El club de baile sobre silla de ruedas llamado Yhan ´hei que en otomí significa “Los que bailan”, busca incursionar en el breakdance, para lo que contarán con el apoyo del Bboy oriundo de Baja California Max Martínez, quien recientemente ofreció una demostración de su baile en la explanada de la rectoría UAQ.
Al respecto, Aurora Medina, entrenadora de baile en dicho club queretano, se dice emocionada con el nuevo proyecto, pues dice, en Querétaro hay talento de sobra.
“Tenemos un proyecto de breakdance adaptado y viene Max, quien va a ser nuestra mano derecha, va a trabajar con nosotros porque en Querétaro queremos crecer en este otro ritmo, que los jóvenes tengan más opciones; en Querétaro tenemos tres campeones en ritmos latinos, hay mucho talento y queremos aprovecharlo en nuevos ritmos”.
El club de baile Yhan ´hei organizó una serie de actividades dancísticas en la explanada de la rectoría de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), para conmemorar el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, pues aunque este día se conmemora el 3 de diciembre, el club no pudo realizar presentaciones públicas debido a la pandemia de Covid-19.
Por eso, en esta actividad los bailarines presentaron múltiples piezas de baile folclórico, en las que por supuesto algunos bailarines lo hicieron sobre sus sillas de ruedas y otros sobre sus piernas.
Sin embargo, cerraron los bailes con broche de oro con la participación de Max Martínez, bailarín de breakdance desde hace 20 años, y quien viajó desde Baja California hasta Querétaro para demostrar sus habilidades.
Durante su presentación, Max hizo a un lado sus muletas para realizar todo tipo de acrobacias, saltos y giros a nivel de piso, demostrando que la discapacidad física no es impedimento para disfrutar de este baile que forma parte de la cultura hip hop.
Debido a un accidente, Max perdió una de sus piernas cuando sólo tenía 1 año de edad; no obstante, desde muy niño e inspirado por su hermano mayor, se adentró en el mundo del breakdance, en el que nunca ha sido tratado diferente a los demás bailarines.
“El break me gusta porque no hay distinción, no dividen en grupos adaptados y grupos regulares, todos competimos igual, es una disciplina donde pueden inscribirse niños, ancianos, mujeres, de todo. A las personas con discapacidad les digo que si sienten que deben hacer algo, háganlo, no hay límites, todos podemos aprender nuevas cosas”.
“Empecé a bailar desde los 9 años, gracias a mi hermano mayor, aprendí observando, así seguí por muchos años y conocí a más personas que practicaban esto, conocí las competencias, pues he podido asistir a competencias nacionales e internacionales, no he ganado primeros lugares pero sí he llegado muy lejos, he obtenido buenos lugares”.
Actualmente Max se dedica de lleno a este estilo de baile, imparte charlas y talleres sobre la historia del también conocido como breaking o bboying y sobre las mejores técnicas para practicarlo. A lo largo de estos años, varias personas con discapacidad se han acercado a él para pedirle consejos, aunque Max confiesa que han sido pocas.
Por lo que insiste en la importancia de difundir este baile entre la sociedad para eliminar prejuicios sobre este género y para que cada vez sean más las personas con discapacidad física las que se involucren en esta actividad física.
“Este movimiento siempre se ha estigmatizado, siempre se relaciona con crimen y pandillas, pero no es así, por eso creo que se debe hablar más de breakdance e incluir a las personas con discapacidad, eso ayudaría a romper muchos mitos y estereotipos sobre estos dos temas, sobre el break y sobre la discapacidad”.
Aunque aún están afinando los detalles, tanto Aurora Medina como Max Martínez buscarán crear lazos de colaboración para que los jóvenes queretanos con discapacidad, que estén interesados en este baile, puedan comenzar a practicarlo.