“Apenas iniciada, desprovista de equipajes, cargando el frío de mi casa, un hálito alcohólico de mi padre, la costumbre de subir cerros incendiando horizontes y ser la vergüenza de la familia por bailar pegada al pecho de mi vecina”, se lee en las primeras líneas del poemario Caguama, escritos de una lesbiana gorda, de la chilena Gabriela Contreras, quien recientemenre visitó Querétaro, con este que es su último trabajo editorial.
Gabriela eligió ese nombre para su poemario, pues se identifica con la tortuga, que avanza lento y siempre va contra el sistema capitalista; también porque lleva su hogar a las espaldas, un caparazón que la protege pero no la salva de la extinción, como tampoco a las tortugas.
La autora comparte en entrevista, aquella reunión con amigos, en la que tomando cervezas, uno de ellos acostó una botella de caguama sobre la mesa y le dijo, “Si la ves desde arriba parece una tortuga”, desde ese momento comenzó a reflexionar sobre este animal.
“Me interesa poner a discusión este cuerpo que se acerca más al cuerpo de un animal, al cuerpo de la tortuga, me gusta mucho esta metáfora de que aunque las tortugas tengamos un caparazón que nos protege, eso no nos salva de nada en realidad, también me gusta la idea de la tortuga porque subimos lento, van en contra de este sistema capitalista”, refiere.
Su libro narra una historia de amor lésbica, en la que Gabriela cruzó el mar para seguir al amor y la ternura –nuevamente como lo hacen las tortugas–, pero también habla de migración, de racismo, de las diversidades corporales. Otro de sus poemas dice:
Crucé braceando el océano
que como dice mi amiga
no tiene nada de pacifico
para volver a ver tu rostro
por primera vez
volé sin fumar
cargando esta coraza inútil
que no nos salva
de la extinción
y aunque la piel es dura
hay ausencias que pueden atravesarla
Con su poesía, Gabriela busca poner sobre la mesa el tema de la diversidad corporal, “de los cuerpos gordos” como dice ella, y dejar de enamorarnos solo de las mujeres rubias, delgadas y de ojos azules. Además, plantea cómo influyen nuestros cuerpos en las distintas acciones de nuestra vida, por ejemplo, plantea la situación: ¿Es lo mismo cruzar la frontera para una mujer chilena, que para una mujer europea?
“Me interesa defender la narrativa de nuestras propias vidas, en nuestros propios términos generando un nuevo espacio en la literatura, porque en los espacios LGBTQ se habla mucho de diversidad sexual pero poco de diversidad corporal, me interesa reforzar ese espacio, hablo de cómo las mujeres cruzan la frontera, si es lo mismo para cualquier mujer que para una mujer europea, yo fui retenida por policía internacional y empecé a darme cuenta que había particularidades en nuestras `cuerpas´ que no estaban siendo visibles en el feminismo”.
“Se habla de la autonomía corporal solo cuando hablamos del aborto, pero nunca hablamos de `cuerpas´ gordas, creemos que estamos siendo muy rebeldes por ser lesbianas y feministas, pero nos seguimos enamorando de la chica blanca, delgada, de ojos azules, quiero poner en pugna las `cuerpas´ desobedientes, levantar otro tipo de narrativas”.
En otro de sus poemas:
Después de cuatro inviernos
volvimos al sur
a casa de nuestra amiga Rosa
ella me contó del viaje
que realizan cada año
las tortugas caguama
navegan evitando millones de anzuelos
oficinas de extranjería
policía internacional
papeles vencidos
miradas de asco
es cierto
este color colono
facilitó las cosas
pero el grosor de mis facciones
cuenta una historia
sin que yo
abra la boca
Caguama, escritos de una lesbiana gorda fue publicado por la editorial Invertidas. Se puede entrar en contacto con la autora a través de su cuenta de Instagram @feaeditorial, pues también es creadora de la editorial FEA Feminismo Estrías Autogestión, donde promueve el trabajo de otras escritoras lesbianas.