San Miguel Tlaxcaltepec, Amealco, Qro.- Para los habitantes de San Miguel Tlaxcaltepec, el aquí es la casa en la que nacieron y el ahora el día en el que viven. No hay que ir más lejos para describir su vida cotidiana pues en esta comunidad ubicada a 20 minutos de la cabecera municipal de Amealco, el día a día está regido por procurarse lo básico para la subsistencia. En San Miguel Tlaxcaltepec no hay industria, no hay semáforos, no hay supermercado; sí hay árboles frondosos, una presa inmutable y la milpa, esa milpa de donde se obtiene el maíz que le da el significado etimológico al lugar: lugar de tortillas, porque el maíz es moneda de cambio en este lugar donde el inglés empieza a reemplazar la lengua originaria, el hñahñu.
El próximo 11 de marzo será sede de la quinta Feria del Maíz que será dedicada precisamente a la riqueza cultural de San Miguel Tlaxcaltepec, con el objetivo de reunir a niños y adultos en torno a los saberes campesinos del maíz.
La Feria del Maíz es organizada por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) Campus Amealco, el Instituto Intercultural Ñöñhö de San Ildefonso Tultepec, el Diplomado de Agroecología para la Sustentabilidad de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ y El Colectivo Nuevos Mundos; ha tenido cuatro sedes desde su primera edición, todas en el municipio de Amealco, bastión hñahñu en el estado de Querétaro y cuyo objetivo es concientizar a la población campesina del valor del maíz criollo, particularmente frente al uso del maíz mejorado.
San Miguel Tlaxcaltepec se divide en barrios con nombres como La Ladera, Ojo de agua o La Cruz, que suma unos 1500 habitantes. No hay familia que no tenga o haya tenido a alguno de sus miembros en Estados Unidos y sin embargo, el arraigo a la tierra les hace regresar siempre. De tradición conchera y origen otomí, San Miguel Tlaxcaltepec es el barrio centro de la delegación y sus barrios son su periferia, aunque la distancia sea de apenas unas decenas de metros. El aquí es su casa, todo lo demás es lejos.
EL MAÍZ ES MONEDA DE CAMBIO
“Yo me dedico a la pepena” dice Martiniana Carmen Francisco, quien a sus 76 años no tiene tierra, pero se mete en las plantaciones para recoger lo que la máquina cosechadora deja. “En la milpa queda rete harta mazorca que va dejando la máquina y no nomás soy yo, somos muchos los que vamos a juntar el maicito”.
El maíz se ocupa para hacer el nixtamal que consume la familia. Y si se recolectó mucho, se vende para comprar jabón o cal, todo lo básico.
Porque en San Miguel Tlaxcaltepec la gente sabe del valor del maíz. El maíz se acepta como moneda porque es la base de la vida de los habitantes de esta comunidad, una de las 34 de origen otomí del municipio. “Si me pagan con maíz sí se los recibo” dice Gregorio Zapotitla, quien recorre la delegación vendiendo fruta en su camioneta. “Aquí por comida no se sufre, pero sí se necesita del dinero mejorar las casa”. El dinero llega de Estados Unidos. Él no habla otro idioma que no sea el español. “Yo no sé distinguir entre el hñahñu o el náhuatl porque no lo aprendí” reconoce. Para Gregorio, la gente de San Miguel Tlaxcaltepec sabe vivir sus tradiciones con mucho respeto. Entre las danzas concheras y el tejido de palma, los habitantes hacen su fiesta en grande. Su suegra hace pan con harina de maíz que él vende los fines de semana en su camioneta. Ahora para la Feria del Maíz, llevará pan. “Si me pagan con maíz, yo lo revendo pero lo tengo que vender aquí mismo porque en la ciudad no me lo compran” añade.
Hay pobreza. No hay trabajo. Aunque hay Colegio de Bachilleres, el nivel de escolaridad promedio es hasta sexto de primaria. La juventud todavía es sana, afirma el delegado Jorge Narciso Reséndiz. El alcohol es lo que más daña la salud de los jóvenes; los adultos se mueren de diabetes o de cáncer. La única industria es una costalera, aunque los jóvenes pueden ir a trabajar a las industrias de Pedro Escobedo, Colón o El Marqués; también hay invernaderos e incluso algunas fábricas tienen transporte que recoge a los trabajadores hasta la comunidad.
“Yo veo bien que llegue industria a esta parte” dice José Luis Flores Bernabé “porque los jóvenes que se van a trabajar se alejan de los vicios, se distraen, no caen en el alcohol”. José Luis Flores estuvo muchos años en Estados Unidos y desde hace seis años tiene una tortillería. Él no tiene milpa pero su esposa sí. Y la tortillería mantiene y le da trabajo a la familia.
En Estados Unidos José Luis trabajó en todo tipo de oficios: vendió helados, fue jardinero, fue velador. “Por orgullo uno no regresa porque todos se van y llegan con algo, por eso no todos regresan ¿cómo va a llegar con las manos vacías?” dice al narrar todos los reveses que vivió estando fuera de casa.
Su tortillería está frente al quiosco y las tortillerías las echa en comal. “No todos los días es lo mismo pero siempre se vende, la tortilla siempre se va a vender”.
NO AL MAÍZ MEJORADO
Reina Rodríguez ha vivido en San Miguel Tlaxcaltepec 20 años, aunque es del Estado de México. Ella conoció la comunidad a través de los ojos de su bisabuela, que vivió 115 años y le contaba cómo era el lugar, con sus montañas y el río. “A ella le tocó ver a los soldados franceses” afirma. Reina vende queso y ha conocido los altibajos de la economía de la comunidad “Ojalá se concientizara del daño que hace el maíz mejorado” sostiene “ni mis gallinas se lo quieren comer”.
Martiniana opina lo mismo. Igual que Paula Martínez y muchas mujeres hñahñu que tienen su milpa y gracias al maíz viven al día.
En la Feria del Maíz, se pretende abrir el diálogo con el fin de valorar la importancia de las diferentes clases de maíz criollo por encima del transgénico; además, se espera que entre productores haya venta y trueque de semillas. Por eso se convoca a la población a la venta de cualquier derivado del maíz criollo y de la milpa como tamales, pinoles, atoles, gorditas, pan, tortillas hechas a mano, pulque, etc.
De acuerdo con los organizadores de la Feria, encabezados por el académico de la UAQ Narciso Barrera, actualmente las semillas nativas están amenazadas por la introducción de transgénicas y mejoradas que manejan las empresas agroindustriales; éstas han desplazado al cultivo y la diversidad del maíz que hay en el país. Otro de los objetivos de la feria es informar y concientizar a los campesinos.
Para reforzar las actividades que cada año se realizan con adultos en torno al uso del maíz criollo, este año la Feria contará con actividades lúdicas para niños que con el apoyo de las personas mayores se podrán intercambiar esos saberes. Las actividades, que incluyen también música y un concurso de fotografía, culminarán con la creación de un mural colectivo.
El espacio infantil se llama “Los Xilotitos” (maíz tierno) en el cual los niños disfrutarán de las leyendas y mitos de la comunidad, jugarán con la lotería del maíz, cantarán canciones con temas de la milpa y aprenderán sobre las partes de maíz, el ciclo agrícola, las fiestas y la comida a base del maíz.
Narciso Barrera-Bassols y Víctor M. Toledo afirman que la contaminación genética descubierta en comunidades indígenas y campesinas de México durante las dos décadas recientes, así como el potencial arribo e introducción de maíz genéticamente modificado, han generado una inusitada proliferación de resistencias por todo el país, las cuales han sido notablemente influenciadas por el pensamiento agroecológico.
“Estas resistencias han quedado expresadas tanto por proyectos agroecológicos emblemáticos, como por el renacimiento de las llamadas ferias del maíz y la multiplicación de los tianguis o mercados orgánicos alternativos” abundan los investigadores. Las ferias o fiestas del maíz reviven el acto ritual que reorganiza el sentido comunitario, fortaleciendo los lazos rotos de la comunidad y el sentido de habitar con un sentido de dignidad.
Según los especialistas, el número de ferias del maíz ha crecido sustancialmente en los territorios en resistencia durante los años recientes. “Las ferias del maíz constituyen un enlace muy importante entre productores ecológicos y agroecológicos y sectores de la sociedad preocupados por su alimentación sana, por el mercado justo y por establecer lazos solidarios con otros sectores de la población”.
Estos mercados o tianguis alternativos son la vía para tejer redes solidarias entre diversos actores sociales con afinidades culturales, ideológicas y políticas, con los sistemas milperos agroecológicos y con las ferias del maíz y de la milpa.
La V Feria del Maíz se celebrará en San Miguel Tlaxcaltepec, Amealco, el 11 de marzo a partir de las 9 de la mañana.