Gabriel, un supervisor de impresiones de una compañía, aplica para la vacante de una gerencia. Pese a que él se considera a sí mismo como el perfil más apropiado para el puesto, el cargo termina siendo otorgado a un familiar de uno de los jefes del lugar. Eso le causa indignación y molestia, lo que hace que poco a poco crezca en él enojo y amargura. A raíz de esto, poco a poco se irán introduciendo cada uno de los personajes que pertenecen al universo de ‘la oficina’, desde la persona nueva del área de recursos humanos hasta el nuevo gerente, y muchas más personas que conviven con Gabriel dentro y fuera del trabajo.
Esa es la sinopsis de Recursos humanos, un filme de Jesús Magaña Vázquez que invita al público a cuestionar las jerarquías y dinámicas dentro de los espacios de trabajo como una oficina, y en la vida cotidiana en general.
Este proyecto nace del respeto y admiración del propio director a la obra de Antonio Ortuño –autor del libro del que se realiza esta adaptación cinematográfica–, y de una fascinación por la presentación de personajes “grises y complejos”. La película originalmente fue estrenada en el Festival de Cine de Morelia del año pasado y finalmente encuentra a partir de hoy un resguardo en la plataforma de streaming, Amazon Prime Video.
Con la finalidad de conocer un poco más sobre la mirada del director, DIARIO DE QUERÉTARO se puso en contacto con Jesús Magaña Vázquez para dialogar sobre este proyecto que captura lo cotidiano desde un humor oscuro y sarcástico.
- ¿Qué te atrajo de la historia de Antonio Ortuño?
Mira te cuento, yo tuve la oportunidad de leer el libro en el 2011, este se publicó en el 2007, y me enamoré del personaje de Gabriel Lynch. Él es un oficinista de una imprenta comercial muy pero muy resentido con su jefe de piso por haber seleccionado al hijo recomendado de alguien que realmente no tiene nada de experiencia, “algo que casi no sucede en la vida real”(bromea).
Gabriel se ve a sí mismo como alguien superior a sus compañeros, no concibe la existencia de alguien que sea mejor que él, así que guarda un gran resentimiento porque siente que alguien tiene algo que debía ser de él por naturaleza, así que ni siquiera voltea a ver que su compañero ni siquiera aspiraba a tener ese cargo, en fin.
Gabriel Lynch es un antihéroe, en toda extensión de su palabra, y aunque no es un modelo a seguir, creo que todos, por lo menos yo sí, podrían empatizar con él. Posiblemente por su sarcasmo, por su humor negro, pero principalmente porque creo que todos alguna vez hemos sentido que merecemos algo que no tenemos, lo que lo hace una experiencia universal y un personaje del que todos podemos sentirnos reflejados.
- ¿Cuál es la fascinación del cine por retratar lo cotidiano?
Fíjate que es chistoso. Esta es una comedia negra, muy muy negra, en donde los personajes principales tienen su propio rol: Gabriel es el resentido; Mario Constantino es el junior; Paruro es el lamebotas; Lizbeth es la trepadora; es decir, son los clichés, ¿no?
Te diría que ellos sí existen en nuestra vida cotidiana, están presentes en las oficinas y también en el salón de clases o en las Fiestas de Año Nuevo de la familia, etcétera. Creo que en algún punto todos hemos sido esos personajes, por lo que me parece que es muy divertido que sea una película que te invita a empatizar con personajes que aparentemente no deberían ser empáticos, pero todos tenemos esa “oscuridad” o tonalidades “grises” que nos reflejan.
- De forma narrativa, ¿qué aporta haber realizado la película en blanco y negro?
La decisión de hacerla a blanco y negro tiene dos razones, primero una personal: A mí me gusta mucho ese tipo de películas; por lo que es una decisión estética y de estilo que me gusta seguir. Por otro lado, para reflejar que a veces el mundo laboral puede ser muy en escala de grises, por lo que creo que es algo que empata muy bien entre sí.
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- ¿Qué de la película le podría parecer atractiva al público?
Creo que hay dos niveles para la respuesta. Uno en donde la cinta cumple con esta parte del entretenimiento y si lo que quieren es ver una comedia muy negra, pues cumple y se divertirán; pero por otro lado, la película retrata a personajes que se destruyen entre sí por disputas muy absurdas, lo que me pone a pensar que a través de la comedia podemos aprovechar para tener una pequeña reflexión sobre lo absurdo que es la lucha por el poder, un poco sobre lo que creo que es el mensaje importante de la cinta, y que es una lucha intrínseca de los humanos. Así somos y jamás hemos dejado de serlo.
- Como tal la película se realizó en Argentina, pero parte del equipo era de México. ¿Dónde se ubica la historia?
Creo que el punto clave aquí es que el público la puede ambientar donde ellos quieran y donde ellos imaginen. Parte de lo que queríamos hacer era presentar un universo donde al argentino lo trasladará a las zonas de su país, al igual que al mexicano con México. Dentro de la película hay actores mexicanos conversando con argentinos, mezcla de acentos y frases, pero no se específica dónde se ubica la historia porque no queremos que ésta caduque ni se enfrasque en una zona determinada.