Inspirado en los claroscuros de artistas como Caravaggio y Rembrandt, el fotógrafo mexicano Mario Manzo se aventuró a realizar una gesta creativa a través de la lente, que pone en diálogo a la estética barroca del siglo XVII y la contemporaneidad.
Se trata de “Barroco Contemporáneo”, una serie fotográfica compuesta por 100 piezas, cuyos retratos recuerdan al movimiento fotográfico pictoralista surgido a finales de 1800, con sus característicos juegos de luces y sombras, ornamentación y poses clásicas de aquella época.
Sin embargo, a diferencia de autores como Julia Margaret Cameron y Henry Peach Robinson –para quienes lo más importante era elevar a la fotografía al nivel de las otras disciplinas artísticas–, el leitmotiv de Manzo es la propia técnica, pues confiesa que sus exploraciones estéticas son producto de su fascinación por la fotografía y su formación como ingeniero, cuya hibridación lo ha llevado a entender y especializarse en el fenómeno de la luz, considerada la materia prima para los fotógrafos.
Por esta misma razón, ha utilizado a la cámara análoga como vehículo creativo, convencido de que solo a través de los procesos fotográficos tradicionales se puede dominar la técnica, así como los códigos estéticos y conceptuales de esta disciplina.
Resultado de lo anterior es este proyecto, en el que además de imitar el manejo de luz de las grandes obras pictóricas del barroquismo, Manzo “incorpora elementos propios de la pintura”, de la misma forma que otros autores contemporáneos, tal como el holandés Hendrik Kertens lo ha hecho.
Al igual que Kertens, el fotógrafo introduce elementos modernos como latas de cerveza o bolsas de plástico que, a primera vista, pasan por tocados típicos del siglo XVII, reforzando así la sensación de estar observando una pintura de aquella época.
En el hub cultural Neblinas, el público interesado podrá aproximarse a una pequeña muestra de esta colección, que el autor espera exponer completa en Querétaro, hasta el próximo año.
Mario Manzo es también promotor cultural y organizador del “C-41 Encuentro Nacional de Fotografía Análoga”, cuya segunda edición tendrá lugar del 18 al 22 de julio en Querétaro, con el objetivo de reunir tanto a artistas como aficionados de la cámara, que utilizan a la fotografía química y las visualidades como medio de expresión.