Como en las cuevas de antaño
entre las danzas extasiadas
y la contemplación,
asombrada del espacio sideral,
ella parece orar
¿o acaso sueña?
Su pose
se balancea entre la meditación
y el viento fresco,
es el origen del cielo.
Sus piernas se miran potentes,
voluptuosas,
pero sus ojos se asoman a otro tiempo,
a otras esferas
donde no puedo entrar,
y es lo justo,
ella está conectada a otras estrellas.
Sus senos son la sabia del acontecer.
Me deleito en su amistad
y la abrazo con sentimientos cruzados.
La admiro en esa imagen
que pronto será fugaz,
sé que
la Luz habita entre sus piernas.