La ardua travesía de generar conciencia

Víctor Vázquez

  · miércoles 18 de abril de 2018

Foto: Especial

Los murales del Centro Educativo y Cultural del Estado de Querétaro (CECEQ) Manuel Gómez Morín buscan conmover a sus visitantes y espectadores.

Estas obras son resultado de alrededor de mil 400 litros de pintura acrílica y un incontable número de horas de trabajo, en las que se transformaron 3 mil metros cuadrados de muro gris, en un grito de conciencia multicolor.

El objetivo central del proyecto es evidenciar el tema de la escases de agua, un asunto, que, a decir del director de Incusa y Nueve Arte Urbano, Edgar Sánchez, quien promueve la iniciativa, se ha pretendido evitar y confrontar.

Fueron nueve artistas mexicanos y cinco provenientes del extranjero, quienes tuvieron la encomienda de dar un nuevo aspecto al concreto, para ello, tuvieron que pasar ocho semanas de trabajo, en el que estuvieron involucrados, además, una veintena de voluntarios, quienes, al igual que los artistas participantes, donaron su tiempo y trabajo.

“El arte para nosotros es la forma de transformar la realidad. Cuando hablamos con metáforas, los seres humanos somos conmovidos, no convencidos, y a través de esa conmoción viene un convencimiento. Estamos apostando a las metáforas de los artistas para hacer una transformación de la conducta social”, refirió enfático el empresario.

“No queremos pintar algo bonito, sino que tenga sentido y que nos conecte con las situaciones más importantes de la realidad del mundo. Nuestro vinculo más directo con la naturaleza, es el agua”, agregó.

Las intervenciones artísticas en el Gómez Morín responden a la iniciativa del propio Sánchez, quien en conjunto con sus aliados PangeaSeed Foundation y Sea Walls conjuntaron a los artistas urbanos para emprender el Festival El Agua es Una.

Los dos millones de pesos que el proyecto requería fueron sufragados por Incusa y otras empresas como Osel y Mapei.

De frente con la realidad

Para plasmar el mensaje, los artistas acudieron a la presa Infiernillos, de la que el Acueducto II extrae el agua que llega a la zona metropolitana de Querétaro.

La Comisión Estatal de Aguas fue la anfitriona de esta expedición, cuenta el propio Sánchez, y en este trabajo de campo descubrieron que el liquido vital se extrae de una profundidad de un kilómetro, para luego pasar por un solo tubo; 20 horas después, llega a la capital.

“De ahí nos sensibilizamos de lo que cuesta traer el agua hasta acá y la fragilidad del sistema. Además, con este nivel de crecimiento que tiene la ciudad, es muy complicado traer el agua (…) Cuando se inaugura el Acueducto II, las reservas estaban calculadas para durar siete días, actualmente son dos, y la ciudad sigue creciendo”, apunta Edgar.

Teniendo esto en cuenta, los artistas Aaron Glasson, Curiot Tlapalzolt , Demencia Beivide, Goal, Jason Botkin, Mantra, Nosego, Paola Delfín, Pogo, Renata Martínez, Ryper, Smithe, Sank y Sermob hicieron suyas las ocho fachadas del Gómez Morín y el Museo de Ciencia y Tecnología “Péndulo de Foucalt” parte del complejo del CECEQ, para intervenir 13 espacios en total.

La mayoría de las intervenciones culminaron ayer, y la ultima, la más compleja, que abarca el domo del referido museo, tendrá sus pinceladas finales mañana.

El viernes, mientras tanto, los concheros bendijeron los murales, aun falta la inauguración oficial, pero por lo pronto, “la obra ya esta entregada al pueblo”, remata Sánchez.

Sin embargo, el proyecto no termina aquí, los barrios tradicionales de Querétaro, 10 planteles del Colegio de Bachilleres, algunos campus de la Universidad Autónoma de Querétaro y el Tecnológico de Monterrey, que ya recibió a algunos artistas, se unirán al festival en las próximas semanas.

De la intervención en el Gómez Morín, Barroco presenta la primera entrega del trabajo periodístico que realizó en el CECEQ, donde fue testigo de la ardua travesía por la que tuvieron que pasar los artistas, voluntarios y productores, para hacer que los muros expresarán, lo que los humanos han pretendido callar.

DATOS

  • 1,400 litros de pintura acrílica.
  • 3 mil metros cuadrados de muro intervenidos.
  • 6 grúas, una de ellas, con un alcance de 42 metros, la de mayor altura en Querétaro.
  • 33 personas involucradas de manera directa, entre artistas, voluntarios y productores.
  • 8 semanas de trabajo, incluida la planeación, investigación, creación de bocetos e intervención de muros.