egresado de la Licenciatura en Artes Visuales con especialidad de Pintura y Restauración de Bienes Muebles de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro. Actualmente es el fundador y director del estudio de tatuajes y espacio cultural conocido como El Restauratorio Ink, ubicado en el Andador Pasteur Nte. #19, en el Centro Histórico.

Para esta edición de BARROCO nos recibió en su estudio para platicarnos sobre la campaña y mostrarnos un poco del proceso de restauración que atraviesan las piezas que pasan por sus manos –o por “el don que Dios le dio”, como nos comentó durante la entrevista.

  • ¿Es la primera vez que realizan una campaña de restauración de Niños Dios?

Como tal, no. Es la primera vez que la realizamos en El Restauratorio Ink, pero es la segunda en la que participo. La primera fue cuando todavía me encontraba en la licenciatura, entre 2014 y 2015. Fue una iniciativa de varios compañeros que estábamos por egresar y su objetivo era fomentar el trabajo que los restauradores hacemos, algo así como para acercarlo con la población en general y hacer que conozcan un poco de nuestro quehacer.

Y es que existen personas que se asumen como restauradores e intervienen las piezas de mala manera, y la ignorancia hace pensar a muchos que los restauradores tenemos la obligación de dejar como “nueva” la pieza, cuando en realidad desde la carrera se nos enseña a proteger el valor histórico de los objetos. Así que una parte de esta campaña también se trata de eso, de hacerle saber a la gente que nosotros no nos encargamos de “renovar” los cuadros o los objetos, sino que fomentamos su preservación sin querer borrar el paso del tiempo.

  • ¿Por qué una campaña enfocada en los Niños Dios? ¿Poseen algún valor histórico?

No necesariamente. Como tal, la mayoría de las figuras de Niños Dios no poseen algún tipo de valor histórico porque son de yeso o se realizaron en serie, pero lo que sí tienen es un gran valor personal. Por la tradición, las familias mexicanas les tienen un enorme afecto porque son heredadas, hay quienes van cargando con el Niño por consigna de la abuela o bisabuela.

Hay algunos que son muy antiguos, como los que están hechos de madera, pero en su mayoría son figuras realizadas con yeso. Así que su valor se los da la población, y consideramos que por la cercanía que le tienen las personas, era la mejor vía para poder concientizar sobre nuestro trabajo.


  • Como restaurador, ¿cómo determinan el valor histórico de los objetos?

Con el material, las características pictóricas y de manufactura. Esos tres elementos en conjunto nos permiten dar con un aproximado de su antigüedad.

  • En la primera campaña en la que participaste, ¿cuántos Niños Dios recibieron?

Para esa sí fueron como 30 Niños Dios con los que trabajamos. La anunciamos en iglesias de El Pueblito (Corregidora) y del Centro Histórico (Querétaro), nos acercamos con las oficinas y pedimos permiso para anunciar la campaña al final de las misas durante los avisos parroquiales. Pusimos un día en específico y nos trajeron bastantes piezas, desde Niños Dios gigantes, hasta los de madera que son más antiguos.

  • En el caso de estas piezas, ¿cuáles son los procedimientos básicos que realizan en el proceso de restauración?

Por lo regular realizamos una limpieza, retiramos residuos de kola loka o de chicle que pegan en un intento para restaurar la pieza. Los deditos son lo que principalmente les restauramos, les damos forma con la plastilina para hacer un molde y vaciar el yeso para volver a construir los dedos faltantes. Usamos un adhesivo especial para pegar los nuevos dedos y utilizamos pintura acrílica u óleo para igualar el tono de la piel.

Pero los procedimientos dependen principalmente del deterioro que las piezas puedan presentar. Entre mayor descuido en la manipulación de la figura, mayor será nuestra intervención.

  • ¿Cuáles son algunas recomendaciones de mantenimiento quedan al público?

Los Niños Dios son figuras que pueden durar generaciones, no es complicado cuidarlos. Siempre se debe tener cuidado al momento de manipularlos y evitar que se caigan. Teniendo cuidado en esos aspectos, lo único que les puede ocurrir a los Niños es que acumulen polvo, se opaquen los colores o se ensucien. De forma periódica las personas pueden desempolvar y limpiar con una brochita o con un trapito. Es importante no aplicar nada de húmedad, porque el yeso se corroe con la humedad y eso puede echar a perder la pieza.

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Originalmente, la campaña iba a concluir una vez pasado el Día de la Candelaria, pero los artistas solo han recibido hasta el momento tres piezas para restaurar, lo que provocó que Gabriel abriera el servicio el resto del año para el público en general. Dependiendo del deterioro y las dimensiones de la pieza, será el costo a pagar; no obstante, la cuota inicial va a partir de los 300 pesos.

La valorización del servicio se puede realizar a través del correo electrónico elrestauratorioink@gmail.com o al número de WhatsApp 442 141 1693; también se puede hacer de forma presencial en El Restauratorio Ink, ubicado en Andador Pasteur Nte. #19, en el Centro Histórico.

A pesar de que la campaña se encuentra enfocada en la restauración de Niños Dios, el artista está dispuesto a recibir todo tipo de objetos, piezas y cuadros que requieran de su servicio.


Además de cobrarle los tamales a quienes les tocó “el niño” en la Rosca de Reyes, durante el Día de la Candelaria se realiza una tradición muy importante para las familias mexicanas, sobre todo quienes profesan la fe católica. Y es que, cada 2 de febrero se conmemora el término de la Navidad, ya que marca 40 días después del nacimiento del Niño Dios y según las creencias, fue el período de reposo que tuvo la Virgen María.

Para celebrar esto, se acostumbra que las familias se reúnan para “levantar” al Niño Dios del nacimiento y vestirlo con ropa nueva. Esta tradición se remonta a los siglos XVII y XIX y es herencia de las monjas, quienes se encargaban de vestir la figura de Jesús con ropa que ellas mismas o algún feligrés tejía para arropar al Niño.

En una ciudad como Querétaro, este tipo de tradiciones son muy importantes para la comunidad. Esto mismo tenía en mente Gabriel Astaroth, restaurador y artista tatuador, cuando lanzó desde hace unas semanas una campaña de restauración de Niños Dios previo a la llegada del Día de la Candelaria.

Gabriel es egresado de la Licenciatura en Artes Visuales con especialidad de Pintura y Restauración de Bienes Muebles de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro. Actualmente es el fundador y director del estudio de tatuajes y espacio cultural conocido como El Restauratorio Ink, ubicado en el Andador Pasteur Nte. #19, en el Centro Histórico.

Para esta edición de BARROCO nos recibió en su estudio para platicarnos sobre la campaña y mostrarnos un poco del proceso de restauración que atraviesan las piezas que pasan por sus manos –o por “el don que Dios le dio”, como nos comentó durante la entrevista.

  • ¿Es la primera vez que realizan una campaña de restauración de Niños Dios?

Como tal, no. Es la primera vez que la realizamos en El Restauratorio Ink, pero es la segunda en la que participo. La primera fue cuando todavía me encontraba en la licenciatura, entre 2014 y 2015. Fue una iniciativa de varios compañeros que estábamos por egresar y su objetivo era fomentar el trabajo que los restauradores hacemos, algo así como para acercarlo con la población en general y hacer que conozcan un poco de nuestro quehacer.

Y es que existen personas que se asumen como restauradores e intervienen las piezas de mala manera, y la ignorancia hace pensar a muchos que los restauradores tenemos la obligación de dejar como “nueva” la pieza, cuando en realidad desde la carrera se nos enseña a proteger el valor histórico de los objetos. Así que una parte de esta campaña también se trata de eso, de hacerle saber a la gente que nosotros no nos encargamos de “renovar” los cuadros o los objetos, sino que fomentamos su preservación sin querer borrar el paso del tiempo.

  • ¿Por qué una campaña enfocada en los Niños Dios? ¿Poseen algún valor histórico?

No necesariamente. Como tal, la mayoría de las figuras de Niños Dios no poseen algún tipo de valor histórico porque son de yeso o se realizaron en serie, pero lo que sí tienen es un gran valor personal. Por la tradición, las familias mexicanas les tienen un enorme afecto porque son heredadas, hay quienes van cargando con el Niño por consigna de la abuela o bisabuela.

Hay algunos que son muy antiguos, como los que están hechos de madera, pero en su mayoría son figuras realizadas con yeso. Así que su valor se los da la población, y consideramos que por la cercanía que le tienen las personas, era la mejor vía para poder concientizar sobre nuestro trabajo.


  • Como restaurador, ¿cómo determinan el valor histórico de los objetos?

Con el material, las características pictóricas y de manufactura. Esos tres elementos en conjunto nos permiten dar con un aproximado de su antigüedad.

  • En la primera campaña en la que participaste, ¿cuántos Niños Dios recibieron?

Para esa sí fueron como 30 Niños Dios con los que trabajamos. La anunciamos en iglesias de El Pueblito (Corregidora) y del Centro Histórico (Querétaro), nos acercamos con las oficinas y pedimos permiso para anunciar la campaña al final de las misas durante los avisos parroquiales. Pusimos un día en específico y nos trajeron bastantes piezas, desde Niños Dios gigantes, hasta los de madera que son más antiguos.

  • En el caso de estas piezas, ¿cuáles son los procedimientos básicos que realizan en el proceso de restauración?

Por lo regular realizamos una limpieza, retiramos residuos de kola loka o de chicle que pegan en un intento para restaurar la pieza. Los deditos son lo que principalmente les restauramos, les damos forma con la plastilina para hacer un molde y vaciar el yeso para volver a construir los dedos faltantes. Usamos un adhesivo especial para pegar los nuevos dedos y utilizamos pintura acrílica u óleo para igualar el tono de la piel.

Pero los procedimientos dependen principalmente del deterioro que las piezas puedan presentar. Entre mayor descuido en la manipulación de la figura, mayor será nuestra intervención.

  • ¿Cuáles son algunas recomendaciones de mantenimiento quedan al público?

Los Niños Dios son figuras que pueden durar generaciones, no es complicado cuidarlos. Siempre se debe tener cuidado al momento de manipularlos y evitar que se caigan. Teniendo cuidado en esos aspectos, lo único que les puede ocurrir a los Niños es que acumulen polvo, se opaquen los colores o se ensucien. De forma periódica las personas pueden desempolvar y limpiar con una brochita o con un trapito. Es importante no aplicar nada de húmedad, porque el yeso se corroe con la humedad y eso puede echar a perder la pieza.

➡️ Si quieres recibir las noticias en tu Whatsapp, envía la palabra ALTA

Originalmente, la campaña iba a concluir una vez pasado el Día de la Candelaria, pero los artistas solo han recibido hasta el momento tres piezas para restaurar, lo que provocó que Gabriel abriera el servicio el resto del año para el público en general. Dependiendo del deterioro y las dimensiones de la pieza, será el costo a pagar; no obstante, la cuota inicial va a partir de los 300 pesos.

La valorización del servicio se puede realizar a través del correo electrónico elrestauratorioink@gmail.com o al número de WhatsApp 442 141 1693; también se puede hacer de forma presencial en El Restauratorio Ink, ubicado en Andador Pasteur Nte. #19, en el Centro Histórico.

A pesar de que la campaña se encuentra enfocada en la restauración de Niños Dios, el artista está dispuesto a recibir todo tipo de objetos, piezas y cuadros que requieran de su servicio.

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