/ miércoles 1 de febrero de 2017

El Teatro de la República

Andrés Garrido del Toral

Cronista de Querétaro

Máximo de espíritu nacional en materia minúscula que apenasalcanza los mil metros de terreno, cantado por los poetas comoGuillermo Prieto y por los grandes científicos como Alberto TruebaUrbina.

El solar donde se levantó el TeatroIturbide

A partir de 1573 hubo una orden real en todo el Imperio españolque obligaba a los pueblos, villas y ciudades a contar con unaalhóndiga para aprovisionar de alimentos y granos básicos a laspoblaciones en futuras emergencias, por lo que la Alhóndiga deQuerétaro se construyó en el perímetro de la plaza de SanFrancisco, hacia el norponiente, concretamente en las esquinas dela calle segunda de San Antonio y de La Alhóndiga, actualesÁngela Peralta y Juárez. El terreno de la Alhóndiga cubría casitoda la cuadra y manzana. La propiedad era del Ayuntamiento deQuerétaro desde 1578.

A todo esto hace falta una precisión: esta construccióncomenzada en el siglo XVI fue llamada posteriormente como “laVieja Alhóndiga”, para diferenciarla de la que construiría asus expensas el muy generoso benefactor Juan Caballero y Ocio, a unlado de la Vieja Alhóndiga, en un terreno de su propiedad,heredada de su padre Juan Caballero y Medina quien a su vez compróvarios predios ubicados en esa manzana a un tal Juan Durán en elprimer tercio del siglo XVII. Allí nacieron los hijos de estepoderoso militar virreinal incluyendo Juan Caballero y Ocio, queera el menor, viviendo muchos años la familia en esa casona, hastaque muerto el jefe de la misma, don Juan Caballero y Ocio setrasladó a vivir a un costado de La Congregación de Guadalupe yautorizó al Ayuntamiento de Querétaro utilizar el predio dereferencia para la Nueva Alhóndiga, cosa en la que estuvo deacuerdo su hermano mayor de nombre Nicolás, al considerar que elviejo edificio era insuficiente para proveer de maíz a la gentepobre de la sociedad queretana. En mapas de la ciudad de finalesdel siglo XVIII se pueden observar ambas edificaciones convertidasen una misma casona, con similitud arquitectónica.

Al llegar la Independencia de México, los edificios realengospasaron a formar parte del Estado Federal, de las entidadesfederativas o de los municipios, quedando en este caso la propiedaddel solar de referencia (Alhóndiga Vieja) en favor del municipiode Querétaro, de eso no hay duda, pero en relación al terreno ydestino del nuevo almacén es donde vamos a profundizar. Elantecedente notarial de Gabriel Rincón Frías nos dice que esesolar fue comprado por Juan Caballero y Medina a Juan Durán allápor 1630 y que al heredarlo su hijo Juan Caballero y Ocio lodestinó para su morada y luego lo cedió al Ayuntamiento para laAlhóndiga. No hay que dejar a un lado que si el Municipio deQuerétaro utilizó fondos de la masa hereditaria de doña JosefaVergara para terminar de construir el Teatro Iturbide, pues lo máslógico es que destinó los productos de las funciones artísticasen favor del legado de la benefactora, al igual que escriturar elinmueble a su favor.

Querétaro ciudad culta, sin lugar digno para lacultura

En 1845 los gobernantes y pueblo de Querétaro reflexionaronsobre la necesidad de contar con un teatro, digno de la ciudad, porlo que llegaron a la conclusión de que la Nueva Alhóndiga ya nocumplía con su función o no era tan necesaria porque había otrosalmacenes de víveres, y decidieron construir el teatro sobre994.43 m2 del viejo almacén. El gobernador era Sabás AntonioDomínguez y el arquitecto, autor del proyecto y primerconstructor, fue Camilo San Germán. El Estado le dejó alAyuntamiento capitalino la responsabilidad de conseguir los 4 milpesos necesarios para arrancar la obra, lográndolos gracias a quese le presionó al español don Cayetano Rubio –dueño de lasprincipales fábricas- que cooperara como una especie deindemnización al pueblo por el aprovechamiento que hacía de lasaguas del Río Blanco (hoy Río Querétaro).

Al determinarse construir el teatro en este lugar, se liquidabauna institución colonial, que cumplió un cometido benéfico sinduda pero que no dejaba de representar el colonialismo que debíadesaparecer. Comenzó la obra bajo los mejores augurios, sinprimera piedra, porque lo importante era trabajar, omitiendo ellucimiento. El gobernador del departamento de Querétaro(estábamos en pleno centralismo), Sabás Antonio Domínguez,encabezó una comisión el 23 de abril de 1845 que integrarondiputados locales, el prefecto del distrito de Querétaro ypresidente del Ayuntamiento capitalino, el comandante general y elsíndico procurador más antiguo del Ayuntamiento de Querétaro,Ignacio Pozo, para acudir ante escribano público para señalar lostérminos, plazos y condiciones del compromiso de veintisieteempresarios interesados en colaborar con la obra, tal y como loescribió la doctora Mina Ramírez Montes en El Heraldo de Navidad2016 en su magnífico artículo titulado “Los cimientos delTeatro de la República”. Se formó una Junta Directiva integradapor ocho miembros dispuestos a conseguir los $30,821. 00 pesos quecostaría la obra y que tenía que terminarse en dieciochomeses.

También puedesleer:

El corrido delconstituyente

La guerra contra los Estados Unidos interrumpió el proyecto delcoso, en la agresión más villana que hayan consumado  éstos ensu larga historia de atropellos internacionales, Querétaro seconvirtió en capital de la República con el traslado de lospoderes federales, a la cabeza de los cuales estaba el presidentede la República Manuel de la Peña y Peña.

Entonces se pensó en continuar la construcción abandonada delTeatro, para lo que se volvió a pedir la cooperación de quienespudiendo se habían hecho accionistas de la empresa. Más, comocorresponde a la grande obra que iba a resultar, las dificultadesmenudearon y pasó un año – 1849 – y no se advertía avance enla misma; los accionistas se fatigaron de aportar cantidades parala misma y prácticamente la abandonaron. La dejaron en manos delAyuntamiento queretano, al que cedieron sus aportaciones, acondición de que la continuase por su cuenta y, una vez concluidala obra, sus productos fueran a engrosar el patrimonio del Hospiciofundado con los bienes que para ello destinó doña Josefa Vergaray Hernández.

Al proyector e iniciador de la obra, arquitecto Camilo SanGermán, le siguió al frente de la obra el ingeniero inglésTomás Surplice, quien aun cuando quiso modificar los planos tuvoque seguir los de su antecesor por la posición y característicasdel terreno.

Es designado gobernador Ramón María Loreto de la Canal deSamaniego. Inició su gestión este gobernante el 25 de agosto de1851 y la concluyó, salvo un interinato, el 30 de noviembre de1853. Él vio lo que habían deseado sus próximos antecesores: verconcluida la obra. Más previamente a su terminación hubo detomarse una determinación importante: la de dar nombre al teatro.No meditó mucho el gobernador el nombre que habría de imponerseal teatro y así expidió un decreto, haciendo consideracioneshistóricas y sentimentales para imponerle el nombre deIturbide.

Inauguración, estreno y vida cultural en elcoso

El 29 de abril de 1852 fue terminado y bendecido el coso, y suinauguración y estreno el 2 de mayo del mismo año, con lareticencia de los conservadores locales que no querían verrepresentadas “obras inmorales” que iban a dañar “el alma delos pueblerinos”. El 16 de septiembre de 1854 se estrenó en élel Himno Nacional mexicano; por unas horas fue estrenadoprimeramente en este coso que en el resto del país.

Cuando el Municipio de Querétaro renuncia en 1898 a seguiradministrando el sufrido patrimonio de la benefactora Vergara elgobierno del Estado, encabezado por Francisco González de Cosío,asume esa función, situación que se prolongó hasta 1992 en queel gobernador Enrique Burgos García regularizó todo el patrimoniode Josefa Vergara y creó una institución de asistencia privadacon mucha certeza jurídica (NR: así continuó hasta el mes denoviembre de 2016, cuando la institución de asistencia privadavendió al Senado de la República el histórico recinto para serremozado con motivo de la celebración del centenario de laConstitución).

El bello coso, el mejor de su época, es pequeño en materia,pero gigante en espíritu porque ha sido escenario de losacontecimientos más importantes de la historia de México:

Fue el escenario donde se consagró de México para el mundo latalentosa soprano Ángela Peralta en el último tercio del sigloXIX. Fue sede del Tribunal de Guerra que juzgó y sentenció amuerte a Maximiliano, Miramón y Mejía del 12 al 15 de junio de1867 y su techo de plomo fue desmantelado para fabricar balas decañón en favor de los sitiados en el famoso Sitio deQuerétaro.

El teatro en la dictadura porfiriana

Apenas iniciado el siglo XX y llegada la época alegre de lasfiestas navideñas, se invita al dictador don Porfirio Díaz avisitar  Querétaro. El anuncio del retorno a Querétaro dePorfirio Díaz, entusiasmó al mundo oficial y a la capa socialprivilegiada que pesa sobre la masa popular. Es suntuosa larecepción que se le tributa y muchos y varios los actos a los queconcurre. Pero si ha de destacar alguno, éste fue la verbena quese le ofreció en el Teatro de Iturbide.

El Congreso Constituyente de 1916-1917

Acogió también el hoy Teatro de la República en su seno-previa remodelación, como instalarle una tribuna de madera fina-a la última asamblea constituyente mexicana, la de 1916-1917,compuesta de 219 diputados constituyentes, los cuales sesionaron demanera previa del 27 al 30 de noviembre de 1916 en él, paradespués hacerlo como Congreso Constituyente del 1 de diciembrehasta el día 31 de enero del año 1917 en que se protestó yfirmó la Carta que hoy nos rige. Cambió su nombre de TeatroIturbide a Teatro de la República el 27 de septiembre de 1922.

La Revolución se vuelve institucional en1929

Al morir el presidente de la República electo, ÁlvaroObregón, el Jefe Máximo de la Revolución Plutarco Elías Calles,convocó a la fundación de un partido nacional en el teatro de laRepública que conglomerara a todas las organizaciones y partidospolíticos locales y regionales y para ello, junto con elpresidente interino Emilio Portes Gil y el general Manuel PérezTreviño, presidente de la comisión organizadora, designaron a laciudad de Querétaro para ser la sede que recibiera a los delegadosde toda la República para constituir lo que iba a ser llamado elPartido Nacional Revolucionario. Eran grupos dispersos, sinideología definida de tipo nacional, que luchaban unos contraotros en busca de la hegemonía política.

Teatro, laboratorio democrático de la planeaciónnacional

Ante la consideración de que un período de cuatro años esbreve para realizar un programa de gobierno, la Constitución de1917, aprobada en el Teatro de Iturbide, era  reformada a fin dealargar el período presidencial a seis años. Surge en el Teatroel primer Plan Sexenal en diciembre de 1933.

Andrés Garrido del Toral

Cronista de Querétaro

Máximo de espíritu nacional en materia minúscula que apenasalcanza los mil metros de terreno, cantado por los poetas comoGuillermo Prieto y por los grandes científicos como Alberto TruebaUrbina.

El solar donde se levantó el TeatroIturbide

A partir de 1573 hubo una orden real en todo el Imperio españolque obligaba a los pueblos, villas y ciudades a contar con unaalhóndiga para aprovisionar de alimentos y granos básicos a laspoblaciones en futuras emergencias, por lo que la Alhóndiga deQuerétaro se construyó en el perímetro de la plaza de SanFrancisco, hacia el norponiente, concretamente en las esquinas dela calle segunda de San Antonio y de La Alhóndiga, actualesÁngela Peralta y Juárez. El terreno de la Alhóndiga cubría casitoda la cuadra y manzana. La propiedad era del Ayuntamiento deQuerétaro desde 1578.

A todo esto hace falta una precisión: esta construccióncomenzada en el siglo XVI fue llamada posteriormente como “laVieja Alhóndiga”, para diferenciarla de la que construiría asus expensas el muy generoso benefactor Juan Caballero y Ocio, a unlado de la Vieja Alhóndiga, en un terreno de su propiedad,heredada de su padre Juan Caballero y Medina quien a su vez compróvarios predios ubicados en esa manzana a un tal Juan Durán en elprimer tercio del siglo XVII. Allí nacieron los hijos de estepoderoso militar virreinal incluyendo Juan Caballero y Ocio, queera el menor, viviendo muchos años la familia en esa casona, hastaque muerto el jefe de la misma, don Juan Caballero y Ocio setrasladó a vivir a un costado de La Congregación de Guadalupe yautorizó al Ayuntamiento de Querétaro utilizar el predio dereferencia para la Nueva Alhóndiga, cosa en la que estuvo deacuerdo su hermano mayor de nombre Nicolás, al considerar que elviejo edificio era insuficiente para proveer de maíz a la gentepobre de la sociedad queretana. En mapas de la ciudad de finalesdel siglo XVIII se pueden observar ambas edificaciones convertidasen una misma casona, con similitud arquitectónica.

Al llegar la Independencia de México, los edificios realengospasaron a formar parte del Estado Federal, de las entidadesfederativas o de los municipios, quedando en este caso la propiedaddel solar de referencia (Alhóndiga Vieja) en favor del municipiode Querétaro, de eso no hay duda, pero en relación al terreno ydestino del nuevo almacén es donde vamos a profundizar. Elantecedente notarial de Gabriel Rincón Frías nos dice que esesolar fue comprado por Juan Caballero y Medina a Juan Durán allápor 1630 y que al heredarlo su hijo Juan Caballero y Ocio lodestinó para su morada y luego lo cedió al Ayuntamiento para laAlhóndiga. No hay que dejar a un lado que si el Municipio deQuerétaro utilizó fondos de la masa hereditaria de doña JosefaVergara para terminar de construir el Teatro Iturbide, pues lo máslógico es que destinó los productos de las funciones artísticasen favor del legado de la benefactora, al igual que escriturar elinmueble a su favor.

Querétaro ciudad culta, sin lugar digno para lacultura

En 1845 los gobernantes y pueblo de Querétaro reflexionaronsobre la necesidad de contar con un teatro, digno de la ciudad, porlo que llegaron a la conclusión de que la Nueva Alhóndiga ya nocumplía con su función o no era tan necesaria porque había otrosalmacenes de víveres, y decidieron construir el teatro sobre994.43 m2 del viejo almacén. El gobernador era Sabás AntonioDomínguez y el arquitecto, autor del proyecto y primerconstructor, fue Camilo San Germán. El Estado le dejó alAyuntamiento capitalino la responsabilidad de conseguir los 4 milpesos necesarios para arrancar la obra, lográndolos gracias a quese le presionó al español don Cayetano Rubio –dueño de lasprincipales fábricas- que cooperara como una especie deindemnización al pueblo por el aprovechamiento que hacía de lasaguas del Río Blanco (hoy Río Querétaro).

Al determinarse construir el teatro en este lugar, se liquidabauna institución colonial, que cumplió un cometido benéfico sinduda pero que no dejaba de representar el colonialismo que debíadesaparecer. Comenzó la obra bajo los mejores augurios, sinprimera piedra, porque lo importante era trabajar, omitiendo ellucimiento. El gobernador del departamento de Querétaro(estábamos en pleno centralismo), Sabás Antonio Domínguez,encabezó una comisión el 23 de abril de 1845 que integrarondiputados locales, el prefecto del distrito de Querétaro ypresidente del Ayuntamiento capitalino, el comandante general y elsíndico procurador más antiguo del Ayuntamiento de Querétaro,Ignacio Pozo, para acudir ante escribano público para señalar lostérminos, plazos y condiciones del compromiso de veintisieteempresarios interesados en colaborar con la obra, tal y como loescribió la doctora Mina Ramírez Montes en El Heraldo de Navidad2016 en su magnífico artículo titulado “Los cimientos delTeatro de la República”. Se formó una Junta Directiva integradapor ocho miembros dispuestos a conseguir los $30,821. 00 pesos quecostaría la obra y que tenía que terminarse en dieciochomeses.

También puedesleer:

El corrido delconstituyente

La guerra contra los Estados Unidos interrumpió el proyecto delcoso, en la agresión más villana que hayan consumado  éstos ensu larga historia de atropellos internacionales, Querétaro seconvirtió en capital de la República con el traslado de lospoderes federales, a la cabeza de los cuales estaba el presidentede la República Manuel de la Peña y Peña.

Entonces se pensó en continuar la construcción abandonada delTeatro, para lo que se volvió a pedir la cooperación de quienespudiendo se habían hecho accionistas de la empresa. Más, comocorresponde a la grande obra que iba a resultar, las dificultadesmenudearon y pasó un año – 1849 – y no se advertía avance enla misma; los accionistas se fatigaron de aportar cantidades parala misma y prácticamente la abandonaron. La dejaron en manos delAyuntamiento queretano, al que cedieron sus aportaciones, acondición de que la continuase por su cuenta y, una vez concluidala obra, sus productos fueran a engrosar el patrimonio del Hospiciofundado con los bienes que para ello destinó doña Josefa Vergaray Hernández.

Al proyector e iniciador de la obra, arquitecto Camilo SanGermán, le siguió al frente de la obra el ingeniero inglésTomás Surplice, quien aun cuando quiso modificar los planos tuvoque seguir los de su antecesor por la posición y característicasdel terreno.

Es designado gobernador Ramón María Loreto de la Canal deSamaniego. Inició su gestión este gobernante el 25 de agosto de1851 y la concluyó, salvo un interinato, el 30 de noviembre de1853. Él vio lo que habían deseado sus próximos antecesores: verconcluida la obra. Más previamente a su terminación hubo detomarse una determinación importante: la de dar nombre al teatro.No meditó mucho el gobernador el nombre que habría de imponerseal teatro y así expidió un decreto, haciendo consideracioneshistóricas y sentimentales para imponerle el nombre deIturbide.

Inauguración, estreno y vida cultural en elcoso

El 29 de abril de 1852 fue terminado y bendecido el coso, y suinauguración y estreno el 2 de mayo del mismo año, con lareticencia de los conservadores locales que no querían verrepresentadas “obras inmorales” que iban a dañar “el alma delos pueblerinos”. El 16 de septiembre de 1854 se estrenó en élel Himno Nacional mexicano; por unas horas fue estrenadoprimeramente en este coso que en el resto del país.

Cuando el Municipio de Querétaro renuncia en 1898 a seguiradministrando el sufrido patrimonio de la benefactora Vergara elgobierno del Estado, encabezado por Francisco González de Cosío,asume esa función, situación que se prolongó hasta 1992 en queel gobernador Enrique Burgos García regularizó todo el patrimoniode Josefa Vergara y creó una institución de asistencia privadacon mucha certeza jurídica (NR: así continuó hasta el mes denoviembre de 2016, cuando la institución de asistencia privadavendió al Senado de la República el histórico recinto para serremozado con motivo de la celebración del centenario de laConstitución).

El bello coso, el mejor de su época, es pequeño en materia,pero gigante en espíritu porque ha sido escenario de losacontecimientos más importantes de la historia de México:

Fue el escenario donde se consagró de México para el mundo latalentosa soprano Ángela Peralta en el último tercio del sigloXIX. Fue sede del Tribunal de Guerra que juzgó y sentenció amuerte a Maximiliano, Miramón y Mejía del 12 al 15 de junio de1867 y su techo de plomo fue desmantelado para fabricar balas decañón en favor de los sitiados en el famoso Sitio deQuerétaro.

El teatro en la dictadura porfiriana

Apenas iniciado el siglo XX y llegada la época alegre de lasfiestas navideñas, se invita al dictador don Porfirio Díaz avisitar  Querétaro. El anuncio del retorno a Querétaro dePorfirio Díaz, entusiasmó al mundo oficial y a la capa socialprivilegiada que pesa sobre la masa popular. Es suntuosa larecepción que se le tributa y muchos y varios los actos a los queconcurre. Pero si ha de destacar alguno, éste fue la verbena quese le ofreció en el Teatro de Iturbide.

El Congreso Constituyente de 1916-1917

Acogió también el hoy Teatro de la República en su seno-previa remodelación, como instalarle una tribuna de madera fina-a la última asamblea constituyente mexicana, la de 1916-1917,compuesta de 219 diputados constituyentes, los cuales sesionaron demanera previa del 27 al 30 de noviembre de 1916 en él, paradespués hacerlo como Congreso Constituyente del 1 de diciembrehasta el día 31 de enero del año 1917 en que se protestó yfirmó la Carta que hoy nos rige. Cambió su nombre de TeatroIturbide a Teatro de la República el 27 de septiembre de 1922.

La Revolución se vuelve institucional en1929

Al morir el presidente de la República electo, ÁlvaroObregón, el Jefe Máximo de la Revolución Plutarco Elías Calles,convocó a la fundación de un partido nacional en el teatro de laRepública que conglomerara a todas las organizaciones y partidospolíticos locales y regionales y para ello, junto con elpresidente interino Emilio Portes Gil y el general Manuel PérezTreviño, presidente de la comisión organizadora, designaron a laciudad de Querétaro para ser la sede que recibiera a los delegadosde toda la República para constituir lo que iba a ser llamado elPartido Nacional Revolucionario. Eran grupos dispersos, sinideología definida de tipo nacional, que luchaban unos contraotros en busca de la hegemonía política.

Teatro, laboratorio democrático de la planeaciónnacional

Ante la consideración de que un período de cuatro años esbreve para realizar un programa de gobierno, la Constitución de1917, aprobada en el Teatro de Iturbide, era  reformada a fin dealargar el período presidencial a seis años. Surge en el Teatroel primer Plan Sexenal en diciembre de 1933.

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