Con la obra “Morir al sur”, el escritor y periodista chiapaneco Gabriel Velázquez Toledo, fue elegido como el décimo tercer ganador del Premio Nacional de Novela Negra “Una vuelta de tuerca” ,así lo informó a través de un comunicado la Secretaría de Cultura de Querétaro.
Registrado bajo el seudónimo “Bolom Yokté”, la obra del autor recibió esta distinción por “mostrar una estructura exacta, que lleva al lector de una historia de crimen común a una de crímenes de Estado, escrita con un lenguaje preciso y eficaz, que nos interna en el universo de la corrupción política y militar que, en la región del país que le sirve de escenario, se inserta en un contexto social de gran impacto para México”, se dio a conocer a través de la misiva.
La dictaminación corrió a cargo del jurado Carlos Rene Padilla Díaz, Alejandro del Castillo Garza, Eduardo Antonio Parra Caballero y Rafael Mata Salinas, director de Educación Artística y Servicios Culturales de la Secult.
Egresado de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), Gabriel Velázquez Toledo es autor de “El camino de la vinculación comunitaria” (2014) y “Entre el polvo y la pólvora” (2010), y editor ejecutivo de la revista digital Espacio I+D, de la UNACH.
El Premio Nacional de Novela Negra fue creado en 2005, y entregado por primera vez a Bernardo Fernández “Bef” por su libro “Tiempo de alacranes”. Desde entonces, el galardón es una de las pocas distinciones centradas en promover y fomentar el género negro o detectivesco en el país.
También han sido reconocidos con este premio Francisco Haghenbeck por “Trago amargo” (2006); Antonio Malpica con “Nadie escribe como Herbet Quain” (2007); Ana Ivonne Reyes por “Muerte Caracol” (2009); Juan Casas con “Good Will” (2010); David López por “Acá en el Acá” (2012); Federico Vite con “Bajo el cielo de AK-Pulco” (2013); Víctor Solorio por “La vía en cloroformo” (2014), y Verónica E. Llaca, con “La simetría de los árboles”.
En su última entrega, el ganador fue el autor de “Pulps”, Jorge Enrique Zúñiga; elegido por el jurado por su manejo de recursos narrativos en la novela, con los que logró combinar la tradición del género negro y el relato policiaco, con los referentes del mundo contemporáneo.