El Andador Madero se convirtió en el escenario donde la imaginación y los sueños son la moneda de cambio para presenciar espectáculos únicos e incomparables.
La compañía francesa, Des Quidams, trajo a Querétaro una de sus propuestas artísticas que se caracterizan por la magia que cargan gracias a los efectos de sonido y juego de luces.
“Proud on horseback” es el nombre de dicho número que busca sorprender a los espectadores; ya que los trajes de los artistas guardan un secreto. Si bien, a simple vista parecen ser chistosos y extraños, en un abrir y cerrar de ojos se transforman en enormes caballos blancos que irradian luz de su interior.
Los, ahora, “caballos” son guiados por un maestro de ceremonias, quien durante el montaje camina entre ellos para asegurarse que estén siguiendo el ritmo. Este personaje guía el caminar por las calles con una pluma blanca con la que da indicaciones para seguir un vals, tango o lo que sea que hayan preparado para esa presentación.
Por lo regular, este espectáculo se realiza una vez llegada la noche para que las figuras puedan parecer mucho más etéreas y divinas. Las personas los siguen a donde vayan, como polillas atraídas a la luz, pero principalmente motivados por la curiosidad e intriga de qué sucederá una vez acabado el espectáculo.
Cuando el momento de ensueño tiene que regresar a enfrentar a la realidad, los personajes iniciales vuelven a aparecer, ahora con una sonrisa de complicidad con el público al que le dejaron ver por unos minutos aquellos alter egos que guardan sus vestuarios.
La compañía Des Quidams ha figurado en el mundo de las artes escénicas desde 1994. A la fecha cuentan con más de 15 espectáculos originales que desafían las alturas y la normatividad gracias a disfraces de grandes dimensiones. Su objetivo es invitar a las audiencias a imaginar libremente y sin restricciones.
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Su presentación en el Centro Histórico tuvo lugar dentro de la tercera edición del Festival Internacional Querétaro Experimental.