El club de Jazz en Querétaro

Por Ornicoleman

  · lunes 9 de abril de 2018

Oscar Noriega en Querétaro

Los lugares independientes que han promovido, y promueven el jazz en Querétaro, van y vienen; algunos duran muy poco, otros lo combinan con otras actividades, hasta ser casi imperceptible o en el peor de los casos drásticamente desaparecen.

Curiosamente existe un lugar llamado Mosher Café. A casi ocho años de su aparición, con la persistencia de las hormigas, ha demostrado que se puede tener un foro para el género que nos ocupa. Philipp y Silvia Moser han sido los responsables de mantenerlo cada miércoles con exponentes, no sólo locales y nacionales, sino personalidades del extranjero, desde Leo Genovese, Todd Clouser, Ingebrigt Håker Flaten (bajista de la banda de free jazz noruega Atomic) y recientemente (miércoles 28 de marzo) a Oscar Noriega 4, incluyendo al propio Clouser, Hernán Hecht y Aarón Cruz.

Oscar Noriega es una de las fuertes personalidades del jazz neoyorkino, quien además pertenece a la agrupación Endangered Blood al lado del conceptualista de la batería Jim Black, el bajista Trevor Dunn y el saxofonista todo terreno Chris Speed, ya con dos grabaciones y una tercera en proceso. Y aún más para comprender la fuerte personalidad musical de Noriega, quien por cierto es descendiente de mexicanos, el mismo se dice mexicano; pertenece a Snakoil, el combo último del saxofonista neoyorkino Tim Berne. La lista es enorme de contribuciones de Noriega al jazz de vanguardia, así se puede nombrar a Satoko Fuji, Gerry Hemingway, Either/Orchestra, Ed Schuller, Judi Silvano, Ingrid Laubrock's Anti-House, entre algunos.

Platicando con mi amigo “Paco” (agradeciendo la invitación de las cervezas artesanales) asiduo visitante a los lugares donde se promociona el jazz, por supuesto a Mosher Café mencionaba que debería existir mayor número de lugares que aporten a la cultura y difusión del jazz, el crecimiento demográfico de Querétaro lo justifica, probablemente sea necesario; sin embargo sigue dándose el problema que no todos los asistentes a los conciertos van con el objeto de apreciar este arte, prefiriendo platicar que realmente atender esta significante propuesta contemporánea.

Desde otra perspectiva, los clubs de jazz son un referente a nivel mundial en la promoción, son lugares aglutinantes de músicos, por supuesto de reales amantes del género, que sirve además para relacionarse, crear vasos comunicantes, críticas y propuestas que alimentan a esta música. Sin duda que su labor es importante, aunque falta hacer más por los agentes de la sociedad que deberían mantener una actividad constante, sólo así se puede generar mayores adeptos. La ahora Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro ha demostrado una amplia miopía al realizar sólo el festival anual de jazz, durante el transcurso del año, ya van dos; no se realiza alguna actividad adicional. A ciencia cierta no se sabe la razón, sin embargo se borra de tajo la labor del sexenio pasado, con ello las conferencias, los miércoles de jazz, la oportunidad de proponer y realizar conciertos con figuras del ámbito internacional con los que se tiene contacto por los críticos y especialistas de la localidad. Ha sido mejor en años pasados los lugares pequeños como lo que quedó de la Encrucijada Jazz presentando al monstruo de la vanguardia Tim Berne o en este presente inmediato Mosher Café a Oscar Noriega. La pregunta se hace necesaria ¿los conciertos del jazz radical estará sujeto a los lugares pequeños? ¿Sólo el jazz tradicional y comercial, de y para las masas, será exhibido en grandes escenarios? Ya se sabe cómo perdió seriedad el Montreux Jazz Festival (Suiza), aún con vida de su fundador Claude Nobbs, presentando agrupaciones de smooth jazz o de rock pop. Si la respuesta es sí, entonces sean bienvenidos los lugares como Mosher Café, a quien en el marco de la euforía y del placer de la música, siendo suizo Philipp Moser lo ha llamado ¡El pequeño Montreux!

Este 2018 abrió con sorpresas para la difusión del jazz, así por ejemplo en este año se detectó una organización incipiente en Querétaro que se hace llamar Jazz en Movimiento, realizado un pequeño festival de cuatro días en Mosher Café, con músicos del ámbito local, nacional e internacional. Esta organización integrada por los primos Paco y Armando Servín, la baterista Paulina Mercado responsable del Encuentro Nacional de Jazz en Guadalajara, ahora estudiando en el Berklee School y la pianista Dulce Resillas.

Lo anterior sirvió para que se diera forma al proyecto de Carrete Producciones dirigido por Gustavo Navejas y el Coraje Creativo para generar una serie de la serie que llevará el mismo nombre de esta columna de videos que incluirán las presentaciones del festival comentado, más lo que se vaya sumando en los diversos escenarios del ámbito nacional, para disfrutar por supuesto la apariciones en Mosher Café. Ya saben la cita son los miércoles para sumarse a la cultura del jazz.


La historia continuará…

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