Dicen que me burlo de todo, me río de todo, porque me burlo de ellos y me río de ellos, y ellos creen ser todo.Jacinto Benavente
Se levanta el telón. El teatro en todas sus manifestaciones, así como la incorporación de diversas disciplinas artísticas como el canto, las artes plásticas, la música, la danza, las artes escénicas, entre otras; han reflejado el modo de ser y de pensar de los individuos y de la sociedad, repercutiendo en las trasformaciones y las continuidades históricas en el espacio social y geográfico donde se desarollan. Para sustentar esta línea de trabajo, tomaré como ejemplo el caso de Fray Margil de Jesús, en el paraje de las comedias de la ciudad de Querétaro en la época novohispana.
Querétaro en el último tercio del s. XVII. Santiago de Querétaro había conseguido el título de Muy Noble y Leal Ciudad, así como su escudo de armas, muchos peninsulares y otros de raza quebrada pudieron comprar también títulos, toda vez que era dinero que servía para las flotas españolas empeñadas en guerra contra La Francia y la “Pérfida Albión.” En 1680 se concluía el templo de la Congregación de Clérigos Seculares de Santa María de Guadalupe, el testimonio de los, “regocijos, sermones, comedias, certamen poético y corridas de toros,” lo dejó impreso Carlos Sigüenza y Góngora en las Glorias de Querétaro.
En el año de 1683 tomaron posesión del convento erigido en el Sangremal los seráficos; que venían a fundar el primer Colegio de Propaganda Fide en América, de donde partirían en misión a otras latitudes. El mecenazgo propició la construcción y reconstrucción de templos y conventos, así como el revestimiento de altares y colaterales con retablos dorados y arte sacro, de igual manera el moblaje, los ornamentos y avíos para el culto eran de pedrería, plata y oro; reflejo del producto de obrajes, trapiches, cererías, cordelerías y por supuesto de la ganadería y agricultura boyante. En 1692 fray Felipe Galindo y Chávez funda el convento de santo Domingo de Guzmán dedicado a San Pedro y San Pablo, el cual es dedicado en 1697. Emprende esta orden misiones en la Sierra Gorda que estaba como “manchón de gentilidad”.
Se presentaron sequías prolongadas por lo cual eran racionados los granos, lo que dio motivo en la Ciudad de México a un motín, al igual que en Querétaro era contenido el pueblo por los “Dragones y caballeros voluntarios.” En la última década de este siglo se daba el caso de las mujeres endemoniadas, se prohibían los paseos en las frondas del río, la escenificación de “Moros y Cristianos” como parte de las festividades; “por los gravísimos inconvenientes, indecencias y pecados,” al convertirse en “fiestas profanas de toros y comedias a la santísima cruz.” En este contexto se daba en cátedras, pulpitos y escritos una pugna entre las diversas órdenes que coexistían en la ciudad de Querétaro, quien ya contaba con el pomposo título de “Tercera Ciudad del Reino”. La población crecía por el trasiego de mercancías, metales, enseres, comerciantes, arrieros, evangelizadores, militares y aventureros, que transitaban por el Camino de Tierra Adentro. En la ciudad se habían instalado mesones, y diversas fabricas manufactureras, además de los obrajes y las estancias ganaderas y agrícolas, que se encontraban en desarrollo. De igual manera muchas congregaciones religiosas habían construido templos y conventos. El tejido social se componía de vecinos españoles, el doble de indios, castas y mestizos al igual que vivían en la ciudad y en las haciendas y ranchos de los alrededores gran cantidad de negros y mulatos.
Comediantes en tierra adentro. A finales del siglo XVII, llegó una compañía de comediantes a la ciudad de Querétaro, con la idea de quedarse permanentemente, toda vez que la densidad de la población y el número de viajeros era importante, por lo cual representaba una buena oportunidad de negocio y sobrevivencia. Sus propósitos no fueron bien vistos ni tolerados por los celosos frailes crucíferos y se dieron a la “santa” tarea de erradicar de su territorio a la “compañía de farsantes”, a fin de que su “rebaño” no quedara “inficionado de abominables vicios, y arraigadas las pésimas costumbres”.
Las artes escénicas representaban para el imaginario colectivo una oportunidad para salirse de la realidad, para justificar las acciones despóticas y crueles de quienes representaban a las instituciones. La estrategia de no permitir que esos espacios fueran tomados por profanos, J. Pedro Viqueira dice: “Así, el teatro del siglo XVIII, como lo es hoy el cine, era un espejo privilegiado en que se expresaba la sociedad tal como la vivían los hombres. En el cobran materialidad las representaciones imaginarias de la sociedad, sus mitos y estereotipos; se expresaban sus angustias, y sus ideales de justicia se realizaban en el breve lapso que duraba el espectáculo.” [“¿Relajados o Reprimidos? Diversiones públicas y la vida social en la ciudad de México, durante el siglo d las luces. F. C. E. México 1995. p. 54].
Era vital para quienes mantenían la autoridad y el poder, mantener sus privilegios a través del dogmatismo y la estratificación social.
Ocasión propicia para que el fraile andariego quien misionaba también en la ciudad de Querétaro hacia fines del siglo XVII y el primer cuarto del barroco XVIII. Conocido como el fraile de “los pies alados”, interviniera para impedir las funciones que se estaban originando por los comediantes. Arricivita, nos da a conocer en su Crónica Seráfica, publicada en 1792 la estrategia, haciendo en un preámbulo una apología respecto al arte dramático: "Con el fin que se cultivó la Poesía Dramática, fue el de corregir los vicios y sujetar las pasiones, poniendo a la vista las desgracias que hacen infeliz la vida de los hombres; pero el dolo con que nuestra corrupción mira a los que censuran nuestras flaquezas, inspiró a los poetas un modo de perseguirla valiéndose de los alhagos [sic] que caben en su arte para suavizar las reprehensiones, [sic] y conservar puras las costumbres; pero degenerando esa suavidad en la lisonja de los apetitos, se ha corrompido ese noble fin, siendo ya todas las comedias profanas, destructivas de la inocencia, y contrarias a la piedad Christiana; por lo que no solo las reprueban ambos derechos, sino que los Reyes Católicos han restringido la licencia de representarlas, a ciertas reglas y muy rígidas condiciones. Ninguna de ellas observa los cómicos volantes; y así son los estragos que causan en las buenas costumbres, como los obscenos escándalos con que arruinan los lugares en donde entran, que, sacándoles el dinero, les dexan [sic] inficionados de abominables vicios, y arraigadas costumbres". [...]
En la próxima entrega conoceremos la manera que los comediantes de Tierra Adentro y los Cómicos de la Legua fueron ahuyentados de la ciudad de Querétaro y sus distritos.
El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana
Desde Anbanica - Teocalhueyacan.
Febrero de MMXXIII.
