¿Quién no ha escuchado hablar de Platón, Sócrates, Aristóteles, Descartes, Marx, Nietzsche o Kant cuando se habla de filosofía?, ¿cuántas autoras podríamos enumerar de la misma manera? Ante este vacío histórico es que han surgido, en los últimos años, diversas iniciativas que buscan visibilizar la presencia de las mujeres en la historia del pensamiento filosófico. En Querétaro, ha sido el colectivo Sendas Perdidas el que se ha sumado a esta gesta, centrando sus esfuerzos en poner al alcance de todas las personas los aportes de la filosofía, más allá de la academia, los coloquios y demás círculos habituales de discusión.
Conformado por las filósofas Helena Rodríguez, Mary Gard y Sara Núñez, además del pensador Francisco Ramírez, desde el 2017 el colectivo ha convocado a todo el público a participar de este ejercicio reflexivo sobre el ser, la sociedad, la cultura, el arte y diversos aspectos de la realidad en los que la filosofía siempre ha estado inmiscuida.
Aunque la pandemia de Covid-19 cambió un poco la dinámica, la agrupación echó mano de las plataformas digitales para continuar con su labor, invitando a las y los internautas a reunirse ahora en seminarios virtuales como el dedicado a las “Filósofas de la primera mitad del siglo XX”.
Este conversatorio digital expone las perspectivas de algunas de las pensadoras más importantes de principios del siglo pasado; se trata de Helene Von Druskowitz (Austria), Simone Weil (Francia), Edith Stein (Polonia), Hannah Arendt (Alemania), Simone de Beauvoir (Francia), María Zambrano (España) y Jean Iris Murdoch (Reino Unido); siete filósofas que superaron las expectativas sociales de su tiempo, transgrediendo con sus discursos los mismos límites de la filosofía.
El programa se llevará a cabo todos los miércoles a partir de febrero, de 19:00 a 21:00 horas. Y en total serán ocho sesiones con una cuota de cooperación de 750 pesos y 375 pesos para estudiantes. Para más información, puede verse la página de Facebook @colectivosendasperdidas.
¿En qué senda las encontramos a ellas?
Pensar es como caminar por el bosque sin ningún rumbo establecido. Es andar por sendas perdidas que cautivan e inducen a seguir explorando, dice Francisco y comparte que se trata de la reflexión detrás del libro “Caminos de bosque” escrito por Martin Heidegger, uno de los filósofos más visitados por el colectivo y a propósito de quien nombraron esta iniciativa. La charla sobre estos andares filosóficos, tuvo lugar hace unos días en una sesión de zoom junto con las demás filósofas. Acordamos reunirnos para hablar sobre su nuevo seminario, que marcará una ruta hacia las ideas de sus predecesoras.
Sin obviar la respuesta, les pregunto ¿por qué decidieron incluir en su programa de divulgación filosófica un conversatorio centrado en ellas? Sara activa su micrófono para decir que más que ser el resultado de un planteamiento teórico, el conversatorio surgió de la praxis educativa del colectivo: “Ha habido mucha inquietud [entre los participantes] por la falta de visibilidad de las filósofas en los programas académicos, aunque también –confiesa– tiene que ver con nuestras lecturas. Todas son autoras que leemos y que hemos tratado de bajar de distintas maneras”. Con “bajar de distintas maneras” quiere decir que han buscado socializar el pensamiento filosófico entre la población, “ya sea desde disciplinas como la fotografía, géneros literarios como la novela gráfica o expresiones artísticas como el cine”, agrega Helena, explicando que la idea es demostrar que la filosofía se encuentra en todas partes, y puede ser abordada por cualquier persona que se encuentre interesada en ella.
Regresando al tema sobre las filósofas, Helena considera que es importante ampliar el análisis sobre sus propuestas, pues “prácticamente el 90% de autores conocidos dentro de la filosofía son hombres, y nos parece que justo por esta cantidad de movimiento que se ha observado de unos años para acá –dice refiriéndose a los movimientos feministas y a la reivindicación de las mujeres en diferentes ámbitos de la sociedad– que creemos pertinente hacerlo. Nos faltó incluir pensadoras latinoamericanas, pero quisimos empezar con ellas (Von Druskowitz, Weil, Stein, Arendt, Beauvoir, Zambrano y Murdoch) porque son las más cercanas tal vez, y las que siempre nos han causado ciertas inquietudes”.
Mary Gard suscribe a sus colegas, añadiendo que la selección atiende también a la vigencia y relevancia de sus pensamientos: “el programa tiene esa gran virtud de reunir desde filósofas con un talante político muy específico, a filósofas que prefirieron no hacer tanta mella (…) lo cual permitirá generar una discusión muy amplia que dejará ver que las mujeres [pese a compartir el mismo contexto sociohistórico y/o cultural] somos muy diferentes entre nosotras y no hay problema en ello; creo que será un buen ejercicio de reflexión y crítica”.
Contrario a lo que pareciera en la historia del pensamiento filosófico, existen muchas mujeres, asiente Sara, y la primera mitad del siglo XX está repleto de ellas. Y aunque como señala Mary Gard todas miran la realidad desde diferentes ángulos, hay algo que las caracteriza como género: “No se quedaron en un solo tema. Lo cual sí puede ser claro en ciertos autores que se delimitan o son conocidos por cierta estructura de pensamiento y me parece que la filosofía femenina –no precisamente feminista– tiene esta ventaja, que es muy abierta. Creo que es importante recalcar eso: las mujeres que hacen filosofía lo hacen desde muchos lados, pero viéndolo como parte de uno solo, como muy holístico. Por ejemplo, generalmente se sitúa a Hannah Arendt desde el pensamiento político, pero hizo un tratado también sobre la cultura y el arte, que es lo que vamos a analizar; Druskowitz, por su lado, es una filósofa que prácticamente acaban de rescatar, su obra apenas fue publicada en español el año pasado y se caracteriza por centrarse en el pesimismo, pero también trabaja sobre la perspectiva de que lo femenino debe de imperar; en cuanto a Simone Weil, ella se decantó por la condición política, y es muy interesante porque también matiza la cuestión de las raíces, en qué se supone que es para nosotros la casa y la tierra que nos identifica”, considera Helena.
¿Dónde están las filósofas hoy?
Cada vez hay más filósofas en las aulas, así como encabezando los encuentros filosóficos y siendo publicadas por importantes editoriales en el mundo. Considerando este boom, y la insurrección de lo femenino en diferentes esferas, ¿de qué están hablando ellas ahora?, suelto a mis interlocutoras: Del trabajo interdisciplinario y las relaciones de la filosofía con la cultura popular; sobre la marginalidad y distintas formas de exclusión; acerca de los vínculos que existen entre la filosofía, la psicología y la tecnología, además de la perspectiva de género y lo qeer, aseveran del otro lado de la pantalla.
Sin embargo –prosigue Helena– aunque son interesantes las propuestas de las nuevas filósofas, Sendas Perdidas decidió comenzar la discusión con las exponentes de la primera mitad del siglo XX, porque las filósofas contemporáneas “no surgieron de la nada, no son espontáneas (…) no existiría una Judith Butler si no existiera una Simone de Beavoir, y ella no estaría si no hubiera estado también Simone Weil, por eso creemos pertinente empezar con ellas”.
Esta aproximación, sin embargo –añade Mary Gard– no busca denostar el aporte que han hecho sus congéneres a la filosofía. “Claro que es importante leer a los exponentes de la ontología, de la estética, de la retórica…; lo que buscamos al final, es dar paso a las discusiones a favor de lo educativo. Lo otro –el sesgo en la historia del pensamiento filosófico– es defecto del sistema educativo y un poco de la naturaleza de la tradición filosófica”.
Finalmente, coinciden todas, la idea es que quien se aproxime a este seminario –o a los otros conversatorios del colectivo–, pueda caminar por el bosque sin ningún rumbo establecido. Andar por sendas perdidas que lo cautiven e induzcan a seguir explorando.
