Por Ricardo Carapia
El 26 de enero inauguró Rubén Maya la exposición monumental“Observantes del pensamiento urbano” en el Acueducto deQuerétaro. Ahí, diez esculturas de cantera de tres metros dealto buscan un diálogo con el espectador: “Son personajeshieráticos, que están mirando al espectador”, dice elartista.
Lo anterior, con la intención de que “la simbología decada personaje cree un vínculo con aquél que camina o va en suautomóvil, generando la pregunta de ¿por qué me miran? yprovoque que regresen en otro momento para dialogar con ellos desdeun punto de vista más cercano”.
Rubén Maya propuso este proyecto hace casi un año al InstitutoQueretano de la Cultura y las Artes (IQCA), ahora Secretaría deCultura del Estado de Querétaro, sobre esculturas en medianoformato realizadas en cantera proveniente de Escolásticas, PedroEscobedo. Desde un principio se pensó en el Acueducto “por laimportancia del lugar y el monumento, qué mejor que una avenidatan importante y transitada como son los arcos”.
Dijo que el proyecto se presentó al IQCA y tuvo “buen eco conlas autoridades que lo autorizaron, con Paulina Aguado”, y que laproducción se hizo en Escolásticas con el artesano HumbertoCabrera, “que afortunadamente ha entendido mi lenguaje gráficopictórico, y lo ha traducido muy bien”.
Contento con el resultado final, asegura que da continuidad a suproducción pictórica y gráfica, pues “los personajes son losmismos y están conectados con la iconografía en bronce que hiceen la UAQ”, refiriéndose a las esculturas que realizó con estematerial. “Esa es la conexión en relación a la cuestión deunidad conceptual y formal de mi trabajo. Por ello los personajessiguen siendo conectores de conocimiento de la esencia urbana, delpensamiento urbano de quien transita esta ciudad y sus calles. Laintención es que dialoguen y se identifiquen con elcaminante”.
Esto, pues “la idea es que sean personajes que observan altranseúnte y él a su vez proyecte el sentido de la otredad, através de los símbolos de conocimiento que están dentro yalrededor de los personajes”, apuntó.
El uso de la cantera implica para Rubén Maya un doble sentidode identidad, ya que “Querétaro se ha convertido en uno de loslugares más importantes de producción de cantera, en artesaníasobre todo; y como soy de Huimilpan y Escolásticas está a unlado, con más razón quise utilizar este material que se prestamuy bien para su manipulación. El material se une a mi historia ya la de Querétaro”.
Y es que a diferencia del bronce, en su opinión la cantera“es más cálida, manipulable”, ya que se siente más ajeno albroce “pues es más técnica desde el punto de vista de procesosde producción. Acá es más manual, más directa, más de meterlela esencia del artista en la propia piedra. Trabajar el bronce esmás frio, independientemente de los moldes después del modelado,desde mi punto de vista es más apetecible labrar la piedra o lacantera, más rico, más inmediato, más intenso”.
Actualmente se encuentra en pláticas con la Secretaría deCultura, propietaria de las esculturas, para definir el lugar dondese ubicarán las piezas de manera permanente una vez que termine laexposición en el Acueducto.
Pasado y futuro
Los orígenes de Rubén Maya están más cercanos al grabado, lapintura y el dibujo, y en los últimos años “por circunstanciascontextuales se me ha dado la producción de la escultura, lenguajeque al inicio desconocía, pero en la práctica y desarrollo de losproyectos he ido aprendiendo mucho en técnicas escultóricas, y heido entendiendo la bidimensionalidad y los enfoques técnicos yformales”, un reto que asegura, le está gustando cada vezmás.
Recordó que en una ocasión Eloy Tarcisio se refirió a élcomo “un nómada de los medios” plásticos contemporáneos,definición que le gustó e hizo propia pues en lo general siempreha preferido no quedarse en la fórmula de producción que puedavolverse “aburrida o hecha” y no lleve a crecimientos másallá del gusto de producir. “Siempre me ha gustado estar enbusca de la evolución, la coherencia discursiva, la unidad formaly conceptual dentro de cada proyecto sea instalación, arte sonoro,escultura más formal, pintura, dibujo o grabado”. Por ello legusta experimentar, “no quedarme quieto, no innovando porquesabemos que a estos niveles y en estos tiempos es muy difícil,pero sí generando una manera muy distinta de ver la vida y lascosas pero desde una perspectiva o un ángulo técnico formaldiferente”.
Eso le ha permitido, asegura, no caer en la fórmula quefunciona comercialmente “ y que nos cuesta mucho a los artistascambiarlo, darle un giro o evolucionar o si no ya o te compran, yes lo que están acostumbrados a ver de ti”.
Su interés por acercarse más al lenguaje o la actividadcontemporánea con un lenguaje más cercano “a lo que se hace anivel nacional o internacional pero desde el ámbito local”, loha orillado a buscar que sus proyectos, en particular lasinstalaciones y el arte sonoro, “se conecten con este lenguaje,por lo que he seguido haciendo exposiciones de pintura, grabado ydibujo, pero ha ganado más la parte alternativa de lamanipulación o intervención de espacios museísticos o degalerías”, con “el interés de activar parámetros deconocimiento en el espectador que tengan la característica de nopasar desapercibidos, que llamen la atención gracias a la actitudde los personajes, de reconocimiento interno”.
En estos años abrió su taller de producción gráfica enQuerétaro para hacer grabado profesional en el Centro Histórico,pues busca no descuidar su origen de formación gráfica, perotampoco le interesa quedarse “dentro de una iconografíaespecífica nada más, sino que se traslade a otros medios,” poreso le interesa la multi y transdisciplina “en el sentido de quese usen diferentes medios para un mismo fin, que tiene que ver conel conocimiento invisible y los elementos que se integran en cadaserie o actividad”.
Orgulloso de su trabajo reciente, como su exposición en 2016 enel Museo de la Ciudad de México, donde fue tal su repercusión queel día de la inauguración asistieron más de 500 personas y elrecinto tuvo que cerrar sus puertas en algún momento pues ya nohabía cupo; señaló que en esa ocasión el 85% “eran jóvenesdesde adolescentes hasta estudiantes universitarios, lo cualmuestra mucho interés por mi trabajo, desde mi punto de vista, ylogró ser una de las exposiciones con más público en elMuseo”.
Y eso es lo que le interesa, que su obra vaya más allá de lasimple contemplación y provoque la autorreflexión, apostando“más por lo perceptivo que por la visualidad intelectual”.Hecho que influyó en que dicho trabajo vaya a Yucatán en octubrede este año como parte de las actividades de Mérida como CapitalAmericana de la Cultura 2017.
Rubén Maya tiene más proyectos en puerta, los que aseguraseguirán siendo fuertes expresivamente, buscando asentar laidentidad de un artista que no debe quedarse en la comodidad de lafórmula, proyectos “que seguirán manteniendo esa expectativa,esa confrontación, esa curiosidad iconográfica y conceptual quepueda adecuarse desde Querétaro hacia el país y el mundo”.