Aunque la historia detrás de “Cheilor Mun” discurre sobre el fracaso y la frustración, lejos de la ficción se trata de una exitosa obra sobre los sueños, las fantasías y la libertad.
Con la actuación y dramaturgia del artista queretano Ernesto Galán, y bajo la dirección de Uriel Bravo, la puesta en escena llegó a sus 100 representaciones hace unos días y, para celebrar, se develó una placa conmemorativa en el mismo espacio que la vio nacer bajo los reflectores hace dos años: el Museo de la Ciudad.
La ceremonia también contó con la presencia del primer actor Raúl Adalid; de la directora de casting de cine, televisión y streaming, Elvira Richards; la conductora de radio Mariana Perrusquia; del director del Centro de las Artes de Querétaro, Valentín García, y en representación de la Secretaría de Cultura del Municipio de Querétaro, Margarita Ladrón de Guevara.
“Es muy complicado llegar a 100 representaciones y lograrlas es una gran satisfacción tanto personal, como para el mismo teatro, porque implica estar en el gusto de la gente y darle vida a un oficio tan mágico y místico como este”, compartió Galán tras la función número 100 de esta obra, cuyo lanzamiento también abrió paso a su propia compañía, La Miscelánea Teatro.
“Yo crecí a través de los pequeños micro emprendedores de México, con tiendas; mis papás tenían misceláneas y ,siguiendo su ejemplo, decidí crear la mía, pero de teatro”, afirmó entre risas aquél día del estreno.
La Cheilor
Cheilor Mun cuenta la historia de un hombre que, tras regresar a su antigua escuela como director, revive sus sueños de infancia, descifrando en el camino las razones que explican su aparente fracaso.
“Investigué sobre el fracaso para este proyecto y encontré que en México se trata de una situación cultural, y hasta cierto punto peligrosa, pues no se permite el fracaso. De ahí que, cuando no pudiste pagar una deuda, te suban al padrón de `los fracasados´, mejor conocido como buró de crédito, y entonces ya no puedes acceder a un préstamo, volviéndote un discapacitado social. El tema adquiere un grado de discriminación, sobre todo cuando fracasas a los cuarenta (como el personaje de la obra) y no cuentas con todo lo que socialmente se te pide para ser reconocido por el otro: coche, matrimonio, hijos, carrera profesional, trabajo estable; sino lo tienes, entonces no existes… porque la sociedad te pide que seas productivo dentro de este capitalismo, dentro de este neoliberalismo ”, compartió.
Sin embargo, la obra también deja ver la importancia de la imaginación y del anhelo en la monotonía asfixiante de los días, que permiten a la vez configurarlos a nuestra forma.
“Mediante la fantasía y la imaginación se pueden crear mundos entrañables (…) Todos necesitamos escapar de la realidad de vez en cuando y necesitamos gozar de la esperanza de algo y de una fantasía que nos haga pensar que todo va a estar bien. Esa posibilidad a mí me la ha dado el teatro”, aseveró el actor complacido.
Desde su estreno en Querétaro, la obra ha viajado a otros países como Perú, Colombia y Panamá.
