Autobiografía del empoderamiento femenino

Escrita por Raquel Bessudo, el libro muestra la vida de una mujer judía que decidió romper esquemas en el país

Alejandrina Escobar|Diario de Querétaro

  · lunes 31 de mayo de 2021

La obra está escrita emulando cuatro movimientos sinfónicos, cada uno representando una etapa crucial de su vida |Cortesía|@Raquel-Bessudo

“Siempre pensé que mi historia no era común (…) viví al revés, me casé con el amor de mi vida, pero nunca fui una mujer subyugada, y de alguna manera, quiero que mi historia sea inspiración para otras mujeres”, declara la escritora Raquel Bessudo, respecto a su nuevo libro titulado “Cómoda en mi piel”, una afirmación de plenitud narrada entre páginas.

Bessudo ha sido un referente del empoderamiento femenino en el país, destacando a lo largo de su vida en diferentes rubros. Se ha desarrollado como empresaria, conductora y modelo; ha sido profesora de historia de Mesoamérica, historia del arte y filosofía en la Universidad Iberoamericana, y profesora de filosofía en el Instituto de Cultura Superior. En el sector público ha fungido como directora de programación artística de la Secretaría de Cultura del GDF; directora comercial de Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART), en la Secretaría de Desarrollo Social; directora de la oficina de Enlace Empresarial de la Secretaría de Desarrollo Social y directora del Poliforum Cultural Siqueiros.

La travesía para llegar a todos esos sitios, comenzó con una determinación de rebeldía y libertad que le permitieron encontrar un camino muy distinto a lo que, en sus tiempos de juventud, se esperaba para una mujer. Y es justamente este cúmulo de experiencias, el centro de su autobiografía; la cual aborda su infancia, la historia junto a su esposo, sus primeros años de matrimonio y cómo sobrepasó los tragos más amargos, como lo fue la muerte de su hijo.

“Mi afán fue siempre hacer cosas por México, este país tan hermoso que acogió a mis padres, me acunó y lo amo por su grandeza (…) Creo que la educación es lo más importante y eso ha sido también una inspiración para hacer todo lo que he hecho hasta ahora”, refiere la escritora, quien revela que justo, a partir de sus estudios de Historia del Arte y Filosofía, encontró herramientas para proponer, enseñar y descubrir a la par, un mundo excelso.

Foto: Cortesía | Facebook Estanquillo Filosófico

La resiliencia y la voluntad son dos grandes bastiones que le han acompañado en trances complicados de su vida. Construyó una vida de ensueño, como ella lo describe en las páginas, al lado de su esposo León Bessudo; un reconocido empresario en la escena económica del país con quien tuvo dos hijas y un varón que murió a los trece años, suceso que fue un parteaguas para la familia, y un gran golpe para Raquel, quien antepuso su dolor al deseo de honrar su memoria y salió avante para convertirse en el pilar de fortaleza dentro de su hogar.

“Hoy me asombra entender todo lo que he superado en mi vida y confirmar con ello, que las mujeres somos valientes, somos fuertes y muy capaces”, describe Raquel tras hacer una mirada retrospectiva y compartir sus anécdotas personales.

La obra está escrita emulando cuatro movimientos sinfónicos, cada uno representando una etapa crucial de su vida, derivando en un total de 13 capítulos en los que desnuda el alma para contar la historia de una de las socialités con más trayectoria del país. El libro tiene un costo de 199 pesos y las regalías del libro se donarán a la Fundación Becar Fundación Becar IAP, organización de asistencia privada, que apoya la educación de calidad en México.

“Cómoda en mi piel”, a decir de la escritora, también es una declaración de gratitud a la vida, por la oportunidad de continuar disfrutándola y aportando con su trabajo algo a la sociedad: “Tenemos que enseñarles a las mujeres a salir adelante. Empoderarlas e impulsarlas a ser valientes e ir por sus sueños”, aseveró Bessudo.

Para animar a las y los lectores a adquirir un ejemplar de esta nueva obra, adelantamos un pequeño extracto:

“Nací por el azar de dos seres distintos y muy semejantes que se conocieron en la improbable Ciudad de México. Mis padres, judíos askenazis, se trasladaron a México desde su natal Polonia en los años treinta del siglo pasado, huyendo del antisemitismo de la época. Nuestra descendencia judía ha marcado profundamente mi ser, la llevo en mis entrañas y me hace ser lo que soy. Me considero una judía light —no soy ortodoxa, y hay múltiples costumbres que no practico—, pero mi religión forma una parte importante de mi identidad. También me siento profundamente mexicana, y esto lo celebro a diario. Amo a este gran México, porque es el país que le abrió las puertas a mi familia y nos recibió con toda la riqueza de sus colores, sabores e historia milenaria”.