Bravo por el arte más allá de la urbe

A 30 kilómetros de la ciudad de Querétaro, entre campos y magueyes del municipio de Corregidora, un grupo de niñas, niños y jóvenes hacen acrobacias y juegan a través de la danza de la mano de dos mujeres que, desde hace ocho años, decidieron ampliar los márgenes de la formación artística para hacer efectivo el derecho a la cultura

David Álvarez | Diario de Querétaro

  · miércoles 7 de julio de 2021

Foto: Cortesía | Bravo por el Arte

Bravo por el Arte AC es una asociación de acompañamiento artístico que se vincula con la comunidad de Presa de Bravo y zonas aledañas, a las orillas del municipio de Corregidora y que trabaja con niños, niñas y adolescentes, sobre todo, a través de la danza, el canto, las artes circenses y el teatro.

Se constituyó el 7 de julio de 2015, aunque con antecedentes en 2013, hasta convertirse en una asociación civil sin fines de lucro, cuyo objetivo es trabajar por la identidad de las comunidades a través del ejercicio cultural. Bravo por el Arte es un juego de palabras entre el nombre del sitio y esta expresión de alegría, que siempre va acompañada de un aplauso.

Ángeles Hernández y Paola Méndez son las fundadoras del proyecto, quienes se complementan para que el proceso de acercamiento y vinculación comunitaria se genere. Aunque tienen un grupo de atención específico, amplían su propuesta a mujeres y hombres mayores de edad. En este sentido orquestaron 4 programas en el que sustentan su trabajo y que les ha permitido colaborar con la zona.

“Bravo por la escuela”, en el que implementan un acompañamiento académico y apoyan a las y los estudiantes para cualquier examen, resolución de tareas o el fortalecimiento de lo aprendido en la escuela. Un tema puntual si se tiene en consideración que los niveles de deserción escolar son altos.

“Bravo por los libros”, un programa de fomento a la lectura y que, a palabras de Paola Méndez, “es uno de nuestros programas más fuertes, donde buscamos que las niñas, niños y adolescentes tengan el gusto por conocer historias”. Asimismo, se encuentra “Bravo por las artes”, que es un programa de iniciación artística en música, canto, artes circenses, donde colaboran docentes en cada ramo, y que se conecta con el último programa: “Encuentro Comunitario”.

Este es un evento anual en el que las personas muestran su trabajo a la comunidad y que se enfoca en los procesos más que en los resultados, y no es que los resultados no importen, sino que se concentra en otros aspectos emocionales como la confianza y la motivación.

“A través del tiempo hemos estado enlazando las actividades con algún suceso que venimos observando. Del norte llegan los papás, las familias, entonces ellos preparan un espectáculo, con base a los resultados del proceso del año y se encuentran las familias. Es una connotación muy padre, el encuentro del papá que regresa y ve lo que hacen sus hijos, su familia”, menciona Ángeles Hernández.

Foto: Cortesía | Bravo por el Arte

Con el acercamiento Paola y Ángeles cayeron en cuenta de las problemáticas de la entidad. No tan visibles en muchos casos, pero que el trato y las conversaciones permiten enlazar. En un municipio cuyo nivel de vida fue calificado por el programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos como de los mejores para residir, las comunidades cercanas a Guanajuato contrastan en su nivel de vida y dificultades a partir de eso, entre ellas la migración.

Las razones son difíciles de precisar; su cercanía con municipios de alta violencia en Guanajuato y su lejanía con el denominado “centro” de su propio municipio y más aún, de la zona metropolitana, pueden ser un factor. Lo que ocurre es que hay personas que se van a buscar trabajo y algunas no regresan. Las que sí lo hacen es cada año. La ausencia está ahí y ¿qué mejor que expresarlo con arte? Esa quizás es la manera en que Paola y Ángeles quisieron acompañar el lugar.

“Primero pensamos que uno de los problemas sociales era la deserción escolar, pero eso fue un efecto de que querían migrar. Se quieren ir. Ven que los papás se fueron y desde niños piensan en eso y este movimiento causa ciertos sentimientos de soledad, y se preguntan dónde están, no pueden hablar, no dicen nada y cuando conversas con ello es que todo cobra sentido”, detalló Angélica Hernández.

“NI DE AQUÍ NI DE ALLA”

A decir de Ángeles y Paola, el darse cuenta de lo que implica la migración para las personas que se quedan en las comunidades, fue el detonante para la realización de tres videos documentales bajo la denominación de “Ni de aquí ni de allá”, que intenta registrar en la memoria las emociones, algo que no se cuestiona muchas veces.

“Es una de las raíces principales de "Ni de aquí ni de allá”. En la comunidad no es que todo se pierda, pero sí se confunde, y a eso viene que no hablamos de la gente que se va, sino del sentimiento de la gente que se queda: ¿Qué sienten? ¿Qué viven?”, se pregunta Ángeles.

Poco a poco fueron integrándose a la comunidad a partir de los programas que han desempeñado. En la cotidianidad es que pudieron tener la confianza de las personas que, aunque se mostraron alejadas, con el tiempo y los vínculos en los espacios artísticos se acercaron hasta lograr este nuevo proyecto.

"Esto consiste en la creación de tres piezas de danza y circo, inspiradas en las historias de los migrantes y son protagonizadas por las mismas personas de la comunidad", comenta Paola Méndez, quien relató la historia de una de las personas entrevistadas y la implicación que tuvo para su hija haber lidiado con este proceso.

Foto: Cortesía | Bravo por el Arte

El impacto de cada anécdota y su expresión artística generó diversas sensaciones entre la asociación y la comunidad. Casi ninguna persona había hablado al respecto y en el silencio continuaban con sus vidas. El arte, en ese sentido, permitió que pudieran hablar y decir lo que habían callado. Una especie de desahogo que pudo lograr el objetivo inicial de Bravo por el Arte: confianza y motivación entre los habitantes.

"El objetivo principal es contribuir al sentido de pertenencia y desarrollo de orgullo local de los habitantes de la comunidad. El 70% de los hombres se va y caímos en cuenta que todos los niños varones son posibles migrantes. Entonces, fue darnos cuenta que a través de estas actividades se podría visibilizar este sentir", dijo Paola Méndez.

Su lugar de ensayo fue en la presa y en una zona abierta a un costado del cultivo de magueyes. Repletos de árboles y plantas, ocuparon el espacio para dar vuelo a las ideas y comenzar a practicar hasta grabar y concluir “Ni de aquí ni de allá”. El nombre proviene de la canción de Facundo Cabral, “No soy de aquí ni soy de allá” y conforma parte de la música de fondo con ese característico tono en guitarra.

Este proyecto fue acreedor del Premio Apoyarte 2020 y con ello lograron la producción de estos videos documentales, los cuales se mostrarán al final de cada mes a partir de junio. Cuando salga este texto ya habrán publicado el primero, así que pueden visitar la página, verlo y seguir a esta asociación. Los días son el 30 de junio, 31 de julio y 31 de agosto de 2021: https://www.facebook.com/BRAVOPORELARTEAC

“LA RAZÓN DE SER...”

Paola y Ángeles son dos personas con ímpetu, emoción y alegría, a quienes no les resulta cómodo definirse interventoras, como las han llegado a nombrar, sino acompañantes de muchos procesos.

“He buscado la manera de describir la manera en la que estamos trabajando”, se cuestiona honesta, al no existir una palabra que logre expresar lo que realizan. “No sé si exactamente es una intervención, porque estamos ahí para ellos”.

Lo que sí saben de cierto es que están ahí, trabajando, con una idea fija y llevando a cabo técnicas, aprendizajes entre la comunidad y el cómo partir del arte para expresar lo que se vive, y los procesos que se han logrado a través de ello como el solo hecho de hablar sobre algo que se tenía en el silencio.

Paola Méndez lo resume de manera simple: “la razón de ser de Bravo por el Arte es la comunidad. Nosotros vivimos en la comunidad. Bravo por el Arte está en la comunidad".

Foto: Cortesía | Bravo por el Arte