Día de muertos ha quedado / en sólo una vacilada
Tradición y arte perdieron / ante tanto polvorín
Que junto con jalowin / y la mano gobernante
Dieron al traste con todo / y murió la introspección.
Unos pocos entendieron / que no es jolgorio ni fiesta
Sino día de reflexión / para enmendar el camino,
Pues solo una vez aquí, / flor de un rato, un parpadeo,
Así que no hagas el feo / a herencia de tus abuelos.
No es vendimia, no es pachanga,/ no es fiesta de draculitas
Es darse cuenta que vivo/ vales más que ya bien muerto.
No es desfile, no es festín,/ no es briaga ni chupadera
No es música demencial/ ni letras filibusteras.
Cuando quieras saber qué es /pregúntaselo a Cuauhtémoc
O al jefe Nezahualcoyotl, /o a los viejos de tu tribu.
No te vayas con la finta, /no sumes estupidez
La fiesta del Día de muertos/ es espacio para el alma.
Para que entiendas la vida/ que es cuestión de sólo un rato
Es onda de perdonar/ y de amarse sin rencores
Porque todos partiremos/ y no hay lugar para errores
La muerte te lo recuerda:/ ¡viva la vida, señores!