“Fue un hambre difícil, que quizás nunca se dio cuenta de cuánto lo queríamos por acá. Y de tanto como nos significaba. Pero era bueno, como la emoción de su canto y la seda de su voz”.
Así escribía el eminente musicólogo y periodista colombiano Hernán Restrepo Luque en un álbum de homenaje al tenor queretano Juan Arvizu quien falleciera aquí, en su tierra, el 19 de noviembre de 1985.
Lamentaba que cuando Juan Arvizu retornó a su tierra mexicana “tuvo problemas - México no perdona la deserción, aunque ésta sea triunfal y embajadora- por su ausencia de casi cuatro lustros.
“No se le hizo entera justicia, pese a lo cual alcanzó a gravar aun, algunos dúos con un Alfonso Ortiz Tirado y se fue desocupando poco a poco, mientras en Colombia se le recordaba y lanzábamos colecciones de sus discos más importantes”.
Y resumía: “Su voz y su figura identifican y hacen celebre la música de los años 30s, 40s y por lo menos la mitad de la década siguiente".
En Buenos Aires impone definitivamente el bolero mexicano y graba con célebres orquestas típicas, valses y tangos, además de la música que representaba. Lo aclaman en Uruguay, Chile y Brasil.
“En Medellín lo recibimos apoteósicamente en 1943” –tanto que hubieron de cerrar al tránsito la arteria principal, el Paseo Junín, para ovacionarlo.
Narra Hernán que sus discos se vendieron por millares en tanto que el cine lo perpetuó en películas como "Ahora seremos felices", filmada en Cuba, con Mapy Cortez.
El poeta José María Vega diría que Juan Arvizu era “nombre de canción...”
Juan Nepomuceno Arvizu Santelices nació en nuestra ciudad, en la delegación Hércules el 22 de mayo de 1900; su biografía señala que desde pequeño ayudaba a su padre; Pedro Arvizu, en la tarea de telegrafista mientras, alentado por su madre, Trinidad Santelices, estudiaba en el Conservatorio de Música J. Guadalupe Velázquez vocalización, solfeo y armonía y participaba en el Orfeón de Querétaro que dirigía el insigne maestro Agustín González.
A los 22 años se fue al Distrito Federal donde continuó sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música y con el maestro José Pierson, cantor y declamador —luego se convertiría en maestro y director de compañías de ópera—, quien tuvo bajo su tutela, a otros famosos intérpretes de la canción popular como Jorge Negrete, José Mojica, Alfonso Ortiz Tirado, Pedro Vargas y Juan Pulido entre otros.
Debutó a los 24 años en el Teatro Esperanza Iris en la ópera La Sonámbula de Bellini llamando la atención de músicos y críticos por su amplio registro de voz, tenor lírico ligero, aunque su maestro Pierson no le auguró grandes éxitos en ese terreno porque consideraba “pequeña su voz”; consciente de ello Juan Arvizu optó, como Negrete y Vargas, por la música popular.
Sus primeras grabaciones fueronen 1928 en las que incluyó “Varita de Nardo” de Joaquín Pardavé. Después el éxito fue un sinfín que se dio en cascada presentándose en el Teatro Lírico, en giras nacionales e internacionales y grabando para Brunswick y después para la RCA Víctor.
En 1930 fue convocado para la inauguración de Radio XEW; luego para la misma gestión en la Cadena de las América de la Columbia Broadcasting de Estados Unidos y posteriormente a la inauguración, en Buenos Aires de la LR3, Radio El Mundo.
Otro logro singular fue descubrir en el Café Salambo “a un pianista de anémicos cabarets y de prostíbulos que, a su lado, se transformó en la mayor figura del bolero en toda América: Agustín Lara”, de quien fue además su primer intérprete, estrenando “Granada”, “Santa”, “Aventurera” y otras más.
En Argentina se le reconoce también como impulsor y descubridor de otro gran bolerista, Mario Clavell quien fuera popular cantante, escritor, compositor y actor de cine, pues fue Juan Arvizu quien lo presentó en la Editorial Julio Korn donde hizo sus primeros contratos de edición inaugurando así su exitosa.
Fue Arvizu uno de los cantantes que más ha grabado en la historia de la música latina. Él estrenó obras de los más notables compositores latinos, como precisamente el argentino Mario Clavell, el puertorriqueño Rafael Hernández Marín, el chileno Donato Roman Heitman, el panameño Enrique Fábrega, los colombianos Carlos Vieco y Augusto Duque Bernal, y por supuesto, los mexicanos Agustín Lara, Gonzalo Curiel y Gabriel Ruiz Galindo.
Contratado por un mes y medio, Arvizu vivió 18 años en Argentina, estableciendo ahí su centro de partida de sus giras al exterior; después vivió algunos años en Chile y también en Colombia, aunque nunca dejó de volver a México donde realizó giras, grabaciones ypresentaciones.
En su extenso repertorio (expertos en el tema como Restrepo y Ricardo Risetti calculan en alrededor de dos mil el número de sus grabaciones), figuran boleros, tangos y otros ritmos afines como valses y milongas.
En Colombia, Disonex S.A. editó en 2004 un CD con 14 interpretaciones de Juan Arvizu en la colección “The Originals” “The Silken Voice”.