Lo que empezó como una simple idea en una sala de cine, hoy es toda una organización que busca sumar al fortalecimiento del cine documental en México y Latinoamérica.

Ambulante nació en 2005 bajo el impulso de Diego Luna, Gael García y Elena Fortes, y el germén fue el documental de Trópico de Cáncer de Eugenio Polgovsky. Al terminar su proyección en un festival de cine, los actores solo pensaban en lo fabuloso que sería replicar esta experiencia en otras salas y con otros públicos, pero “se dieron cuenta que nadie más vería el documental porque no había ventanas de exhibición para cine documental en ese tiempo”, cuenta en entrevista Blanmi Núñez, coordinadora de programación en Ambulante.

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“Entonces, junto con Elena Fortes, es que deciden crear un festival de cine documental que no solamente estuviera en un lugar, sino que viajara por México para llevar cine documental a los lugares donde no llegaba este género”, continúa la coordinadora.

Ambulante cumple 19 años de girar por el país, y este año Querétaro está en la ruta. A la ciudad llegará del 15 al 26 de mayo, con más de 90 títulos de 28 países en la programación.

Se desarrollarán más de 45 actividades como funciones, charlas con cineastas, mediaciones, jornadas, un taller y un conversatorio. Dichas actividades estarán repartidas entre 12 sedes, en donde las proyecciones y eventos serán mayormente gratuitos.

La temática de este año es la Contemplación, y desde esta mirada se abordarán distintos temas, desde la importancia de las polillas para el ecosistema en el Himalaya; la experiencia de la guerra para las infancias en Ucrania; la defensa del santuario de las mariposas monarcas en Michoacán, hasta la Copa Mundial de Futbol Femenil de 1971, un torneo que rompió récords de audiencia y que ha sido olvidado por la historia, y que será la película que inaugure la gira en Querétaro.

Además, habrá funciones para personas con neurodiversidad, con discapacidad intelectual, y para la comunidad sorda en Lengua de Señas Mexicana.

Para conocer más sobre Ambulante, así como del panorama del cine documental, Blanmi Núñez nos cuenta en entrevista.

"Después de 19 años ya no no somos solo un festival. Somos una organización que tiene un festival y que tiene varias iniciativas que giran alrededor de la incidencia y el poder que puede tener el cine documental".

• ¿Y cuáles son estos otros brazos de Ambulante?

Tenemos varios proyectos, ahora estamos trabajando en el Foro Latinoamericano de Cine e Impacto Social, lo hacemos desde hace tres años con otras organizaciones: una brasileña que se llama Taturana y otra colombiana que se llama Nodo Sur. La idea con esta iniciativa es pensar en cómo los relatos latinoamericanos, a través de campañas de impacto, pueden generar transformaciones y cambios sociales.

También tenemos Ambulante Más Allá, que es la parte formativa. Lleva 10 años y a través de ella se han hecho convocatorias en diferentes regiones de México para que jóvenes realizadores puedan adquirir herramientas para contar las historias de sus propias comunidades. Ambulante presenta, por otra parte, es un circuito de exhibición que viaja a alrededor de 24 estados del país, aquí trabajamos con sedes autogestivas como museos, centros culturales, escuelas… Les brindamos un catálogo de películas para que cada quien programe como guste, y la idea es acompañar a los exhibidores con guías pedagógicas en las que mostramos cómo montar un cine club, cómo abrir mesas de debate, cómo hacer actividades post función… con el fin de trasladar el relato cinematográfico a algo más tangible, esas son solo algunas de las iniciativas que tenemos.

• Y en esos casi 20 años que ya tiene la organización, ¿Qué tanto ha cambiado el panorama para los documentales en México?

Con el público tenemos ciertas cosas muy identificadas, y es que en un inicio, cuando surgió Ambulante, la gente veía documentales y sentía las historias ajenas a su contexto; pero ahora casi todos los relatos –muchos de ellos sobre la crisis que se viven en México en términos de violencia, de desplazamiento forzado en territorios, de extractivismo natural y cultural– , ya no se sienten ajenos. Las salas de cine se han convertido en espacios de catarsis, por esa razón es que empezamos a crear acompañamientos; nos dimos cuenta que estábamos de pronto sacudiendo mucho al público y no generando espacios de contención.

• A nivel de producción, ¿qué cambios perciben?

México es un gran productor de cine documental y esto tiene que ver con las grandes diferencias que existen en el territorio, es un país muy diverso. Y ya estamos viendo resultados de proyectos como Ambulante más allá, y es que muchos de los documentalistas mexicanos que hoy están haciendo largometrajes y que están yendo a otras parte del mundo, empezaron a hacer cortometrajes [en ese programa], y ahora ellos están formando a nuevos realizadores.

También percibimos que hay una gran producción de cine comunitario, algo que nos parece muy importante pensando cómo en los inicios del cine documental había una mirada muy colonizadora y muy ajena y cómo ahora las historias las están contando las personas que forman parte de las mismas comunidades.

Asimismo notamos en las producciones una exploración estética mucho más interesante. Creemos que los límites que el documental tradicional impuso durante muchos años, de tener una cámara fija, un primer plano y una entrevista, están cambiando. Ahora vemos la experimentación con maneras más artísticas, plásticas y estéticas de relatar historias.

• Regresando al festival, ¿Qué criterios tomaron en cuenta para elegir a los estados sede de la gira de este año?

Este año nuestra gira es mucho más pequeña porque antes del 2020, Ambulante siempre estaba en la primavera, pero tras la pandemia tuvimos que movernos al segundo semestre del año. El año pasado decidimos que íbamos a regresar a la primavera, y eso provocó también que hiciéramos la nueva gira en menos de seis meses, mucho más pequeña y con estados que tienen una infraestructura cultural muy potente, en este caso Ciudad de México, Veracruz, Michoacán y Querétaro.

• Este retorno lo hacen en alianza con otros festivales de documentales, entre estos Doqumenta, que es de casa… ¿En qué consiste esta sinergia?

En términos de programación, tener alianzas con festivales es buenísimo porque de entrada te pueden recomendar películas. En Ambulante nos perfilamos mucho hacia películas que hablan sobre mundos más justos, tenemos una sección completa que se llama Resistencias que habla sobre luchas sociales, derechos humanos… entonces cuando tenemos festivales aliados que van por la misma línea, nos pueden mostrar documentales que, a lo mejor no están tan a la luz, pero que son súper importantes contar esas historias. En cuestiones más prácticas también nos ayudamos en cosas como que un festival ya subtituló un documental en español y otro también lo va a programar en el suyo, entonces lo comparte… hay mucha camaradería entre los festivales.

• Este año la temática central de Doqumenta es la Contemplación…

Cada año tenemos un tema central, y este año encontramos una analogía entre la bóveda celeste y el cine. Muchísimas sociedades a lo largo de la historia han tomado las estrellas como rumbo de interpretación para tomar decisiones, y lo mismo ha pasado con el cine y con el cine documental, que nos presenta miradas y realidades ajenas que nos ayudan a pensar en cómo actuar ante ciertas circunstancias y situaciones.

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Solo piénsalo, estar en una sala de cine es como contemplar las estrellas: Cuando estás consumido por el oscuro de una sala y solo tienes la luz de la pantalla, es muy parecido a cuando estás viendo las estrellas: mientras menos contaminación lumínica tengas mejor vas a ver (…) Tenemos que encontrar espacios de contemplación así, sobre todo en un mundo que te pide ir siempre a prisa.

Para conocer la programación de este año, ver en: https://ambulante.org/, donde también se puede descargar el programa de mano.