Desde que se inauguró el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro en noviembre del año pasado, ha guardado entre sus paredes a las voces de ruptura, aquellas que muestran otras perspectivas de lo que se está haciendo en el terreno del arte.
Ahora presenta su segunda exposición y la premisa de libertad y de contemporaneidad va más allá que en la primera, esta ocasión el director del museo Papus Von Saenger reta a los artistas a desafiar su propia creatividad; el planteamiento es que hicieran algo distinto a lo que estaban acostumbrados a hacer, que experimentaran con una disciplina o técnica y que rompiera sus propios paradigmas.
“Es la primera vez que hago escultura y que voy al 3D. Cuando ves esta nueva pieza sabes que es mía porque dialogo bien con mi pintura y creo que eso es muy importante. Cuando un artista cambia de disciplina su producción debe dialogar con todo lo anterior debe tener cohesión. La propuesta de Papus me pareció muy interesante, nos dijo: es el momento de arriesgar. Y se agradece esa libertad que da el museo de explorar nuestra creatividad y apoyarnos”
Es lo que menciona Luis Selem al cuestionarle sobre su obra anterior y quien estuvo presente en esta segunda exhibición con una escultura. Además de él, otros artistas como Edgar Vázquez, Ramsés de la Cruz o Rubén Maya rompieron con sus propios esquemas y muestran una propuesta distinta. En el caso de Maya, presentó una obra que es la continuidad de una serie de dibujos donde se combinan elementos alquímicos y en la que se juega con el espacio físico del museo. Por su parte, Edgar Vázquez presenta su primera pieza en 3D, un juego de telas y cultura pop “Si no me divierto con lo que hago es como no hacerlo y esto es parte del hilo conductor de esta exposición. Es una metamorfosis” declara el artista.
El arte contemporáneo lleva intrínsecas las palabras libertad y ruptura y este museo ha logrado apegarse a esta esencia al ser recinto de nuevas perspectivas que presentan con su estética una cara distinta del arte. En esta segunda muestra, es claro que la intención que tiene de seguir retándose en cuanto a programación y curaduría es latente. Fragmenta el concepto tradicional y se desapega del ideal romántico de creación artística para en su lugar innovar, en todos los sentidos, con estas piezas.
Los urbanos
Otra forma en la que se mantiene viva esta premisa de cambio es no solo desafiando a explorar nuevas disciplinas, sino abriendo paso al protagonismo del arte urbano. Si bien esta práctica lleva varios años en la escena local toma cada vez más relevancia y da en esta ocasión un paso de las calles al interior del museo.
Artistas como Demencia Beivide, Miguel Valiñas, Off limits studio conformado por Luis Sánchez, Aline Ambriz y Ricardo Mosterin o Héczar Gómez de la Madriguera Gráfica, fueron parte de esta nueva ola de arte urbano del MACQ.
Una amalgama de colores, estilos y diálogos deconstruidos es lo que se puede apreciar en el muro intervenido por el colectivo Off Limits. “Jardines conventuales” es la pieza en acrílico y aerosol de estos tres artistas urbanos queretanos. Respecto a ésta, declararon que han trabajado en varios proyectos juntos y en este ensamblaje partieron de un concepto o idea general hacia un dialogo entre estilos. Comentan que la participación del arte urbano debería ser algo natural en todos los museos.
“Poco a poco más galerías e instituciones culturales dan oportunidad a que se den espacios dedicados al arte urbano. Creo que también las líneas se van difuminando, esta cuestión de adentro y afuera acaban siendo clasificaciones de estilos para que se pueda denominar y la gente pueda nombrarlos, pero a final de cuentas es pintura, es expresión y es arte. No importa de donde venga o quien lo haga, en realidad no lo cambia” comenta Luis Sánchez.
La muestra estará hasta el 6 de agosto y los visitantes podrán descubrir esta nueva iniciativa de cambio y los primeros intentos del museo por innovar e incluir diferentes manifestaciones artísticas. Una exposición que los visitantes deben descubrir y juzgar, pero cuya esencia se apremia por ir más allá de los limites de la creatividad.