Hace cinco años el artista triqui, Joel Merino, inauguró en el Museo Indígena de Querétaro “tu’cuaj”, una colección que en triqui significa “casa u hogar”, en la que incluyó 12 retratos de su familia, acompañados con información en su lengua.
Ayer, en el Día Internacional de la Lengua Materna, la exposición fue retirada de su sitio, sin embargo, dos de las piezas muestran daños por la humedad que se generó por la falta de mantenimiento del espacio, al respecto el autor fue notificado a través de su familia, y se le informó que la delegación en Querétaro del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) no se haría cargo de la reparación, pese a que anteriormente Merino ya había solicitado a esta instancia la íntegra entrega de su obra.
Desde Oaxaca, Merino detalla a DIARIO DE QUERÉTARO que a raíz de la sustitución en 2018 de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) por el INPI, hizo el equerimiento de su obra, pero a falta de un documento que comprobara su propiedad ante la nueva institución –el cual asegura nunca le fue entregado–, así como la inexistencia de un representante que avalara su entrega, nunca procedió su requerimiento.
“Hoy le hablaron a mi mamá para decirle que recogiera mis cuadros (...) Ya había visto que estaban en malas condiciones, de hecho la exposición también contaba con telares y esos también se echaron a perder, nosotros tuvimos que repararlos”, detalla.
La última vez que la muestra estuvo abierta los retratos, elaborados a lápiz sobre madera, eran exhibidos sin las fichas.
“Todo el museo está descuidado en realidad, para mí es una forma visible de cómo tienen a los pueblos originarios: hechos a un lado (...) Yo sólo quiero que se reparen las piezas, que me las entreguen tal y como yo las entregué, y que me den una disculpa también, porque yo presté la obra pensando que, al ser una institución que según lucha por los pueblos originarios, tendría ese respeto al trabajo que uno viene realizando como nativo de un pueblo originario (...) Su preservación es importante porque es parte de la realidad histórica de mi pueblo (...)Una de las piezas dañadas es la de mi abuela Margarita Ramírez, fundadora de la Asociación de Artesanos Indígenas Triquis Tinujei", señala.