“El edificio que canta”, así era como la historiadora del arte, Elisa Vargaslugo, llamaba al Museo de Arte de Querétaro (MAQRO), recinto que el próximo 20 de septiembre, a las 20:00 horas, celebrará su aniversario número 31, con la inauguración de dos macro exposiciones: “El tiempo de color”, del artista jalisciense Chucho Reyes, y “Azar y cosmos”, del pintor y escultor mexicano, Knut Pani.
Será una noche de encuentros, de juegos en el tiempo, de azares, y de pequeñas colisiones subatómicas, dice entre risas el director de este recinto, Roberto González, quien utilizando como metáfora la obra de Pani, recuerda que la parte más azarosa del museo fue “cuando perdió su verdadera vocación humanística y artística, convirtiéndose en cuartel primero, y después en oficinas burocráticas; es hasta 1988 cuando vuelve a recuperar su misión humanista, entonces viene ese reordenamiento del que hablo, y de estos azares, porque para haberse convertido en museo, tuvieron que haber sucedido antes muchas coaliciones azarosas”.
Como todo encuentro casual, “que es una cita” –dice González invocando al escritor argentino, Jorge Luis Borges–, y detalla que el público que asista a la celebración, podrá encontrar en la obra de Pani una reflexión sobre el azar como un nuevo ordenamiento del cosmos, “colisiones de partículas subatómicas que están ocurriendo permanentemente en todo el universo, y aquí mismo, en este instante; colisionar es tener encuentros y desencuentros que pueden provocar nuevas posibilidades, o cuestiones caóticas”.
La develación de esta muestra, será acompañada por un performance dancístico, que tendrá como escenario el patio barroco novohispano del MAQRO, en el que los bailarines interpretarán a través de una pieza coreográfica especial, el concepto central de “Azar y cosmos”.
En cuanto a la colección de Chucho Reyes, González aseguró que con el apoyo de Sura, se exhibirá un conjunto de piezas, que incluirá los famosos cristos, caballos, payasos y calaveras de este artista “que nos muestra lo mexicano a través de su color, y a través de las formas. Es una interpretación de México, pero no del México de los pintores nacionalistas, o del populismo de la pintura nacionalista, sino el México de un pintor refinado, de un pintor que además era anticuario y tuvo una visión extraordinaria”.
Año de festejos
Aunque la oferta artística y cultural se ha acrecentado en la ciudad los últimos años, el director afirma que el MAQRO sigue posicionado como uno de los museos más visitados por los queretanos y turistas, pues tan solo en el 2018, cerca de 75 mil personas registraron su paso por este edificio histórico.
Su importancia estriba no sólo en las más de 600 piezas que se resguardan en sus gruesos muros, o las exposiciones temporales que se alojan en sus 15 salas; también lo hace atractivo sus diferentes programas educativos y artísticos, dice el director, quien además menciona que entre todos los recintos, el MAQRO es el único museo incluyente en Querétaro y la región.
Su oferta cultural va desde cursos de historia de arte y artes plásticas para invidentes, talleres iniciales de arte para niñas y niños, hasta programas como “Diálogos con el museo”, donde de manera periódica, especialistas en distintos temas son invitados para dialogar abiertamente con el público.
Asimismo organizan recorridos guiados por las diferentes exposiciones para escolares –quienes al final son invitados al antiguo huerto del museo para realizar una pieza inspirada en esta experiencia– , y como parte de su compromiso con la educación visual y artística del estado, cada verano llevan al MAQRO hasta las comunidades más lejanas de la Sierra Gorda Queretana, con apoyo de Sura y la Asociación del Voluntariado Docente del museo.
“El museo debe de congregar a la ciudadanía, ser un espacio relacional, porque ya no sólo tiene la función de ser un lugar explicativo, o fungir como ‘el gabinete de las maravillas’, sino ser un museo donde el público pueda aprender y convivir con el otro”, afirma Gonzalez, agregando complacido, que desde que en su administración se logró el acceso gratuito al museo, la gente no sólo lo visita por las exposiciones, sino también por la experiencia estética de recorrer su patio central y sus hermosos pasillos barrocos.
Un recorrido por la iconografía y la memoria del MAQRO
Por razones editoriales y administrativas, González anunció que apenas este año saldrá a la luz el libro conmemorativo por el 30 aniversario, publicación que incluirá una nueva interpretación iconográfica sobre la arquitectura del antiguo claustro.
La investigación fue realizada por el filósofo José María Cabrera, quien a la par del mismo director basó sus indagaciones en los libros agustinos, y durante un año se dedicó a reinterpretar los relieves en piedra que adornan el patio central.
“Elisa Vargaslugo le llamaba ‘El edificio que canta’ porque decía que eran Hermes, y que los Hermes eran los representantes de la palabra, pero después de estos estudios encontramos que en realidad son representaciones de los mediadores entre dios y el hombre, por eso se encuentran en una sección intermedia del edifico, y cuando llueve, ocurre una representación de la función de los sacerdotes: por sus bocas cae agua hacia el patio, por eso era el edifico que canta, porque de pronto se escucha un ruido muy fuerte, mientras el agua resbala por la boca de todos los sacerdotes, como si se tratara de la palabra divina”, detalla el director.
El libro también presentará una selección de la colecciones del museo (incluyendo las piezas en comodato del INAH, el INBA y la Secretaría de Hacienda) y una sección con los testimonio de las ex directoras: Margarita Magdaleno, Araceli Ardón y Marcela Herbert, así como de trabajadores del recinto, curadores y personal de servicios educativos.
La información será simplificada a través de una nueva guía bilingüe, para que “la visita al museo se convierta en una experiencia de descubrimiento, de revelaciones; los griegos dirían de ‘alétheia’, refiriéndose al desvelamiento de lo que está oculto a nuestros ojos en este mundo contemporáneo”.