Desde hace varios años, el Hay Festival ha incorporado en su programación cultural temas relacionados con la naturaleza y cuidado del medio ambiente, y este año no ha sido la excepción. Como parte de su edición digital, hoy, a las 19:15 horas, la investigadora mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Julia Carabias, conversará con Mauricio Diazgranados, investigador en el área de biodiversidad y sostenibilidad del Royal Botanic Gardens, Kew, sobre la salud del planeta y la reducción de la biodiversidad.
“¿Qué relación existe entre la cultura y el medio ambiente?”, le pregunta su interlocutora a Carabias, quien con una sonrisa responde que ambas se encuentra estrechamente interrelacionadas. Y es que para la acreedora de la “Medalla Belisario Domínguez 2017” –máximo galardón otorgado por el Senado de la República a los ciudadanos más eminentes–, no es casualidad que países como México concentren un importante patrimonio natural equiparable con su diversidad cultural.
“México es un país que tiene una gran biodiversidad, es uno de los países más diversos del mundo en términos de sus especies biológicas. Sobre esa distribución que existe en el territorio nacional se han asentado las culturas originarias que han evolucionado a partir del vínculo con sus ecosistemas naturales, de ahí es que hay diversidad cultural y diversidad biológica”, refirió la investigadora.
Sobre esta consideración, es que Carabias considera urgente la generación de un canal de comunicación entre la sabiduría tradicional y la ciencia, para la implementación de estrategias que permitan hacer frente a la reducción de la biodiversidad y los problemas ambientales, que se han ido acentuando de manera acelerada con el paso de los años y se han hecho más visibles en la actual pandemia de Covid-19.
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“Estamos en una situación global en la que se frenó la sociedad y la economía por un virus y eso se debe, en parte, a los cambios que los humanos hemos ejercido sobre el medio ambiente; a la destrucción de los espacios naturales; a la extracción de especies que estamos consumiendo sin ningún tipo de entendimiento ni de control (…) Toda esa distorsión que hemos hecho con el medio ambiente está generando cambios profundos en el funcionamiento del planeta”, lamenta.
Para la investigadora, el cambio no solo debe esperarse de parte de los Gobiernos, sino también de los ciudadanos, quienes podrán sumarse a través de la transformación de sus hábitos de consumo, y eso solo puede lograrse a través de la cultura.
De ahí que considere importante la existencia de eventos como el Hay Festival que lleven a las mesas de discusión estos temas, en los que además de científicos, se sumen agentes de otros campos sociales como el cultural y el artístico.
“Eso ayudará a incrementar la conciencia y a lograr que más ciudadanos estén conscientes de que este es un tema urgente que debe ser incorporado tanto en nuestra vida cotidiana, nuestra forma de ser, nuestro pensamiento y, por supuesto, en las políticas públicas”, apuntó.
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