Como una apuesta por la profesionalización artística de las personas con discapacidad intelectual, Buró Cultural ha lanzado este año la convocatoria para la primera edición de su curso de danza contemporánea.
Desde su creación en 2012, esta organización ha buscado generar espacios inclusivos en Querétaro, que reivindiquen los derechos culturales de este sector en el país. Siguiendo esta misión, es que ha creado una plataforma de formación dancística profesional, para que las personas con síndrome de down, o con alguna otra discapacidad intelectual, puedan convertirse en verdaderos bailarines profesionales.
Aunque ya existen talleres con estas características en México, el director de la organización, Miguel Ángel Herrera Oceguera, aseveró en entrevista con DIARIO DE QUERÉTARO que la mayoría se enfocan en la parte terapéutica y no en la formación artística de sus estudiantes.
“Este curso no es una clase de terapia ocupacional. No es una clase de arteterapia. No es una clase de baile (…) Claro que sí cuenta con beneficios terapéuticos como para cualquiera lo tiene el arte, pero lo que nosotros queremos es –a mediano y largo plazo– formar bailarines profesionales (…) Surge desde un activismo para favorecer la participación de las personas con discapacidad en la cultura (…) para que en un futuro puedan hacer talleres, ser coreógrafos, maestros e intérpretes”, aclaró Herrera Oceguera.
El curso se llevará a cabo de manera virtual del 21 de enero al 24 de junio, debido a la contingencia sanitaria de Covid-19. Al frente de las transmisiones estará el docente y bailarín profesional Hugo Botello, quien a lo largo de 23 sesiones compartirá con los estudiantes algunos aspectos de la técnica Graham y de la investigación corporal para la parte interpretativa.
“Nos basamos en la técnica Graham, a la cual se le han sumado otros elementos del yoga, de la técnica release, técnica contact, así como del teatro corporal, pero en sí, lo principal se extraerá de la técnica Graham”, detalló sobre el programa.
Además, agregó el director, la iniciativa cuenta con la asesoría y aval de Anjali Dance Company; una compañía hermana del Reino Unido, integrada por bailarines profesionales con discapacidad intelectual, que desde 1995 se ha abierto paso en la escena internacional, logrando que su trabajo cambie las percepciones del potencial creativo y artístico que tiene este sector de la población.
Reivindicación de los cuerpos
Pese a que la danza contemporánea surgió como una reacción a las formas clásicas de hacer danza, y como una necesidad de ampliar las formas de expresión corporal, esta disciplina mantuvo una estructura rígida en cuanto a cómo tenían que ser los bailarines y sus cuerpos, dejando fuera de las academias a quienes no cumplían con estos cánones, lamentó Herrera Oceguera.
Por ello, manifestó, desde Dadance la organización también busca reivindicar otras corporalidades y formas de habitar el espacio.
En alusión a esta idea, el director detalló que decidieron nombrar “Dadance” a esta iniciativa de Buró Cultural, que además de mostrar el vínculo que tienen con la compañía Anjali Dance Company recuerda “al movimiento vanguardista y artístico del ‘Dada’ (dadaísmo), que entre otras ideas, proponía desbordar los límites de la misma disciplina artística. Y es que en la danza, si no tenías un cuerpo con tales medidas no podías ser bailarín, si tenías síndrome de down tampoco”.
Asimismo, mencionó, “retomamos también la manera en que algunos jóvenes con síndrome de down, con discapacidad intelectual, balbucean o repiten dada para decir danza”.
A diferencia de las iniciativas El hilo Negro y el Festival Oxímoron, programas permanentes de trabajo de Buró Cultural, Dadanza busca promover la participación de las personas con (dis)capacidad en la danza a través de clases, cursos intensivos para maestros y talleres para grupos mixtos de personas con y sin discapacidad.