De cuerpo presente: los funerales de la cultura

Maleficio cultural

Lechedevirgen / Colaborador Diario de Querétaro

  · sábado 3 de agosto de 2024

La corona fúnebre forma parte del performance Funeral HDA (Funeral para la Historia del Arte), que denuncia los valores de occidente en el arte. Foto: Cortesía / Aria Cano


El 28 de mayo de 2022, participé en una activación del proyecto Servicio Nocturno del artista Gaspard Le Guen. La activación consistió en un performance colaborativo con el músico experimental Jerry Zzz en las instalaciones de la bodega abandonada de la funeraria Funerales Ortega, en el barrio del Tepetate. Gaspard realizó múltiples activaciones de la bodega durante ese año, un espacio fuera del circuito de la cultura oficial, que además reflexionaba sobre el tema de la muerte y lo funerario desde otros ángulos.

La invitación de Gaspard me llevó a conceptualizar y aterrizar un performance titulado Funeral HDA (Funeral para la Historia del Arte), el cual tuvo como punto de partida la escritura de un texto con el mismo nombre y cuya ejecución consistió entre otras cosas en su lectura en vivo y la quema de un libro de Historia del Arte del Renacimiento, con el que posteriormente se asaron bombones que fueron repartidos a lxs asistentes. El texto, que puede ser consultado en mi sitio web, es un reclamo a la narrativa de la cultura oficial sostenida por la Historia del Arte Universal, que no es otra cosa más que la propaganda de los valores de occidente. El texto denuncia su eurocentrismo y la constante omisión, infravaloración, exclusión, exotización y extractivismo del trabajo creativo de grupos subalternizados y comunidades racializadas y CIS-heterodisidentes, así como la mirada patriarcal sobre la obra de mujeres que han sido históricamente entendidas como musas en lugar de artistas y la complicidad de las instituciones culturales con dicha colonialidad del arte, entre otras verdades incómodas.

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Estamos aquí reunidxs para asistir al funeral de La Historia del Arte, la Historia del Arte Blanca Eurocéntrica Heteropatriarcal y Colonial La declaramos muerta y celebramos su fallecimiento. La declaramos muerta y celebramos el fin de su racismo, misoginia, clasismo y elitismo.

Así comienza el texto, y de esta acción surgió una corona fúnebre intervenida con una frase escrita en colaboración de la escritora negra antirracista y travesti cimarrona Mikaelah Drullard: MUERTE AL CIS-HETEROPATRIARCADO BLANCO Y COLONIAL + QUE NUNCA DESCANSE EN PAZ. Nuestro performance se presentó con apenas 30 personas en el público, entre escombros, polvo, pedazos de madera y ataúdes en desuso.

Este fue el primer funeral de la cultura oficial.

Un año después, el 26 de mayo de 2023, llevamos a cabo una nueva adaptación de este performance, ahora como una intervención al Museo de Arte Contemporáneo (renombrado hoy como Museo de Arte Bastardo, pero esa es otra historia) a manera de protesta en relación con los hechos de discriminación por transfobia y clasismo cometidos contra nuestra hermana travesti Fauste.

Mares, Federicx Tello. Foto: Carlos Castilian / Cortesía Lechedevirgen

En esta ocasión el performance fue realizado en colaboración de Fauste y de nuestras hermanas Venus Sublimis, Madame Guzter, Libra Vampira y Antonina Valdez, en el marco de Gala de Arte celebrada por el 70 aniversario de la Facultad de Artes de la UAQ. Sin conocimiento ni consentimiento de la dirección del museo, un grupo de travestis plañideras irrumpieron en el acto inaugural vistiendo implacable luto y tacones de aguja, cargando de nueva cuenta una corona fúnebre, tomando el escenario para volver a declarar el fallecimiento de la Historia Universal del Arte. Al entrar, mientras repartíamos pañuelos a los asistentes "por si las lágrimas", notamos que un gran número de asistentes eran llevados al interior del museo, para desplazarlos del patio donde se estaba llevando acabo el performance. La dirección del museo había dado la orden de abrir las salas antes de tiempo posiblemente con la intención de evitar que presenciaran nuestra acción, razón por la cual decidimos intervenir las salas del museo con nuestra presencia y con el despliegue de una manta que mostraba la frase “LXS MUSEOS SON DE TODXS”. Hoy esta consigna ha estado presente en gran parte de las movilizaciones y protestas en torno al arte y la cultura, no sólo en Querétaro, sino en otros estados del país, como fue el caso de las protestas realizadas en el Ceart de Mexicali, Baja California ese mismo año.

Fauste y yo hicimos lectura a dos voces de una nueva versión del texto Funeral HDA en el que se mencionamos que se trataba de un ejercicio de imaginación radical que celebra la dignificación de nuestras existencias y el reconocimiento de los derechos humanos. Celebramos la urgencia de construir otra historia del arte en conjunto y de forma horizontal.

Este fue el segundo funeral de la cultura oficial.

Un año después, el 19 de junio de 2024, se llevó a cabo una tercera protesta, la que ha tenido mayor visibilidad en medios de comunicación y que ha alcanzado a ser noticia nacional, en la que nos manifestamos en las instalaciones del Centro de las Artes de Querétaro, interviniendo el acto inaugural de la Feria de Libro y Medios Audiovisuales FILMAQ.

Una concentración de alrededor de 300 personas, entre artistas y aliadxs de la comunidad artística, nos hicimos presentes de nueva cuenta, vistiendo de negro, cargando una tercera corona fúnebre, con pancartas y mantas, entre ellas de nuevo la consigna LXS MUSEOS SON DE TODXS. Esta protesta fue derivada de las performances mencionadas anteriormente, esta vez organizada de manera orgánica y de forma colectiva, con una convocatoria abierta a través de redes sociales. Este performance fue nombrado por los medios como Funeral de la Cultura y estuvo acompañado también por la publicación de una esquela en el periódico que lamentaba: “La muerte de la cultura a manos de la Secretaria de Cultura Marcela Herbert Pesquera”. Desde ese momento se ha exigido la destitución de la secretaria a falta de la disposición real de una escucha y de cambios sustanciales a las demandas de la comunidad artística. Ese día, ante la protesta, la secretaria de cultura abandonó las instalaciones de su propia Secretaría. Se dice que días después incluso llevó a cabo una misa católica / exorcismo para bendecir las instalaciones que habíamos “profanado”.

La acción se realizó como respuesta a las múltiples situaciones de malas prácticas desarrolladas por la actual administración, en las que se han presentado actos de discriminación a personas de las disidencias sexuales y de género (siendo los casos de Fauste, Papús von Saenger y Sheila Caballero los más conocidos, pero ni por lejos los únicos, pues jamás han sido casos aislados sino problemáticas sistemáticas y estructurales) además de otras cuestiones que han minado el campo cultural e impactado a la comunidad artística en general, generando precariedad y huelgas en el Centro Nacional de la Danza Contemporánea Cenadac, la Orquesta Filarmónica de Querétaro, en las artes escénicas, etc.

De hecho, ese mismo día la Defensoría de los Derechos Humanos de Querétaro (DDHQ) emitió la Recomendación (260) 1/2024 a la Secult por violación de derechos humanos y no discriminación en relación al caso denunciado por Fauste, la sanción más grave que puede recibir una institución o funcionario público y cuya respuesta aún no ha sido dada a conocer y la secretaría continua, al menos hasta el momento de la escritura de este texto, obligada a responder a dicha recomendación con acciones afirmativas, mismas acciones que ya habían sido propuestas un año antes por la colectiva Horizontes Posibles a través de meses de trabajo (trabajo que le correspondería hacer a las instituciones y no a los ciudadanos), cuyo diagnóstico realizado por profesionales fue también desechado por la Secult en aquel momento.

Este performance es un hecho histórico. Nunca antes se había realizado una protesta artística con semejante impacto y articulación en oposición de una institución de arte y cultura de esta manera, al menos no en el estado.

Este fue el tercer funeral de la cultura oficial.

Días después se llevó acabo otra intervención en las calles del centro histórico, a manera de marcha fúnebre cargamos un ataúd desde el jardín Guerrero hasta el Palacio de Gobierno, donde hicimos un cortejo funerario y finalizamos la acción colocando un moño negro en la puerta. Las demandas eran y siguen siendo las mismas: la destitución de la secretaria y la injerencia en quien ocupará ese cargo, que siempre ha sido designado de forma vertical, unilateral y sin transparencia.

Al terminar el performance nos percatamos de que la Secretaría de Cultura había dado la orden de cerrar todas las puertas de todos los recintos artísticos y culturales, todos, todos los recintos cerrados en pleno horario laboral un jueves por la mañana. El mensaje es muy claro: La Secretaría de Cultura cierra sus puertas a la propia comunidad artística. Ojalá fuera una metáfora, pero literalmente las puertas fueron cerradas. Nos trataron, una vez más, como si fuéramos criminales, como si fuéramos a vandalizar los recintos culturales con nuestra sola presencia. ¿Se han sentido observados dentro de los museos?, en mi caso, toda mi vida he sido vigiladx por guardias de seguridad al entrar a espacios de arte y cultura, soy objeto de criminalización solamente por mi tono de piel, por la manera de vestirme, por mi forma de moverme, de hablar y de pensar, por existir. Así fue, una vez más.

Nuestras acciones siempre han sido pacíficas y han estado dentro de nuestro legítimo derecho a la protesta, y más importante aún: han sido performances, actos artísticos, que, a diferencia de otro tipo de protestas sociales, han destacado principalmente por su capacidad de mutar, transformar la realidad y convertirse en venganzas simbólicas y actos de desobediencia.

Este es el último funeral de la cultura oficial hasta el momento.

Escribo este texto desde mi perspectiva, desde dentro del movimiento (Artistas Queretanos Unidxs) para dar cuenta y resaltar el papel que ha tenido el performance como una herramienta de transformación social, cultural y política, así como la importancia que ha tenido la presencia y el compromiso de mis hermanos, hermanas y hermanes trans, lenchas, marikas, no binaries y travestis desobedientes, como agentes de cambio imprescindibles.

Nací y creí en esta ciudad y me he dedicado al arte de performance desde el 2009. Haber tomado esa decisión, al renunciar a los soportes tradicionales del arte en un lugar ultraconversador como Querétaro, significó ir contracorriente desde muy temprana edad, desafiando estructuras de poder a través de mi trabajo y mi cuerpo. No me dedico a cualquier tipo de arte de performance, el que he decidido realizar desde los 17 años siempre ha sido contestatario y transgresor, realizado desde la disidencia sexual, desde una postura antipatriarcal, anticolonial, antirracista, que con el paso del tiempo se ha ido sofisticando, evolucionando y fortaleciendo, afilando diría yo. Sí bien considero que la efectividad de mi trabajo es mucho más certera hoy que hace 15 años, siempre ha causado escozor a propios y extraños, dentro y fuera de la comunidad artística. Jamás me ha interesado agradarle a nadie y mi venganza siempre ha sido no sólo existir y ser feliz, sino también haberme atrevido a ser artista y con ello contaminar esa categoría (la del Arte con mayúscula) con sus peores pesadillas.

Hace 15 años el performance era visto como algo de segunda categoría, algo que “cualquier persona puede hacer” (como si el arte debiera ser una actividad únicamente producida por una élite burguesa, académica o gremial), el performance era acusado de la “vulgarización” de la Alta Cultura, de ser un “arte VIP”, menospreciado constantemente por la mayoría del público y también por la propia comunidad artística. Incontables ocasiones he recibido odio, burlas, insultos, faltas de respeto a mi persona y mi trabajo. Nunca me he visto como víctima, creo que las víctimas son aquellos que han sido colonizados por el CIS-heteropatriarcado y que han tenido que suprimir en sí mismos/mismas su verdadero ser para encajar en los convencionalismos sociales. Simplemente no comprenden la importancia de mi trabajo ni la de mis colegas. Hemos sido pionerxs, hemos sido visionarixs.

Artistas como Fauste Gracia y yo, hemos estado aquí defendiendo este tipo de arte porque siempre hemos creído en sus posibilidades como catalizadores de la revolución social y la liberación de las opresiones que este sistema-mundo impone sobre nuestros cuerpos y vidas. Hoy no se podría pensar el panorama artístico actual en la ciudad de Querétaro sin la incidencia del performance, sin el trabajo colaborativo de quienes hemos nutrido este campo artístico y sin la iniciativa de nuestras comunidades de disidencia sexual y de género quienes hemos estado en pie de lucha a nivel histórico por necesidad y no por gusto, porque las urgencias que nos atraviesan no pueden esperar. Hemos estado de cuerpo presente, pero no como el cadáver de la cultura occidental y dominante que cada día se pudre un poco más, sino con el cuerpo presente, poniendo el cuerpo en las primeras filas de las protestas.

Sin el papel del performance, que ha funcionado como una fuerza brutal e imparable para potencializar las demandas y las protestas, no se podría pensar en movimientos sociales en las Américas como el movimiento estudiantil del 68, Yo soy 132, los 43 de Ayotzinapa, las madres buscadoras de la Plaza de Mayo en Argentina o Un violador en tu camino de Las Tesis en Chile, entre muchos otros.

En 1978, Mónica Mayer presentó por primera vez su pieza El Tendedero, un proyecto de arte útil que a través de su activación permitía que las mujeres expresaran sus propias experiencias en las papeletas rosas de una instalación que emula un tendedero. A partir de ese momento y con el paso del tiempo, esta pieza de arte se ha convertido en uno de los métodos más utilizados por los movimientos feministas alrededor del mundo, utilizado para la denuncia y la exigencia de justicia, reparación del daño y no repetición de casos de violencia de género. Quizá no muchas personas sepan esta historia de origen, pero muy seguramente saben cómo funcionan los tendederos en las protestas sociales.

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Nuestras acciones, los funerales de la cultura oficial, han tenido un impacto que no muchas personas alcanzan realmente a dimensionar. La manifestación autónoma de la comunidad artística cristalizada en estos performances ha generado más cambios de los aparentes y nos han otorgado varias victorias simbólicas que quizá han pasado desapercibidas. Cambios que con el paso del tiempo serán todavía más tangibles. No hay vuelta atrás.

Como artistas, nos han subestimado toda la vida, más a quienes nos dedicamos a formas artísticas que nunca han sido reconocidas por la cultura oficial, pero ese es el poder que tenemos, el poder de transformar la realidad, siempre en la búsqueda de justicia y liberación para la construcción de mundos más vivibles para todxs.

Por el momento, continuamos de luto y seguiremos vistiendo de negro, porque de hecho nos sienta muy bien.

*La corona fúnebre original, así como los restos incinerados del libro de Historia del Arte del Renacimiento y el registro fotográfico del segundo funeral pueden ser vistos como parte del archivo exhibido actualmente en Actos de Desobediencia, mi exposición individual en Galería Libertad, abierta hasta el 11 de agosto.


***Maleficio Cultural
Columna de crítica cultural antipatriarcal, anticolonial y antirracista: arte, género, disidencia sexual, salaciones, amarres, hechizos, talismanes, entierros, lecturas de mano y embrujos filosóficos.