Para el catolicismo comienza ya los preparativos para dar paso a la Semana Santa, hoy con el Altar a la Virgen de los Dolores, se revive el sufrimiento que recuerda uno de los siete sufrimientos de la Dolorosa.
“Fueron tantas las espadas de la Madre como los dolores del hijo. Cada punzada que daban a Jesús en el cuerpo, era una lanza que traspasaba espiritualmente al Corazón de la Virgen; cada bofetada, cada azote, cada llaga...eran puñaladas que daban a su corazón materno, tan tierno y noble”.
Para esta ocasión el Patronato de las Fiestas del Estado de Querétaro a cargo de Gloria García Alcocer, realizaron una de las tradiciones más añejas de la ciudad la bendición del altar dedicado a la Santísima Virgen de los Dolores o la Dolorosa.
La celebración católica fue encabezada por el presbítero Israel Arvizu Espinoza en Plaza de Armas, donde queretanos se reunieron para vivir el sagrado momento, las lágrimas de una madre, donde María lloró, y lloró mucho. ”Lloró en su vida terrenal y lo que es más admirable todavía, es que aunque ella ya está en el cielo, gozando de la promesa de consolación, la Virgen María continúa llorando por nosotros y por las ofensas que los hombres cometemos en contra de su Hijo”.
En el Querétaro de antaño esta costumbre se dio en el siglo XVlll, donde se daba el pésame a la madre de Jesús, durante la pasión de su hijo se colocaba un altar con naranjas agrias, adornadas con banderines dorados en representación del dolor y flores en señal de alabanza. La mesa se adornada con grandes sirios colocados en candeleros y lámparas de aceite que al encenderse iluminaban vivamente los colores del agua del altar mismo que se colocaba ocho días antes del Viernes Santo con la idea de consolar a la Virgen por la muerte de Jesucristo. La figura principal de los altares es la Virgen de los Dolores. Su dolor es representado por un corazón con siete puñales y los signos de la pasión, la corona de espinas, los clavos, el martillo, la escalera, la bolsa con 30 monedas y los dados con los que los soldados se jugaron la túnica de Cristo.
Para esta ocasión la gente abría sus casas a todos los que quisieran visitar el altar, y en cada una de estas se recibían los creyentes con aguas frescas de limón con chía y jamaica, las cuales simbolizaban las lágrimas de la virgen dolorosa.
Querétaro tiene historias fascinantes en relación a la cuaresma, Plaza de Armas es un lugar iconico porque tiene dos portales y el portal de abajo tiene el nombre antiguo Portal de Dolores, que tiene relevancia justamente con este día, pues hace años venían misioneros a los que les permitían ejercer su ministerio uno de ellos el padre Cartagena era un gran venerador y predicaba para dejar en el buen camino a los descarriados. En los escritos de don Valentín Gómez Farías, en su libro “Leyendas y Tradiciones queretanas”, explica que en el portal estaba una hermosa imagen de la virgen de los Dolores, por alguna razón la quitaron sin embargo se quedó la tradición de la devoción y pasado los años el portal si siguió llamando por Dolores.
Tras el acto solemne, los organizadores obsequiaron según la tradición, agua de limón con chía y de jamaica, que recuerda las lágrimas que María derramó, que forman parte del ritual del sincretismo espiritual de la religión católica, que como parte de la costumbre los fieles pronunciaron la frase: “¿aquí lloró la Virgen?, la cual se refiere a las lágrimas y el sufrimiento de una madre por la muerte de su hijo Jesús.
El altar estuvo a cargo del artesano Hermès Arroyo y durante la bendición la soprano Berenice Solano interpretó sentidas saetas.
➡️Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo