En esta ocasión escribo sobre Rod Stewart, sobre su canción Young turks. La parte que quiero comentar dice: “[…] Porque la vida es tan breve y el tiempo es un ladrón cuando estás indeciso. (Because life is so brief and time is a thief when youre undecided). Al respecto hay que considerar que Stewart no es filósofo. No pretende hace una apología erudita sobre el tiempo y la vida, y sin embargo… [se mueve] lo hace. Su canción es movimiento puro. Exaltación posmoderna a no morir; a no quedarse como estatua, pensando en la vida de los demás —los que se mueven—.
La realidad de la letra no se contrapone con lo que sucede en la cotidianidad. Ser indeciso —al final— es una forma de no-ser. ¡Ay, cuántos siguen pensando qué van a ser y a hacer! Pero ahí se quedan: pensando, sólo pensando. Quizá esto sea consecuencia de querer vivir la vida como venga, como se presente, sin tomar en consideración un proyecto de vida. Heidegger dice que no somos sólo yecto, sino proyecto. Y tiene razón, el ser humano vive de acuerdo a los planes que establece; al menos se esfuerza por conseguirlo.
Ahora bien, estos planes son casi siempre individuales. Los tomamos sin tomar en consideración a los demás, pensando sólo en nosotros. Esto ocasiona un problema: si no los tomamos en cuenta, quedamos aislados, perdidos, como náufragos entre los de nuestra propia especie. Corremos el riesgo —dicho de otra manera— en ser tan difusos, que terminemos sin decisiones propias; permitiendo que los demás tomen decisiones por nosotros. Si no empezamos a caminar con nuestros propios pies, no faltará quien nos cargue y nos lleve por la vida, como un bulto.
Pero Stewart denuncia esta situación. Dice:
Corazones jóvenes tienen qué correr libres, ser libres, vivir libres
El tiempo sigue, el tiempo está de tú lado
Tiempo, tiempo, tiempo, el tiempo está de tú lado
Está de tú lado
Está de tú lado
Está de tú lado
Corazones jóvenes estarán libres ésta noche.
Esta noche, ésta noche, ésta noche, ésta noche, ésta noche, sí
(Young hearts gotta run free, be free, live free
Time is on, time is on your side
Time, time, time, time is on your side
Is on your side
Is on your side
Is on your side
Young heart be free tonight
Tonight, tonight, tonight, tonight, tonight, yeah).
Es decir, somos lo que somos mientras podamos serlo. Mientras el tiempo esta de nuestro lado. Después, aunque no nos guste, nos vamos muriendo en vida. Tendríamos que preguntarnos si somos carne y huesos o fruto seco de ciruela pasa. Qué plantamos en nuestra vida. Qué tiempo hicimos nuestro. Qué noche no fue una noche más, sin que realmente estuviéramos nosotros. Hay oscuridades que se comen a la misma noche.
Por eso nos recuerda: el tiempo está de tu lado / el tiempo está de tu lado / el tiempo está de tu lado… El problema es de qué lado estamos nosotros. Vivimos del recuerdo, o inventamos presentes falsos, como el mitómano que cuenta su vida fantástica como si fuera real.
O jugamos a que el tiempo no pasa por nosotros y entonces repetimos frases tan huecas como torpes, pretendiendo que el tiempo no pasa por nosotros, que siempre estamos en lo mejor de la vida. Expresiones dolientes que sólo muestran la podredumbre y el hedor que queremos esconder: muertos perfumados, pero al fin muertos, llenos de palabras agradables (perfumadas). Creemos ingenuamente que si la frase se cambia, se cambia la realidad.
Pero ¿cómo va a estar en su mejor momento una persona octogenaria? Pero —insisto— vivimos de la (y en la) superficialidad. Inventamos frases que aunque son lugares comunes, se creen a pie juntillas; al menos eso se simula.
Rod Stewart lo sabía. Había que decir que el tiempo es de nosotros. Por eso habla de los corazones jóvenes. La edad no siempre nos juega bien. Eso lo demuestra el cansancio, la reducción de energía. Los problemas de salud. Sin embargo, aun con esos problemas tenemos que correr, correr porque estamos en el tiempo; es decir, porque estamos vivos. En todo caso lo que habría qué reflexionar es qué queremos. Qué buscamos. Hacia dónde corremos. Vamos, qué tiempo es nuestro verdadero tiempo.
De otro modo, los otros seguirán siendo la luz que dirige nuestro tiempo. Dejaremos que otros alucen nuestro silencio, convirtiéndolo en un ensordecedor ruido amorfo: y si es así, sólo nos quedará repetir frases hechas. Correremos el tiempo de los otros.
Por eso me quedo con esta parte de Jóvenes turcos. Me quedo con lo que me hace pensar. No niego que la música sea agradable. Sin embargo, la música misma gira en torno a lo que dice la letra. Sin el tiempo, los jóvenes turcos morirían al tratar de surcar los mares.