Danza contemporánea con bases, pero sin techo

Alondra Jiménez y Víctor Vázquez

  · miércoles 13 de junio de 2018

La poca continuidad en los proyectos y la falta de cohesión entre grupos y bailarines impide la consolidación de la disciplina, señalan los entrevistados. Fotos: Miriam Martínez, Fernando Reyes y archivo Diario de Querétaro

Las artes escénicas en Querétaro están comandadas por la escena teatral. Cuarenta y ocho compañías de esta disciplina artística establecidas en la entidad (según el directorio del Consejo Consultivo de Teatro) dan cuenta de este liderazgo.

Varias son las condiciones que han llevado a este rubro escénico a gozar de buena salud, entre ellas la consolidación de compañías de teatro con gran tradición, la diversificación de las propuestas y la creación de un público.

Si bien hay pendientes y áreas de oportunidad en esta disciplina artística, el gremio se ha consolidado en torno a un proyecto común: el Consejo Consultivo de Teatro, que busca integrar a los grupos de teatro local e impulsar acciones para su desarrollo.

En contraparte, la danza no ha logrado consolidar su posición en la oferta cultural y artística local.

Muchos son los pendientes de este sector en la entidad: falta de difusión del trabajo artístico, poca continuidad en los proyectos, esfuerzos unipersonales o de compañías por llevar su creación a los escenarios, (pero sin el apoyo conjunto del gremio), así como la falta de un público, son algunos de los enumerados por bailarines y coreógrafos queretanos.

Se busca público

Alejandro Chávez, director de la compañía Ciudad Interior, considera que las instituciones de cultura han fallado en los últimos años para establecer mecanismos de difusión adecuados que den cuenta de la oferta local en danza contemporánea.

No hay mucho público, se ha perdido por diversas circunstancias, pero la mayor problemática es que las instituciones ofrecen los espectáculos gratis.

Alejandro Chávez / director de la compañía Ciudad Interior

Además, refiere que la falta de educación artística en las aulas y la tendencia de las dependencias gubernamentales por querer ofertar cultura de forma gratuita, lejos de crear públicos, los maleduca, pues la gente ya esta menos dispuesta a pagar por una función artística.

“No hay mucho público, se ha perdido por diversas circunstancias, pero la mayor problemática es que las instituciones ofrecen los espectáculos gratis. Yo como compañía le dije a (José Antonio) Mac Gregor, que era director de Cultura del municipio (2012-2015), que era imposible que una compañía independiente, tan pequeña, hiciera competencia con toda una institución y que eso no le ayudaba a los grupos independientes, porque al dar gratis todo, esto afecta”, sostuvo.

Una posición más critica, pero referente al trabajo de las compañías, es la que sostiene Rayito Zamudio, quien encabeza la compañía VeOz Danza. La bailarina y coreógrafa considera que si bien las instituciones deben aportar para ayudar en la difusión y creación de públicos, también los grupos deben conocer a sus espectadores y dialogar con ellos, artísticamente.

“He visto sí propuestas interesantes, pero también creo que lo que falta (…) es el de qué forma difundes tu espectáculo o que la propuesta que presentas es demasiado abstracta o que dices cosas que sólo tu puedes entender, pero la gente no.

“Ahorita esta tendiendo más impacto, o al menos es lo que he percibido, la multidisciplina, ser un poco más versátil en cuanto al lenguaje y tener mayor impacto visual. (…) Muchas veces no se piensa en el espectador, sino en lo que yo bailarín, coreógrafo quiero expresar, pero a lo mejor ya ni si quiera es un tema que interesa a la gente”, advierte Zamudio.

En este sentido, la bailarina, egresada del Centro Nacional de Danza Contemporánea (Cenadac), asegura que su público le ha sido fiel en los 8 años que lleva su compañía de vida, por lo que refiere que la creación de público, en buena medida, descansa en la producción artística y cómo esta se mantiene vigente y atractiva para la audiencia.

Un objetivo similar persigue el propio Cenadac, el cual, de la mano de sus estudiantes y miembros de su grupo Epicentro, ofreció una breve temporada de presentaciones (del 31 de mayo al 2 de junio) denominada “Dialogo entre jóvenes”.

A través de esta iniciativa el colegio presentó diversas obras de bailarines profesionales y en formación, las cuales podían ser comentadas en un conversatorio abierto entre el público y los bailarines, con lo que buscaban romper la cuarta pared e involucrara los espectadores con el espectáculo.

Las preguntas a los ejecutantes giraron en torno a las intenciones artísticas de las obras, y sus objetivos personales, de fondo y forma, que buscaban transmitir, así como su sentir sobre el escenario.

Divorcio con las instituciones

Otro de los puntos enumerados por los artistas tiene que ver con la sinergia que el gremio y las instituciones establezcan.

Institución y artistas independientes son términos que no deberían estar peleados, aseguran, pues el apoyo va más allá de lo económico, enfocados a la difusión y proyección de este arte.

“Querétaro ha sido un estado en el que se tuvo un apoyo muy grande para la danza con la llegada del Ballet Nacional y el Cenadac, pero actualmente no se cuenta con el apoyo como debería para que se pudiera proyectar más la danza”, aseguró la bailarina Irma Monterrubio, quien además de integrar la compañía Ciudad Interior, desarrolla proyectos en solitario.

Las generaciones jóvenes de artistas señalan un camino tropezado al tener que ser ellos los propios gestores en el extenso uso de la palabra, “ahora debemos crear nuestros propios proyectos, espacios, y es complicado, porque sin el apoyo de la institución, se complica todo. No es que queramos que nos den dinero o cosas por el estilo, sino que ayuda a ser un facilitador para nuestro quehacer escénico para proyectar, etc.”, refirió la bailarina egresada del Cenadac.

Muchas veces no se piensa en el espectador, sino en lo que yo bailarín, coreógrafo quiero expresar, pero a lo mejor ya ni si quiera es un tema que interesa a la gente

Rayito Zamudio / directora de VeOz Danza

“No hay una claridad respecto al rol que jugamos como artistas independientes y el que juegan las instituciones para apoyar el trabajo”, sumó Daniel Gorozpé, quien encabeza el colectivo TrafficOnStage.

Consideró además que hay indiferencia por parte de la administración actual hacia la danza, “yo creo que hay un desdén por las artes, yo percibo un desdén institucional y eso ha minado el desarrollo de proyectos independientes que no precisamente buscan trabajar con la institución”, dijo.

Y es que ambos coinciden en hacer hincapié en la dualidad de ideas que la institución deja entrever en programas gratuitos como lo son el Día Internacional de la Danza, el cual desde hace tres años desarrollan, pero que desde hace dos, nutre principalmente su programa con academias y resultados de proyectos extracurriculares de universidades e institutos privados.

La última celebración fue el pasado 29 de abril en el que se realizaron cerca de 117 actividades con la participación de 2 mil personas que presentaron sus proyectos en el Jardín Guerrero, Teatro de la Ciudad, Plaza de Armas, Museo de la Ciudad y el Jardín Zenea. Los estilos a fueron desde el ballet clásico hasta el hip-hop. Sin embargo, en su mayoría eran academias de clases de jazz, tap, así como la participación de las agrupaciones de instituciones cómo la Universidad Politécnica, Tecnológico de Monterrey y Anáhuac, en cuanto a nivel profesional enfocado a la danza únicamente se presentaron agrupaciones de la Universidad Autónoma de Querétaro y el Cenadac.

“Hacen un Día Internacional de la Danza, pero no ofrecen las condiciones correctas, no hay un pago, para mí es importante, en la medida de que es parte de la profesionalización de la danza (…) Esta falta de seriedad de la institución hace que no muchos quieran participar, ahí se pierde un poco la proyección”, dijo Monterrubio.

Una comunidad sin cohesión y sin Escénica Q

Sin embargo, el que sus necesidades no estén cubiertas en su totalidad responde a la falta de unión para enfrentar a la institución, generar una alianza para abrir un diálogo en el que se pudieran manifestar estas cuestiones y es que a pesar de que la cantidad de compañías de danza, es menor a la del teatro, aseguran que no existe una unión dentro de ellos. “En general la danza a nivel local tiene un conjunto de esfuerzos aislados y poca visión de lo que están haciendo otros”, dijo Daniel.

Mientras que por su parte, Irma aseveró un cambio a lo largo del tiempo en las características de la danza, “ha sido un poco difícil, porque entre la gente de danza tampoco hay un diálogo para poder resolver nuestras problemáticas y necesidades y proyectarlos con la institución, veo con la gente de teatro que han logrado hacer una comunidad y extenuar sus problemas a la institución. Creo yo, que a raíz de eso se han generado convocatorias, pero para la danza no, pareciera que está olvidado. Existía el programa de Escénica Q, esa era una de las cosas que nos ofrecía esta opción de entrenamiento gratuito”, manifestó.

No hay una claridad respecto al rol que jugamos como artistas independientes y el que juegan las instituciones para apoyar el trabajo

Daniel Gorozpé / Colectivo TrafficOnStage

Escénica Q fue el proyecto que surgió como iniciativa de Alejandro Chávez y Bárbara Alvarado en el 2014 como un programa de entrenamiento físico a los profesionales de las artes escénicas, además de brindar espacios para sus ensayos y funciones de espectáculos experimentales.

Desde el 2017 se desconocía si para el año en curso tendría continuidad derivado de los recortes presupuestales. Este se convertía en una formación, talleres y promoción de espacio y contenidos que iban más allá del escenario y la escuela.

Estos esfuerzos se han perdido por la falta de cohesión entre los involucrados. Los entrevistados coinciden en señalar que hay bases solidas para la danza contemporánea en Querétaro, las cuales datan desde hace casi 30 años, con la llegada del Ballet Nacional y el establecimiento del Cenadac; sin embargo, poco se ha construido sobre esas bases, pues más allá del desarrollo de académico, la escena ha perdido en la ciudad.