Desde hace 42 años, por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), cada 1º de Octubre se celebra el Día Internacional de la Música, por considerar esta expresión como una manifestación artística capaz de unir a todos los pueblos, independientemente de sus diferencias culturales.
Es por ello que “Cuéntamelo Cántamelo” surge como una propuesta de música folclórica multidisciplinaria que busca difundir el patrimonio cultural de México y América latina, a través sonidos tradicionales como las chilenas y el son jarocho, acompañados de la narración de cuentos, leyendas y fábulas de la región.
Conformado por docentes e instrumentistas mexicanos, así como por maestros en artes escénicas, el proyecto nació hace cinco años bajo la iniciativa del director Jaime Luna Rayas, quien como profesor de música, en las aulas se percató de la necesidad de aproximar a las nuevas generaciones a estas expresiones culturales que permiten afianzar la identidad y el conocimiento sobre la realidad sociocultural e histórica de Latinoamérica.
“Empezó siendo un trío con un proyecto que se llamó ‘La muerte me pela los dientes’, que es una recopilación de cuentos y canciones folclóricas infantiles de toda Latinoamérica, trasladada a un pequeño concierto de música didáctica por Día de Muertos”, relata Luna.
Actualmente el ensamble se encuentra integrado por Marcos Alarcón, Arlette Cabrera, Ariana Guillén, José Luis Nieves y el mismo director, quienes al ritmo de la zampoña, la quena, el charango, la jarana, el bombo y la quijada, entre otros instrumentos, recrean historias y canciones de México, Perú, Ecuador y Argentina, como “El conejo y la luna”, “El cóndor y la pastora”, “La vasija de barro”, “El cascabel”, “La iguana” y “El guajolote”.
En el proyecto también participan bailarines y cuenta cuentos como Carlos Casas, Guillermo Méndez y Carlos Magno, quienes intercalando sus narraciones con la música de los artistas, recrean escenarios que alimentan la imaginación de los pequeños escuchas. “La música comercial sumerge a quien la escucha en un ciclo repetitivo, que hace pegajosa la canción y pasivo al interlocutor; en cambio, este tipo de música incentiva el desarrollo psicomotriz, la memoria y el aprendizaje, sobre todo con las rondas, que implican jugar con todo el cuerpo haciendo uso de la oralidad”, asevera el director.
Aunque Luna lamenta que las agrupaciones de música infantil son pocas en el país por “considerarse proyectos menores”, cada vez hay más iniciativas que surgen bajo el convencimiento de que la música, como generadora de emociones y aprendizajes significativos, es un buen vehículo para la transmisión de la cultura.
La agrupación lanzó su primer disco “Canciones de aquí y de allá” en 2017, y al siguiente año organizaron en Querétaro la primera edición del Festival Folclórico de Cuentos y Canciones para la Infancia, que ha servido de plataforma para otras iniciativas culturales y educativas de México, Cuba, Venezuela, Portugal y de otros países latinoamericanos.
Entre algunos de los proyectos invitados están: “Son pa' los escuintles”, “María Paula Nunes Belard”, narradora de Portugal; Adriana A. Lebrija, cantautora en 19 lenguas originarias de México y Guatemala (náhuatl, purépecha, chól, tsotsil, totonaco, seri, mumiai, tének, cucapá, mam, seri); Salvador Aquino, “Cuentos para viajar y viajes para contar”, y Sandunga, agrupación con una propuesta musical folclórica tradicional integrada desde 2011 por mujeres..
Cuéntamelo Cántamelo
ha participado en el Festival Internacional de Artes Escénicas 2018, Festival Internacional de Nuestra Cocina "De la Mesa de Moctezuma a la Mesa de Cortés", Festival Alas y Raíces y Festival del Desierto, Altiplano Potosino, entre otros.
