A pocos días de celebrar un siglo de existencia, los integrantes de la Danza Guerreros Azteca se preparan para rendir tributo a su santo patrono San Pedro Apóstol y a sus ancestros, a quienes invocarán al ritmo del huéhuetl, el teponaxtla y el baile ritual.
Desde abril, los danzantes fueron convocados cada semana por Saturnino González, el capitán mayor de esta mesa, para ensayar diversas coreografías, con las que han transmitido de generación en generación la historia de la Gran Tenochtitlán.
González, quien desde hace 30 años asumió la responsabilidad de documentar la historia de esta mesa surgida en La Cañada, afirma con elocuencia que cada vez más niñas, niños y jóvenes se muestran interesados en esta tradición, a la que poco a poco se han ido sumando también. Calcula que cerca de 300 personas la integran actualmente, incluyendo mujeres; un sector que si bien empezó a figurar en esta danza hasta los ochentas, hoy ya es mayoría.
Y aunque Saturnino es quien lleva el mando de la organización y los rituales, los integrantes más experimentados también asumen la responsabilidad de mantener viva esta tradición, compartiendo con los más pequeños el arte de preservar la memoria a través de la danza.
“Comisionamos a los que ya la dominan, para que acompañen a los que no; aunque es mejor que lo aprendan por sí solos: viendo y danzando en los ensayos, y en el mero día de la fiesta”, afirmó.
Los danzantes de La Cañada
Saturnino es músico, danzante y quinto heredero de una tradición que inició en 1919 con su abuelo Rosalío González, quien junto con Baldomero Camacho, Baldomero Ramírez, Nicanor Servín, Santiago Martínez y Prócuro Flores, entre otros, conformaron la primera etapa de esta danza.
En entrevista con DIARIO DE QUERÉTARO, platica que estos primeros danzantes comenzaron a reunirse en el barrio de El Pinito, en donde aún cuando los agarraba la noche, continuaban con los ensayos sus primeros pasos y tonadas, bajo la luz de las antorchas.
“Al principio la danza llevaba por nombre “Danza Azteca `El pinito´, porque surgió en ese barrio de La Cañada (…) Hoy somos `Guerreros Azteca´ porque ha sido muy complicado preservar esta tradición. Como guerreros, nosotros luchamos contra las modernidades”, afirmó, recordando que sus antecesores crearon esta danza para representar el enfrentamiento de las culturas prehispánicas y los españoles, pues “en ese tiempo no había tanta información como ahora, lo que tenía la gente era la transmisión oral, la palabra; por eso decidieron relatar esa historia a través de la danza”.
Hoy, la mesa no solo busca revivir aquellos momentos de la historia, también, tiene el objetivo de recordar las primeras hazañas dancísticas de esta mesa, a través de una investigación que Saturnino inició hace 30 años y que piensa publicar para contribuir con la historia de su comunidad.
De acuerdo con el capitán, será la primera publicación que visibilizará la trayectoria de los danzantes, y contará algunas anécdotas, como aquella vez que el padre de la parroquia de San Pedro cerró las puertas durante la fiesta patronal, cuando vio a las primeras mujeres danzar, o los largos viajes que hacían los Guerreros Aztecas a otras comunidades y municipios de Querétaro para ofrendar su danza, cargando con la masa, el molcajete y hasta el metate para aliviar el hambre durante esta travesía.
A lo largo de estos cien años de vida, la mesa ha logrado consolidar relaciones con grupos tradicionales de todo el país, muchos de los cuales acompañarán con sus danzas a los Guerreros Azteca este 14, 15 y 16 de junio, durante la celebración.