Como lo hace dos veces por semana, el maestro Aurelio Olvera Montaño camina con paso lento pero firme entre los pasillos del Centro Cultural Manuel Gómez Morín para encontrarse con los instrumentistas de la Banda de Música del Estado de Querétaro, agrupación que él dirige desde hace más de cinco décadas.
En este lugar ensayan dos veces por semana, y como nunca falta el público presente, se colocan varias filas de sillas plegables frente a los músicos, pues los transeúntes se toman unos minutos para disfrutar del espectáculo.
La práctica es fluida debido a que músicos y director saben qué hacer; intercambian algunos comentarios al término de cada pieza y el maestro Aurelio, a quien en el gremio conocen como Yeyo, señala algunos ajustes antes de continuar con el siguiente vals, marcha o paso doble.
El ensayo termina después de una hora y los músicos se ofrecen para ayudar al maestro con los trámites que implican dichos ensayos: “Maestro, ¿quiere que yo lleve el permiso a la oficina?”, “Si quiere yo le digo a la licenciada que me firme el oficio y se lo traigo de regreso”, dicen los músicos para evitarle el ajetreo de llevar y traer documentos oficiales.
Para esta entrevista, Aurelio toma asiento en una de las jardineras del Gómez Morín. “Siempre hay que estar preparado para lo que se le solicite a la banda”, comenta y explica que ensayan en el centro cultural dos veces por semana, aunque no tengan un evento especial más allá de los conciertos que la banda ofrece cada domingo en el Jardín Zenea, a partir de las 19:00 horas.
El maestro Aurelio entrecierra los ojos para recordar el año en que fue nombrado director de la Banda de Música del Estado de Querétaro, repentinamente hace una mueca de sorpresa cuando resuelve que son ya 52 años al frente de la agrupación, pues según dice, ocupó dicho cargo en 1970. Lo que lo convierte en uno de los directores más longevos en la entidad.
A sus 83 años de edad, al maestro aún se le ve activo al frente de la banda de música, todos los domingos dirige un concierto en el Jardín Zenea, en el que pone al público a bailar danzones clásicos y chachachá. La primera parte del concierto es dirigida por él, y en la segunda parte uno de los músicos ocupa su lugar como director, mientras el maestro toma asiento a un costado de la agrupación para seguir supervisando que cada nota esté en su lugar.
“El público popular de una plaza o de un jardín siempre busca lo tradicional, por eso la música que tocamos en el Jardín Zenea siempre son chachachás, mambos, pasos dobles, danzones y valses, cada ocho días la gente se pone a bailar. Con la banda empecé en el 70 y hasta ahorita llevo continuos 52 años y todavía saco fuerzas para seguir adelante, aunque ya poquito tiempo; la primera parte del concierto la dirijo yo, la otra parte tiene otro director”, señala.
Tal vez la participación más notable del maestro Aurelio Olvera sea la que aún realiza al frente de la Banda de Música, pero su trayectoria musical no se limita a dicha actividad.
Su relación con la música inició cuando solo era un niño, pues al tener 10 años de edad, su madre lo llevó a la Escuela Diocesána de Música Sacra en Querétaro, donde fue becado gracias a su buena voz y a su excelente oído musical.
“Mi madre me inscribió en la escuela, éramos seis hermanos y a los seis nos puso en la Escuela de Música Sacra, porque había becas. Si tenías buen oído y buena voz te aceptaban, yo tenía 10 años cuando entré, y antes de mí ya había entrado mi hermano Antonio y mi hermano Luis, después entré yo y mi hermano Néstor, Chava y Samuel, los seis fuimos aceptados en la escuela, la música estaba en la familia”, recuerda.
En la Escuela de Música Sacra y el Conservatorio José Guadalupe Velázquez aprendió solfeo, piano, instrumentos de cuerda, órgano y a cantar con conjuntos corales, sopranos, tenores y bajos.
Inesperadamente, también estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), pero abandonó la carrera dos años después.
“Estudié Derecho nada más dos años, después me absorbió la música, preferí ser un músico modesto a ser un mal abogado”, dice el maestro entre risas.
Para entonces ya estaba al frente de varios conjuntos corales y se convirtió en el primer director de la Estudiantina de la Universidad Autónoma de Querétaro, agrupación en la que estuvo al frente 36 años y con la que viajó no solo por toda la república, sino también a Estados Unidos, Canadá y a varios países de Centroamérica, además de grabar varios discos.
El maestro Aurelio refiere que convertirse en director de la Estudiantina de la UAQ fue una sorpresa pues antes de esto solo tenía formación en música clásica y religiosa, por lo que tuvo que aventurarse a tocar música popular.
Además de la música, el maestro Aurelio también se dedicó a la actuación con la compañía Cómicos de la Legua. “Los queretanos de antaño todavía lo recordamos interpretando a un ciego que era el Ché Guevara, en Guillermo Tell tiene los ojos tristes. También haría roles estelares en Malcom contra los eunucos y en los entremeses cervantinos, lo que le permitió actuar en España, Inglaterra, Francia y Sudamérica. Su ciclo en el teatro llegaría a su fin por culpa de su novia regañona y celosa: la Estudiantina de la UAQ”, refirió en uno de sus textos el entonces cronista de Querétaro, Andrés Garrido del Toral.
Según refirió Garrido del Toral, Aurelio Olvera Montaño también fue regidor del Ayuntamiento de Querétaro de 1991 a 1994 y Presidente del Patronato de las Fiestas de Querétaro.
Asimismo se desempeñó como director de la Facultad de Artes (UAQ) en el periodo de 1963 a 1967.
Sin embargo, el logro que más parece enorgullecer al maestro Aurelio es permanecer al frente de la Banda de Música del Estado de Querétaro, pues al hacer este recuento de su vida, él mismo concluye que “La música de las bellas artes es la que tiene mayor posibilidad de comprender los sentimientos del hombre”, refiriéndose a los conciertos realizados en espacios públicos para el disfrute de las familias queretanas.
“Los géneros musicales de la banda se conservan casi igual que en aquellos años, tiene sus géneros específicos, valses, marchas, oberturas y lógico van surgiendo algunos géneros medio modernos, por ejemplo como la música pop, la música de jazz que también fue integrada en nuestra banda, aunque principalmente esta banda se ajusta a una traición de muchos años atrás, de lo que tocaban en los pueblos en esos años. Nuestro grupo ya es una banda sinfónica y ya hay forma de tocar temas más formales dentro de la música, seguido hacemos ensambles con coros, solistas, sinfónicas, filarmónicas, muy bonitas combinaciones que se pueden hacer”, comenta.
A modo de conclusión, el maestro Aurelio refiere que entre sus próximos proyectos está escribir sus memorias y “poner orden” a las composiciones de su autoría como es Añoranza Queretana.
“Me gustaría ordenar lo poquito que he escrito de música para dejar un recuerdo; he hecho unas cositas, como arreglarlas bien, mandarlas imprimir, y tal vez escribir mis memorias para agradecer con los que compartí, personas con las que tal vez fui un poquito duro y otras con las que fui feliz, porque es muy bonito el recuerdo de siempre haber recibido el cariño de la gente”.
Con un poco de tristeza, el maestro Aurelio detalla que ningún integrante de las generaciones jóvenes de su familia se vio interesado por la música, por lo que no podrían continuar con su legado musical y artístico. Pero levanta la mirada hacia los músicos de la banda que aún guardan sus instrumentos y atriles, y refiere: “Aquí hay 4 o 5 músicos que podrían ser buenos directores de la banda”.
Homenajes en vida
Aurelio es de los pocos artistas queretanos que han sido homenajeados en vida por su labor, incluso existe ya un recinto cultural que lleva su nombre como reconocimiento a los aportes que el maestro ha hecho a las artes y la música en el estado.
El recinto se ubica en el corazón del Centro Histórico, en la calle Independencia no. 29; se trata de un antiguo edificio que fue rescatado por la UAQ, para albergar al Museo de la Estudiantina y a las agrupaciones artísticas representativas de esta institución, como son: las estudiantinas, varonil y femenil; el mariachi universitario, y la orquesta típica dirigida por el dueto Dulcemelos.
La idea es que este recinto sea epicentro de encuentros artísticos, y su cartelera incluya talleres para adultos mayores y niños.
Para conocer más acerca de su cartelera, ver la página oficial de Facebook: @CAAOMUAQ