El periodismo cultural ¿Cómo escribe a la ciudad?

  · miércoles 24 de octubre de 2018

Foto: Especial

El periodismo cultural en el país surgió con el nacimiento de los periódicos en México. José Luis Martínez, editor del suplemento Laberinto de Milenio Diario recuerda que en la Gaceta de México (primer periódico impreso en la Nueva España, en 1722) ya se incluía contenido que hoy podría ser considerado como periodismo cultural, “aunque no con ese concepto”, agregó el también ensayista durante el Tercer Coloquio Regional de Periodismo Cultural, que se celebró del 11 al 13 de octubre en la ciudad de Aguascalientes y del que BARROCO fue parte.

“En la historia del periodismo cultural, podemos encontrar el antecedente desde el primer número en la Gaceta de México, revísenlo y hay periodismo cultural, no con ese concepto, pero hay literatura y hay ciencia”, recordó Martínez.

Desde entonces, la dinámica cultural de la Ciudad de México se ha vista reflejada en papel. Literatura y crónica han recogido los andares de la naciente nación y los posteriores devenires.

En el periodismo uno puede ser muy pobre, pero lo que sí es tremendo es parecerlo frente a los ojos del público. Ni modo, hay que ponerse la camisetita rota debajo, eso si es insalvable, no por ser pobres debemos astrosos de los productos editoriales

José Luis Martínez /editor suplemento Laberinto

El investigador y periodista, Roberto García Bonilla, en su ensayo “Un acercamiento al periodismo cultural”, recuerda a Fernando Benítez Gutiérrez, a quien llama el “patriarca de los suplementos culturales en México” y con el que se consolida este tipo de espacios en el país.

“Fernando Benítez Gutiérrez (1912-2000): periodista que ramifica sus investigaciones con la antropología, la historia, la biografía y la novela. Casi dos años laboró en Revista de Revistas (1934-1936) —semanario de Excélsior desde 1910. (…) Lector de suplementos culturales de otras latitudes, Benítez soñaba con que algún día México, abrumado de basura periodística, podría hacer algo de esa calidad”, sostiene García Bonilla.

Tras ese espacio, más tarde surgieron revistas como Siempre!, Nexos, Letras Libres y suplementos culturales como Sábado (Unomásuno), La Jornada Semanal (La Jornada), Plural (Excelsior) y Confabulario (El Universal), por mencionar algunos.

Descentralización

Actualmente, esfuerzos de periodismo cultural se advierten en muchos puntos del territorio nacional. Durante la charla denominada “Cultura y ciudad: el periodismo posible", celebrada en el marco del Tercer Coloquio Regional de Periodismo Cultural, editores responsables de suplementos semanales y quincenales hablaron en torno a la forma en que se busca reflejar la dinámica y diversidad de sus respectivas regiones.

Yolanda Alonso (La Soldadera, Zacatecas), José Luis Martínez (Laberinto, Ciudad de México), Francisco Trejo (Autonomía, Aguascalientes) y Víctor Hugo Vázquez (Barroco, Querétaro), fueron los participantes de la mesa moderada por Jorge Luis Heredia (Fin de Semana, Aguascalientes).

La diversidad de los convocados por José Alberto López Sustaita, organizador del evento, buscaba visibilizar lo amplio del sector en la región.

“Si bien hemos crecido en la cultura del centralismo, ya no es lo que era, para nada, y tenemos autores que no han necesitado salir de su lugar de origen para hacer una obra que trasciende de manera internacional”, sostuvo Martínez para hacer énfasis sobre el crecimiento, consolidación y calidad que advierte en el panorama del periodismo cultural que se genera fuera de la capital del país.

El Hay Festival a Querétaro, por ejemplo, que es un festival muy importante, nos da oportunidad de estar con gente de mucho renombre y entrevistarlos y poder hacer una cobertura sin tener que acudir al corresponsal (…) incluso nosotros hemos tenido que nutrir a ese tipo de plataformas, porque confían en el trabajo que se pueda generar desde lo local

Víctor Hugo Vázquez / editor suplemento Barroco

Recordó entonces los esfuerzos realizados por el escritor de origen vasco, Imanol Caneyada, quien reside en Hermosillo, Sonora; Daniel Salinas Basave, el periodista regio que ahora escribe en Tijuana; el escritor Heriberto Yépez, también avecindado en Tijuana y Carlos Velázquez, escritor coahuilense; sin olvidar, por supuesto, a Ignacio Padilla, el escritor defeño que vivió en Querétaro sus últimos días.

Al respecto, el editor del suplemento cultural BARROCO de DIARIO DE QUERÉTARO destacó el crecimiento de los medios de provincia, cuyos logros han atraído al talento de la Ciudad de México, e incluso los medios nacionales, en su mayoría asentados en la capital mexicana, se comienzan a nutrir de la propuesta de estas regiones.

“Hay mucha gente de la Ciudad de México que está saliendo a provincia, al menos en Querétaro es muy notable que muchos espacios, y no solo en el periodismo sino en otros rubros editoriales, hay gente que viene de la Ciudad de México con unos currículos impresionantes, porque vienen de medios de comunicación de mucho alcance y encuentran mano de obra calificada y plataformas que pueden competir, de alguna manera, con las que existen en la Ciudad de México.

“Desde hace tres años, por ejemplo, empiezan a llevar el Hay Festival a Querétaro, que es un festival muy importante, que nos da oportunidad de estar con gente de mucho renombre y entrevistarlos y poder hacer una cobertura, un trabajo decoroso, sin tener que acudir al corresponsal de EFE o al corresponsal de Notimex o al corresponsal de nuestra propia cadena, de Organización Editorial Mexicana, incluso nosotros hemos tenido que nutrir a ese tipo de plataformas, porque si ya tienen el personal ahí en la región pues trasladarse cuesta dinero y confían en el trabajo que se pueda generar desde lo local”, apuntó.

Una visión similar advirtió Yolanda Alonso, quien además dirige Policromía. Servicios Editoriales, lo que le ha permitido advertiren la editoras independientes, alternativas creativas a la altura de las grandes editoriales.

“En Zacatecas, creo que nuestra generación creció con la idea de que si querías ser alguien te tenías que ir a la Ciudad de México y nunca he estado de acuerdo con eso. (…) En el mundo académico hay autores que prefieren editar con editoriales de mucho prestigio, pero estas grandes editoriales tienen una línea comercial que les cobra a estos autores y lo hacen con las patas, no les interesa, no hay un cuidado de edición y a nosotros nos han dicho autores universitarios: Sabes qué, yo sé que harás un mejor trabajo, pero yo lo que quiero es el prestigio, es el sello”, sumó.

Debemos utilizar todos nos nuestros recursos y hacer un trabajo excelente. Nosotros teníamos cuatro páginas de papel periódico a una sola tinta, no nos podíamos permitir utilizar color y nos dijimos: ¿Por qué no hacemos un libro en estas cuatro páginas de papel periódico? (…) nos gustaba jugar, hacer esos guiños e invitar al lector a que experimentara a hacer cosas

Yolanda Alonso / editora suplemento La Soldadera

Al que sí nota el periodista de Milenio es la diferencia presupuestal, pues los medios nacionales manejan presupuestos más altos que la media en compañías periodistaicas de las entidades federativas.

“Hacerlo desde mi condición es absolutamente distinta, donde me puedo dar el lujo de convocar a quien quiera de México y el extranjero y pagarle en dólares o incluso en euros si es necesario, entonces la situación cambia radicalmente, en tener recursos y no tenerlos, peor hay una cosa que no cambia, la imaginación”, remató el editor.

Nuevas plataformas

La tecnología es el gran reto del periodismo actual. Lidiar con las paparruchas (fake news), con el creciente nacimiento de plataformas “informativas” y la cultura del desecho y el descarte, hace que los medios de comunicación se vean tentados por el “like” fácil.

“Uno de los grandes maestros del periodismo, como es Miguel Ángel Bastenier, en los últimos años de su vida fue un tuitero absolutamente incorregible y en Twitter compartía muchas cosas y es incansable; la querida Margo Glantz, ella comparte mucho en Twitter, entonces no satanicemos a las redes sociales, lo importante no es lo qué se publica, si no qué leemos, y también es un espacio para la conversación”, añadió el editor de Laberinto.

Al respecto, reiteró que la imaginación es una herramienta que se vuelve vital para generar contenidos de interés e interesantes.

“En el periodismo uno puede ser muy pobre, pero lo que sí es tremendo es parecerlo frente a los ojos del público. Ni modo, hay que ponerse la camisetita rota debajo, eso si es insalvable, no por ser pobres debemos astrosos de los productos editoriales, no por ser pobres debemos de ser descuidados, no por ser pobres debemos ser miserables, que es distinto”, remarcó.

“Es muy importante lo que menciona el maestro José Luis, que debemos utilizar todos nos nuestros recursos y hacer un trabajo excelente. Nosotros teníamos cuatro páginas de papel periódico a una sola tinta, no nos podíamos permitir utilizar color y nos dijimos: ¿Por qué no hacemos un libro en estas cuatro páginas de papel periódico? Lo hicimos dos veces este ejercicio, ahí viene una indicación de recortar. La idea es que se corta en partes y ahí veníamos compaginando, esto lo hacíamos con el afán de jugar (…) nos gustaba jugar, hacer esos guiños e invitar al lector a que experimentara a hacer cosas”, expresó Yolanda, quien expresó que la plataforma Issuu, que permite la visualización de material digitalizado, como libros, documentos, revistas, periódicos, y otros medios impresos, le dio oportunidad de medir el impacto que su trabajo tiene entre los lectores y un alcance mayor que deja que estos suplementos se queden en lo local.

Víctor Vázquez, por su parte, también destacó las bondades de la referida plataforma, que permite el consumo de la publicación más allá de su temporalidad y espacio. De igual forma, hizo énfasis en el formato digital que ofrece DIARIO DE QUERÉTARO y que permite la consulta del material en cualquier momento.

Francisco Trejo, editor del suplemento cultural Autonomía, subrayó la importancia del diseño en los trabajos editoriales. Tras confesar su afición por las revistas impresas, las cuales considera que están despareciendo, el joven periodista habló de la propuesta de su trabajo, que mucho descansa en la estética.

“Hubo un momento en que Autonomía fue un poco más experimental y desorganizado, al que a lo mejor le faltaba rigor por mi misma inexperiencia, pero ha ido madurando a la par de La Jornada Aguascalientes. Seguro hubo números mal logrados”, confesó.

Además, dijo que ve en las opciones digitales canales en los que se puede explorar la estética y contenidos de fondo, como lo hace puntos y comas, el espacio cultural del sitio digital informativo sinembargo.mx

Temas

A manera de corolario, los participantes hablaron sobre los temas que son constantes en sus espacios. Los clásicos del periodismo cultural como la literatura y el arte se recogen de manera cotidiana; sin embargo, se develaron ciertas filias y fobias que parecían delimitar cada uno de los trabajos.

Laberinto, por ejemplo, se alza como un espacio para el debate de las ideas, a través de la literatura, a historia y la filosofía, “también nos interesa la cultura popular y la vida cotidiana, a través de autores que puedan expresarse de la mejor manera posible”, sostuvo su editor.

BARROCO se mostró como un producto plural, el más amplío de todos los involucrados respecto al número de paginas, 16 en total, en las que hay diversidad de voces y temas, pero que apuesta últimamente por temáticas de identidad cultural.

La soldadera, suplemento que actualmente está en pausa, se distinguió por la inclusión de temas diversos, pero siempre con el objetivo de que cada número abriera el espacio a diferentes voces y con una carga visual importante.

Finalmente, Autonomía se enfila con un perfil joven en el que la discusión en torno a la cultura popular como eje.

Todos los involucrados coincidieron en la vigencia de estos espacios, que, a diferencia de lo que muchos creen, tiene públicos importantes y muy participativos, por lo que el futuro de este tipo de suplementos, al igual que en todos los rubros del periodismo, depende de su calidad y pertinencia para tratar de retratar y reflexionar el entorno.